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El mamut ya está en casa

CosmoCaixa de Barcelona presenta en su emplazamiento definitivo el espectacular esqueleto de una de estas legendarias criaturas lanudas que ha estado de viaje por toda España

Jacinto Antón

De Jean-Jacques Annaud a J. H. Rosny y Jane Auel, son numerosos los cineastas y los novelistas que han imaginado a los mamuts lanudos, los grandes parientes extintos de los elefantes, cuyo paso estremecía la tundra en la Edad del Hielo. Pero si hay una descripción reciente que recupera con toda su emoción la visión de aquellos gigantes peludos de grandes defensas curvadas es la que ha hecho en su último libro un científico. En las páginas de Auge y reinado de los mamíferos (Debate, 2024), el gran paleontólogo y divulgador Steve Brusatte, describe maravillosamente a un mamut macho solitario, erguido en la cresta de la morrena de un glaciar, alzando sus colmillos de dos metros en una pose de desafío. “El viento azotaba desde el nordeste, acribillando con nieve su pelaje lanudo anaranjado. El sol estaba bajo; se cernía la oscuridad del atardecer. Impertérrito, el macho elevó su peluda trompa hacia el cielo y emitió un barrito, como si tentara a los elementos”.

Era imposible no pensar en la imagen evocada por Brusatte esta mañana ante el espectacular esqueleto de mamut lanudo (Mammuthus primigenius) de CosmoCaixa que tras un largo e insólito periplo, ha quedado instalado definitivamente en el ámbito Evolución del museo (en la sala Universo, frente al Bosque inundado), en buena compañía, pues tiene otros restos paleontológicos a su alrededor y a tiro de piedra una representación de nuestros antepasados prehistóricos que cazaban a su especie.

El fósil de mamut lanudo de CosmoCaixa, de 6 metros de largo y 3,5 metros de altura, está compuesto en realidad de huesos originales de tres ejemplares de la especie hallados en el permafrost (la capa de suelo congelada de las latitudes septentrionales) en la región de Tiumén (Rusia). Tras ser adquirido en EE UU por medio millón de euros, el espécimen, de entre 40.000 y 50.000 años, ha sido el protagonista de una exposición montada en 2021 que ha itinerado por los CaixaForum de Sevilla, Zaragoza, Madrid, Palma y Tarragona y que ha congregado un total de 308.000 visitantes. A partir de ahora se integra en la colección de CosmoCaixa destinado a convertirse en una pieza emblemática del museo.

El mamut lanudo, cuyo genoma ha revelado que son auténticos elefantes, y de hecho elefantes muy avanzados (comparten el 98,55 % del ADN con los elefantes africanos), fue una especialización para sobrevivir al frío tras migrar desde climas más cálidos, con orejas y colas pequeñas, grandes glándulas sebáceas, pelo suntuoso y cuerpo aislado con grasa. El m. primigenius, aparecido hace 5 millones de años en África, es el último de una familia muy populosa y viajera de mamuts entre los que se encuentra el mamut colombino norteamericano.

El mamut lanudo es de los animales extintos mejor conocidos dado que no solo lo pintaron en las paredes de sus cuevas (como en Rouffignac, Francia) los cazadores humanos sino que se han encontrado auténticas momias, entre ellas las completas de las crías Lyuba (del tamaño de un perro San Bernardo, hallada por un pastor en Siberia en 2007 y cambiada por dos motonieves), Yuka, o la reciente, es un decir, Yana.

Los lanudos no se extinguieron del todo hasta hace unos 4.000 años (hubo una población, con individuos mutantes muy pequeños en la isla de Wrangel, en Siberia), así que fueron contemporáneos de los faraones. Altos, pesados (hasta 6 toneladas), con cabeza en cúpula, espalda jorobada, y patas poderosas, además de las enormes defensas de hasta 4,2 metros, delicadamente curvadas, la imagen de los mamuts es reconocible en el acto y despiertan tanto interés y hasta pasión como los T. Rex o los otros mamíferos más populares de la Edad del Hielo, los tigres dientes de sable.

Curiosamente, aunque los imaginamos como bestias de color oscuro, Brusatte señala que tenían una diversidad de colores de pelo, como los humanos. El mamut iba de rubio a anaranjado, y de pardo a negro. Y el mismo animal podía tener pelos claros y oscuros. Al parecer los había con aspecto moteado. Curiosamente, al revés que otros animales que asociamos con la nieve, los de pelaje claro eran más raros que los de oscuro. Aunque es cierto que los mamuts vivían en la estepa que solo estaba nevada en invierno.

Todo ello (y la imaginación) sirve para rellenar los vacíos que deja el mamut de CosmoCaixa, al cabo un esqueleto. Esta mañana al presentarlo en su emplazamiento definitivo, el director del museo, Valentí Farràs, y el responsable de Exposiciones y Actividades de Ciencia de la Fundación La Caixa, Javier Hidalgo, han recalcado la fascinación que los mamuts provocan y lo unida que está su historia a la de nuestros ancestros que obtenían de ellos alimento, vestido, vivienda (cabañas construidas con sus huesos y piel) y hasta material de expresión artística (esculturas hechas con su marfil). Hidalgo ha recalcado que los fósiles son un regalo y un milagro, y ha señalado la gran aventura que es la búsqueda y excavación de los restos de mamut, unas operaciones que se desarrollan en condiciones muy duras y peligrosas y que a menudo bordean la legalidad o caen directamente fuera de la misma. El responsable de exposiciones recordó que hay algún coleccionista privado que tiene un mamut en su sala de estar. “Y donde tienen que estar sin duda es en los museos”.

En todo caso, CosmoCaixa ya tiene colocado su gigante del pleistoceno, junto a un vídeo que muestra su complejísimo montaje, y baraja darle un nombre por votación popular, según ha apuntado Farràs, que ha dicho que el procedimiento para ello está en estudio. El museo organiza toda una serie de actividades paralelas de recepción del mamut, incluida la visita comentada Cazadoras de mamuts. Asimismo, se ha grabado un pódcast de cinco episodios disponible en CaixaForum + con más detalles como el modo en que se está intentando en los últimos años desextinguir la especie.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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