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Vuelve ‘El Tenoriu’ de Buenafuente y Abril: “¿No es cierto, ángel de amor, que… si nos pilla tu padre nos la cargamos los dos?”

La pareja retoma su exitosa parodia del ‘Don Juan Tenorio’, con dirección de Carles Sans, en el Teatre Coliseum del 5 al 23 de noviembre

Jacinto Antón

Es solo el segundo año, pero parece que hayan estado siempre ahí, por Todos los Santos, entre panellets y castañas, con el hábito y las calzas. Andreu Buenafuente y Sílvia Abril han conseguido colocar la comedia El Tenoriu, jocosa adaptación del Juan Tenorio de Zorrilla, entre las citas imprescindibles del otoño teatral barcelonés, como si llevaran representándolo toda la vida, tomando el relevo de los clásicos Joan Capri y Mary Santpere en los papeles de don Juan y doña Inés respectivamente en los años setenta. El espectáculo, producción de El Terrat y de 85 minutos de duración, vuelve a la cartelera tras su éxito de la temporada pasada en el Poliorama y lo hace por todo lo alto a un teatro más grande, el Coliseum, donde podrá verse del 5 al 23 de noviembre en un corto número de funciones para las que se han vendido ya prácticamente todas las entradas. Buenafuente, admirador de Capri y que ha investigado la fértil tradición de los Don juanes populares catalanes, de los que señala no solo su condición gamberra sino cierta voluntad política, destaca que el espectáculo que hacen ellos se inserta en esa larga línea y va mucho más allá del simple gag extendido, con énfasis en el bien decir del verso e intencionalidad paródica.

El equipo de El Tenoriu, “sátira moderna, bilingüe y desacomplejada”, presentó el martes con un vermú en la Cúpula del Teatre Coliseum su nueva temporada, con presencia de Buenafuente, Abril, Sans, el dramaturgo Israel Solà y los integrantes del reparto Anna Bertran, David Olivares y Roger Julià. La Cúpula es donde han estado ensayando y en el espacio, además del inevitable diván de la icónica seducción (revisada) de doña Inés podían verse distintos elementos del atrezzo de la obra como trajes, sombreros, y las no menos indispensables espadas (unos sables de esgrima con muy buen equilibrio aunque algo cortos). Por no hablar de que la visión tras las ventanas del templete con esculturas en la azotea del Coliseum sugería el panteón de los Tenorio y la escalofriante estatua del Comendador.

El acto arrancó con la noticia de que ya está acordada la temporada 2026 del espectáculo, en el propio Coliseum, también de tres semanas (12 funciones, a partir del 22 de octubre). Carles Sans se congratuló de que la tradición siga después del éxito del año pasado en el Poliorama, con más de 13.000 espectadores. Recordó la génesis del proyecto, en una comida con Buenafuente que le habló de su interés por Capri y la tradición catalana de los Don juanes en broma. Consideró que ha sido necesaria la eclosión de una pareja como Buenafuente y Abril para dar la réplica a aquella inolvidable de Capri y Santpere. Al respecto señaló la muy catalana implicación emocional con determinados artistas y la creación de memoria, “como nos pasó a Tricicle”. Explicó que El Tenoriu se basa en el texto de Zorrilla “haciéndolo nuestro, gracias al guion de Israel, una adaptación que sintetiza y actualiza la obra, muy farragosa”, para dejarla en algo muy de gusto del público. En ese sentido subrayó que los espectadores “no paran de reír desde el principio” y que la gente “sale del teatro mejor de lo que entró”. Añadió que han querido usar una estética de aquella forma de hacer teatro con el uso por ejemplo de telones de papel, como un homenaje a una época.

Buenafuente recordó que el Don Juan de Capri y Santpere era en realidad el del padre de ella, el empresario Josep Santpere, “el rey del Paralelo”, que triunfó en el teatro Espanyol y que Mary recuperó. Destacó el “trabajo increíble de Israel Solà” y que “en un momento que parece que solo interese la inmediatez y el presente”, El Tenoriu “es un bonito ejercicio de recuperación de la memoria teatral”. Y prosiguió: “Igual es que me hago mayor, que sí, pero me emociona todo este proyecto, y enlazar con Capri”. Se declaró “enfermo de Capri” y reflexionó: “Qué chulo debió de ser aquello”. Envidió a Carles Sans por haber tenido la oportunidad de ver a Capri y Santpere en el Romea de niño.

Sílvia Abril matizó que como mujer del siglo XXI, el papel de la mujer en el Tenorio original la tiraba un poco para atrás pero que el planteamiento nuevo, “con seis payasos en escena, y empoderando a Doña Inés” le da la vuelta a la obra de Zorrilla como, consideró, ya lo hacían Capri y Santpere. Sans confirmó que la pareja “ya s’en fotien” del material de partida, “ya eran modernos”.

Buenafuente abundó en que la tradición de los Don juanes catalanes paródicos va más allá de lo que puede parecer de simple gamberrada y es una cierta respuesta de la cultura cómica catalana al teatro de capa y espada español y su trascendentalismo, y también a una sociedad impregnada de machismo. El actor recordó su estupefacción al ver una vez en sus años de teatro de aficionados a una doña Inés con barba o monjas levantándose el hábito y cantando como coristas del Molino búscame la pulga. “Yo mamé aquello”, dijo. En noviembre de 1976, el Tenorio de Capri y Santpere en el Romea coincidió con el reivindicativo en el antiguo Mercat del Born, entonces en desuso, que organizó la Asamblea de Trabajadores del Espectáculo y en el que cada acto de los siete de la obra se encargó a un director y un equipo diferentes. Entre los participantes, Mario Gas, Assumpta Serna, Pau Riba, la Orquestra Plateria, la Elèctrica Dharma…

Israel Solà, que se declaró admirador de Lina Morgan, explicó cómo ellos han abierto el argumento original para dejar espacio a la comedia y han inventado escenas nuevas. “Nuestra doña Inés empoderada está harta de ser monja y quiere mandanga”, recalcó con una expresión que le hubiera sonado extraña al romántico Zorrilla abismado en el sepelio de Larra.

Buenafuente recalcó que aparte de la mucha broma hay un empeño en decir bien el verso. Y que de hecho ha habido gente que les ha expresado su sorpresa por lo bien que lo hacen. En cuanto a si está prevista una versión en castellano que pueda girar por España, Buenafuente recordó que el espectáculo es bilingüe y consideró que una buena gira sería por pueblos y no solo por ciudades, pero que están a expensas de unas agendas muy apretadas. Dijo que no se pensó en Berto para el proyecto —aunque desde luego hubiera hecho un Ciutti estupendo y por qué no un Comendador—, pero que vio el espectáculo y le gustó mucho.

A Buenafuente le encanta que haya gente que recuerde los versos de Zorrilla y los digan, como hacían tradicionalmente oncles y tietes en la sobremesa de Tots el Sants sobre los panellets. En cuanto a sus versos favoritos de los que dice en El Tenoriu, señaló a este diario los de la escena II del acto III original: “Por doquiera que fui,/ la razón atropellé,/ la virtud escarnecí/ a la justicia burlé,/ y emponzoñé cuanto ví”. Y recalcó: “¡Emponzoñé!, me encanta la palabra". Y continuó: “Yo a las cabañas bajé/ y a los palacios subí, / y los claustros escalé,/ y pues tal mi vida fue,/ no, no hay perdón para mí”. Telón.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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