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Alstom impugna el concurso que le excluye para fabricar trenes del metro de Barcelona por sus vínculos con Israel

El fabricante ferroviario francés asegura que no tiene actividad en los territorios palestinos ocupados

Un convoy del metro de Barcelona, en una imagen de archivo.
Josep Catà Figuls

Alstom, el gigante de la fabricación de trenes francés, ha impugnado los pliegos del concurso de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en el que se licita la construcción de 39 trenes para el Metro de Barcelona, porque entiende que no debe ser excluido de participar en él. El motivo es que, fruto de la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de romper relaciones con Israel y de dejar de contratar empresas proisraelíes en protesta contra la guerra de Gaza, este concurso excluye a las empresas que tengan relación con ese país. La multinacional francesa figura en una lista elaborada en 2023 por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) en la que aparecen 97 empresas que han operado en asentamientos israelíes. Por lo tanto, tal como avanzó EL PAÍS, queda excluida la participación de Alstom, que tiene una sede en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Alstom sí ha tenido contratos en Israel, pero fuentes de la compañía aseguran que no tiene “ninguna actividad dentro ni relacionada con los territorios palestinos ocupados” y pide ser retirada de esta lista de la ONU.

El contrato para la fabricación de nuevos trenes del Metro de Barcelona tiene cierta envergadura. Coincidiendo con el centenario del metro, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció en junio la compra de 39 trenes, una inversión de 331 millones de euros que pagará el 51% la Generalitat, el 25% el Ayuntamiento de Barcelona y el 24% el Área Metropolitana. La licitación comenzó en julio, pero se alargará hasta la próxima primavera. Alstom, con más de 1.500 trabajadores en Cataluña y una histórica relación contractual con la fabricación de trenes en esta comunidad desde su sede de Santa Perpètua, era un candidato obvio para el concurso. Pero la presencia de la multinacional francesa en la lista de la ONU sobre empresas relacionadas con el conflicto árabe-israelí ha puesto en peligro la operación.

Pese a los intentos por encontrar una solución, la compañía confirma que su participación en el concurso queda excluida. El fabricante francés afirma que no tiene actividad en “los territorios palestinos ocupados” y señala que han pedido ser retirados de la lista de la ONU en repetidas ocasiones desde diciembre de 2023. “Alstom ha impugnado los pliegos del concurso, al incluir requerimientos que atentan contra los principios establecidos de en la ley de contratos del sector público. Estos pliegos hacen referencia a unos listados de empresas que la propia ONU reconoce no tener capacidad para actualizar en plazo. Además, impiden que las propias empresas puedan aportar aclaraciones o contexto”, señalan fuentes de la empresa.

Por su parte, la Comunidad Judía de Barcelona (CIB.CAT) ha emitido un comunicado en el que expresa su “profunda preocupación” por la cláusula del concurso en la que se excluye a empresas “por el simple hecho de haver tenido actividad en Israel”. “Esta decisión es discriminatoria, no tiene una base legal sólida y transmite una imagen de hostilidad hacia empresas con arraigo en Barcelona y Cataluña”, apunta la entidad. CIB.CAT añade que esta medida “constituye un boicot encubierto contra Israel, el Estado judío, y se alinea con las tesis del movimiento BDS [Boicot, Desinversiones y Sanciones]”.

La compañía subraya que es una organización global firmemente comprometida con los principios de derechos humanos y la responsabilidad social corporativa: “Mantenemos rigurosos estándares éticos en todas nuestras operaciones y en todas las regiones donde tenemos presencia”. “Tanto en Catalunya como en cualquiera de los territorios y países donde está presente Alstom, el respeto a los derechos humanos, el compromiso ético y el cumplimiento de las legislaciones internacionales y nacionales es una máxima la compañía”, han apuntado.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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