Aliança Catalana irrumpe en los plenos de municipios donde aún no tiene concejales: “Parecía el asalto al Capitolio”
Alcaldes de Junts y ERC denuncian que el partido nacionalpopulista intenta “entrar por la puerta de atrás” en la vida pública de ciudades y pueblos de la Cataluña interior


Marçal Ortuño vivió la tarde más agria de su etapa al frente del Ayuntamiento de Torelló (Barcelona, casi 15.000 habitantes) en el pleno municipal del 29 de septiembre. Unas 200 personas trataron de torpedear la sesión en protesta por las molestias causadas por los ocupas de tres bloques de pisos en el casco antiguo. No fue, denuncia, un ataque súbito de indignación, sino un acto pensado, organizado y dirigido por dos miembros de Aliança Catalana en Osona, la comarca de la Cataluña interior donde la formación ultranacionalista e islamófoba que dirige Sílvia Orriols espera arrasar en las municipales de 2027.
Un hombre se levantó de su asiento en lo que parecía, también, una carta de presentación a los vecinos: “Soy Francesc, de Aliança Catalana. Si no podéis contratar más policías, es porque os estáis gastando [el dinero] en chorradas y tonterías”, clamó. Se trata de Francesc Teres, que una semana antes posaba sonriente en la carpa que Aliança suele instalar en el mercadillo de los miércoles. En las últimas municipales, de 2023, el partido no se presentó en Torelló, pero en las elecciones al Parlamento catalán del año siguiente fue ya la tercera fuerza, con el 12,8% de los votos, por detrás de Junts y del PSC pero por encima de Esquerra, que gobierna el municipio.

Su breve arenga, aplaudida por decenas de personas, fue grabada en vídeo y el vídeo, difundido en redes sociales por las cuentas oficiales del partido de la extrema derecha independentista bajo su lema oficial: Salvem Catalunya [Salvemos Cataluña]. El coro de simpatizantes presentó a Francesc como “el próximo alcalde”, el hombre que “parará las ocupaciones”. “¿Cómo lo harás, que así nos ahorramos año y medio?”, quiso saber, irónico, el alcalde. Pero fue abucheado y el aspirante no tuvo que responder. Ni falta que hacía. Ya había sembrado la discordia en un pleno bronco, con gritos y ataques personales al alcalde (“me dijeron que me llevara a los ocupas a mi casa”), que suspendió el inicio de la sesión.
Un vecino apodado Xavi Loco puso la cordura e invitó a la gente a volver a casa, que era hora de cenar. Le siguieron. Pero la agitación del pleno se hizo viral. “Estoy triste. Para mí lo fácil es volver al banco, pero, ¿hay que ponérselo tan fácil?” Ortuño, de 54 años, alerta de la gravedad del incidente y cree que habrá más a medida que se acerque la fecha de las elecciones. “No se puede reventar un pleno, que es la máxima expresión de la democracia en un pueblo. Los representantes, de momento, somos nosotros, y aquella sala de plenos parecía el asalto al Capitolio”, lamenta.
🔴 Francesc Teres, en nom d'Aliança Catalana, exigeix al ple municipal que la regidora de seguretat de #Torelló dimiteixi.#SalvemTorelló amb @CatalunyaAC pic.twitter.com/oTkRv07bNk
— AliançaCatalana-Osona (@OsonaAC) September 30, 2025
El doble de concejales sin elecciones
Aliança plantea las municipales de 2027 como una “reconquista de Cataluña” para la que ya se prepara: cada fin de semana sale a la calle en busca de votantes mientras refuerza su estructura territorial. Los militantes del partido en Osona acuden indistintamente a los plenos de los municipios, anticipando una representación que le auguran tanto las encuestas como las sensaciones a pie de calle. “Pues sí, votaré a Aliança... Este descontrol no puede seguir. Primero han de atendernos a la gente de aquí, de casa”, cuenta Encarna cerca de la calle de Sant Josep de Torelló, donde están los edificios ocupados de los que ella en particular nada sabía.
El caso de Roda de Ter (cerca de 7.000 habitantes) es un ejemplo de cómo el partido crece y se incardina en la vida pública aun sin elecciones de por medio. La concejal Marina Quintana es presidenta de Aliança en Osona, aunque formalmente ostenta la representación por una formación independiente, Rodem!, que en mayo firmó un convenio con el partido nacionalpopulista. “Ahora tiene dos años de visibilidad para proyectarse como líder”, explica el alcalde, Toni Mas (ERC), que subraya cómo Quintana “ha cambiado sus ideas” en inmigración “hacia posturas mucho más beligerantes”.
El alcalde denuncia que el partido ultra “está intentando entrar en el consistorio por la puerta de atrás”. Y cita como ejemplo que la concejal presentó una moción sobre el catalán con el nombre de Aliança, lo que no le fue permitido. Por la vía de este tipo de acuerdos con agrupaciones independientes, en cualquier caso, el partido de Orriols ha duplicado su presencia sin necesidad de elecciones: salió de 2023 con ocho concejales y ahora puede anotarse, aun con salvedades formales, 14.
Maestra y psicopedagoga, Quintana estaba entre el grupo de personas del pleno de Torelló. Se levantó y dio un pequeño mitin en el que reprodujo el argumentario de Aliança: petición para “endurecer las penas a los multirreincidentes”, crítica a “los partidos procesistas” (Junts y ERC), denuncia de la mano ancha ante la llegada de “personas descontroladas”… Consultada por este diario, Quintana asegura que en ningún caso “instigó” la protesta, que acudió como una más (“nosotros somos gente de la calle”) y que decidió hablar de forma “espontánea”. “A los políticos les molesta que señalemos los problemas y que la gente nos vea como solución”. El alcalde Ortuño cree sin embargo que la ocupación de los bloques era lo de menos, tan solo “el pretexto para explotar el descontento de la ciudadanía y tener visibilidad”.

El alcalde de Vic: “Promueven el descontento”
Que los problemas de una ciudad pueden ser un pretexto quedó claro en otro pleno, en Vic (capital de Osona, más de 49.000 habitantes), celebrado el pasado 28 de julio a propósito de un debate sobre los ambulatorios. “Volem tres caps! [¡Queremos tres centros de salud!]”, gritaron los asistentes de forma cada vez más ruidosa y entre peticiones de dimisión al alcalde. El edil, Albert Castells, de Junts, dejó que la protesta se desarrollara unos minutos. Hasta que algunos vecinos forcejearon con la policía local para acceder a la sala. Castells decidió entonces suspender la sesión temporalmente y pidió identificar a quienes “no dejan que la democracia se desarrolle”.
Dos días después del pleno, Aliança emitió un comunicado para condenar no los incidentes, sino la actitud del alcalde. “Silenciar a los vecinos que protestaban pacíficamente es un ataque frontal a la democracia”, recogía el texto, que aprovechaba para acusar a Castells de una “permisividad alarmante con el incivismo y la delincuencia”.
Oriol Gès es secretario de organización y finanzas de Aliança desde su fundación, hace cinco años. Además, es de Vic, y estaba en el pleno ese día, como tantas otras veces: “La actitud del alcalde fue antidemocrática”, denuncia. Gès asegura que el partido no convocó la protesta, pero sí se “adhirió” a ella. Niega, en cualquier caso, que el partido esté tras las interrupciones de los plenos de Vic o Torelló. “Somos un partido de orden, nunca hemos provocado ningún desorden ni hacemos que los vecinos vayan a los plenos. Es curioso que nos acusen de agitar el descontento social, cuando lo que hacemos es señalar la realidad”.

Castells defiende su actuación porque se cruzó una línea roja cuando algunas personas se abalanzaron sobre los agentes. “Es legítimo que Aliança o quien quiera esté presente en los plenos, pero se puede pretender impedir la votación”, dice el alcalde, que denuncia la estrategia de desgaste de la formación de Orriols. “Ven un error o un problema y, con información tergiversada, generan un relato para agitar a la opinión pública y promover el descontento”. Castells señala que la ocupación o la inseguridad son problemas reales, pero denuncia que el panorama que intenta esbozar Aliança, en el sentido de que nada funciona y el país se va a pique, es falso. “Es una formación que solo quiere destruir, pero no ofrece una alternativa”.
Los tres alcaldes comparten la sensación de que el ascenso del partido ultra es “imparable”. Constatan que compañeros de filas se mueven ya en la órbita de Aliança y admiten una sensación de “hartazgo” entre los vecinos. Por eso, coinciden, es clave que, en los próximos meses, los ciudadanos “vean resultados”. Ortuño lamenta, en ese sentido, que solo la viralidad del vídeo del pleno haya servido para atajar la situación con los bloques ocupados. “Llevábamos un año y pico detrás del tema y parecía que no se podía hacer nada. Pasa esto y de repente te llama Illa, te llama Parlon, te llama Trapero...”, en alusión a las gestiones del president y de otros altos cargos de la Generalitat. Incluso se han instalado dos cámaras de vigilancia en la calle cuando hasta hace poco parecía imposible. “La ciudadanía lo pasa mal con las ocupaciones y con la inseguridad. Negar o relativizar los problemas no ayuda, hay que abordarlos”.
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