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Cuando Xavier Albertí encontró a Caravaggio

La presentación del libro sobre el pintor del dramaturgo y director, que contó con Lluís Homar y Borja de Riquer, se convirtió en un despliegue de erudición y teatro

Faltó solo algún duelo sucio y barroco o un acuchillamiento tenebrista para acabar de completar la gran atmósfera caravaggiana que se conjuró el martes en la librería barcelonesa Ona. La presentación del libro de Xavier Albertí L’evangeli segons Caravaggio (Fragmenta editorial, 2025), el primero que escribe el conocido dramaturgo y director teatral y que gira en torno a la obra y la vida del turbulento y genial pintor (y la pasión del propio autor por sus cuadros), se convirtió en un verdadero despliegue de erudición —“la homogenización de la mirada es la destrucción del arte”— y magia escénica. Albertí se rodeó del actor y director Lluís Homar y el historiador Borja de Riquer (acompañados del editor de Fragmenta, Ignasi Moreta) y juntos orquestaron una velada sensacional de altos vuelos artísticos y literarios (aparecieron, además de Caravaggio, Calderón, Shakespeare, T. S Eliot, Pasolini o Thomas Bernhard, entre otros).

Homar, gran amigo y fan confeso de Albertí, con el que ha trabajado en numerosas ocasiones, leyó con hálito dramático pasajes del libro y acabó redondeando el acto con un recitado precioso del soneto de Calderón A las flores, que despertó un aplauso espontáneo en la platea, uy, el auditorio (“Éstas que fueron pompa y alegría/ despertando al albor de la mañana, / a la tarde serán lástima vana / durmiendo en brazos de la noche fría”). Tenía mucho sentido la elección de Homar, pues no solo resultaba una sutil referencia a la breve vida de Michelangelo Merisi da Caravaggio, muerto a los 39 años tras los estragos de una existencia peligrosa, violenta y disoluta, y a su pintura (el célebre Cesto de frutas pasaditas, camino de la putrefacción, símbolo de la caducidad de todo), sino que la obra en que se incluye el soneto es El príncipe constante, un texto que Homar y Albertí llevaron a escena en 2021 y algunos de cuyos versos remiten para el segundo a Caravaggio (además de al maestro Eckhart, a Carles Riba y a Grotowski).

La velada, a la que acudieron rostros conocidos de la escena y la cultura como el escritor y director Jordi Coca, el presidente del consejo de administración del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) Joan Frances Marco, el ex director del Mercat y el Grec Francesc Casadesús, el iluminador escenográfico Ignasi Camprodón o el pintor Julio Vaquero, la arrancó Homar, que señaló su sintonía con la inquietud espiritual de Albertí y se definió a sí mismo como “aprendiz de místico”. Homar, que vestía de negro Contrarreforma mientras que Albertí lució una chaqueta escarlata que junto con su afilado perfil lupino le daba un aire a Caravaggio o a Marlowe, hizo un repaso del libro desentrañando algunas de sus claves como la relación triangular que establece el autor entre el pintor, Pasolini y Jesucristo. El actor explicó cómo Albertí ha viajado por medio mundo para ver cuadros de Caravaggio —una actividad que se ha convertido en un motor vital y creativo para el dramaturgo y director— y destacó la forma en que este describe la técnica y la genialidad del artista.

Por su parte Riquer, más contenido y sobrio (no en balde es historiador), comenzó expresando su sorpresa por lo alcanzado en su libro por Albertí, que, dijo, demuestra poseer un enorme conocimiento del mundo de la pintura. Se admiró también de que se haya pateado toda Europa para ver los cuadros de Caravaggio y seguir sus huellas. Consideró que L’evangeli segons Caravaggio es “una excusa a partir del personaje del artista para reflexionar sobre el mundo del barroco, del siglo XVII y de la Contrarreforma”. Un mundo de involución ideológica brutal, contra el humanismo y el Renacimiento, dijo, en el que las autoridades determinaron desde la religión lo que se podía pintar y escribir y lo que no. Un mundo de incertidumbre pero también de creatividad. Los artistas de la época, apuntó, se vieron obligados a moverse en unos parámetros forzados y salir de ellos, como hizo el rebelde y transgresor Caravaggio, era muy arriesgado y te llevaba a vivir como un fugitivo en un ambiente hostil.

Recordó la condición de homosexual del pintor, algo que estaba penado con la muerte, y las acusaciones de sodomía que le hicieron. Comparó Riquer la situación de entonces con la actual amenaza de intolerancia, la intransigencia y el fanatismo que componen, aseguró, un panorama tan complejo para los creadores como el del barroco.

Albertí, que dijo no ponerse nervioso en los estrenos, “pero este estreno es muy distinto”, explicó que ver cuadros es para él uno de los grandes placeres junto con la música y que el libro responde a que quiso hablar de un tema “poco estudiado” que es el Concilio de Trento, que decidió los límites del artista, en la pintura o en el teatro, y “de donde sale todo lo que nos afecta hoy en la cultura como sociedad”. Indicó que el título de su libro alude al de la película de Pasolini, La pasión según Mateo, y recordó el desencanto del cineasta con el marxismo y su búsqueda de otras fuentes de utopía, lo que le llevó a explorar las figuras de Jesús y Francisco de Asís.

Albertí advirtió que la lucha de Caravaggio por la identidad sexual sigue vigente y que películas como La sombra de Caravaggio (2022), con la marquesa de Colonna (Isabelle Hupert) presentada como amante del pintor lo demuestran (a Caravaggio, como se recoge en el libro, le interesaba más bien Cecco, el jovencito con el que vivía y dormía y que fue su modelo recurrente). Explicó que L’evangeli segons Caravaggio, un libro breve pero muy intenso y sugerente, lo escribió muy rápido aunque en realidad responde a un destilado de años de interés por el artista.

El autor reveló —como hace en el libro— sus métodos personales para explorar y entender la mecánica interior de los grandes pintores. Concluyó que Caravaggio. “que probablemente sintió el silencio de Dios”, generó un mundo nuevo protagonizando una gran revolución pictórica de realismo y crudeza. En un final de intensa emoción, Xavier Albertí se definió como “homosexual, más bien ateo y profundamente de izquierdas” pero como Caravaggio y Pasolini en busca de algo que acabó definiendo como “aquello que tenemos dentro del pecho, debajo del corazón y que es eso tan abstracto e indefinido que llamamos alma”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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