Generalitat y Barcelona explorarán más acción exterior conjunta tras los buenos resultados de la visita a México

El postre de moda en Yucatán, la zona cero del turismo de México, es el cheesecake catalán. El dato viene del mismo vicepresidente del Senado y representante por ese estado, Jorge Carlos Ramírez, que fue el encargado de presentar, el pasado miércoles, al president Salvador Illa durante su intervención en la Cámara Alta. El jefe del Govern aprovechó esa tribuna para presumir “del éxito de Barcelona” en la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) y dio por renovada “la fraternidad entre Cataluña y México”. Voces tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento de Barcelona comparten el balance positivo de la experiencia conjunta y se conjuran para, en lo posible, repetirla en el futuro.

“Hemos vivido días repletos de emociones. Hemos empezado el viaje haciendo memoria, sobre el exilio republicano español y lo hemos cerrado en la Universidad, compartiendo conocimiento”, ha resumido este jueves el president en una conferencia que dictó en la Universidad Nacional de México (UNAM) y que ha servido de broche de oro para la visita oficial de seis días al país latinoamericanoano. Más allá de la presión añadida por supervisar la atención de la crisis por el brote de fiebre porcina, el balance que se hace de Palau es muy positivo, sobre todo porque lo ven como el inicio de una carrera de fondo de colaboración y una pica en Flandes a la hora de desarrollar una agenda para América Latina.

El cheesecake catalán, por si queda alguna duda, es un híbrido de la tarta de queso con la crema catalana de toda la vida. Una mezcla sui generis pero que, al menos según Ramírez, triunfa en la restauración mexicana. La acción conjunta de la Generalitat y el Ayuntamiento de la capital catalana no es nada extraña, aunque la realidad de tener Gobiernos socialistas a lado y lado de la plaza de Sant Jaume ha permitido reavivarla tras los años de confrontación política del procés. Ambas partes ven en el éxito de la experiencia conjunta en la FIL un modelo a potenciar. “Somos imbatibles cuando la ciudad y el Govern salen de la mano”, aceptó el propio Illa el pasado martes, en un acto con editores en Guadalajara.

El viaje a México, sostienen desde el entorno del president, es la punta de lanza de una nueva estrategia para América Latina. Tras años en que la efervescencia del órdago independentista llevó a fijar la mirada en Europa, el camino del sosiego de la prosperidad compartida que promueve Illa pasa por poner el foco también en Asia y el Norte de África. A todos esos territorios, y también al Cono Sur Americano, se volverá el próximo año en la agenda internacional de Illa.

En ese plan también tiene un papel fundamental el Gobierno central. Durante la visita de Illa y en los días de la FIL, el embajador español Juan Duarte Cuadrado ha sido omnipresente aunque siempre en un discreto segundo plano. Una colaboración que tanto Illa como el alcalde de Barcelona Jaume Collboni se han esmerado en remarcar en sus discursos públicos y que ve clave para poder desarrollar a plenitud la agenda internacional conjunta. “La gobernanza multinivel es útil cuando se prioriza el interés general”, dijo el president en el Senado, tras recordar que Barcelona es la tercera ciudad del mundo con más consulados, después de Nueva York y Hong Kong.

Pero una cosa son las musas y otra el teatro. El interés de la Generalitat y el Ayuntamiento para colaborar el futuro es poder acompasar las agendas y las apuestas por explicar Cataluña y Barcelona al mundo. En el Consistorio, por ejemplo, lamentan ahora no haber participado del viaje a Japón hecho por Illa en primavera. La experiencia mexicana no solo ha hecho evidente el poder tractor que tiene el mercado editorial en castellano en la promoción del catalán, a raíz de la vitrina de la FIL. También ha echo emerger al Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) como la nueva gran carta catalana para mostrar al mundo.