Multas y bicicletas mal estacionadas: el quebradero de cabeza del ‘sharing’ en Barcelona
El Ayuntamiento ha impuesto 2.472 sanciones por mal aparcamiento a siete empresas de alquiler por minutos


La imagen es la misma en muchos lugares de la ciudad: bicis tiradas en lugares prohibidos o que dificultan el paso. Barcelona se bate por regular los principales problemas de movilidad que acarrean las bicicletas de alquiler por minutos, principalmente su circulación y su aparcamiento en zonas no permitidas. Estas bicicletas funcionan de forma paralela al sistema de bicicletas compartidas (rojas), el Bicing, que cuenta con una red de estacionamientos definidos. Desde enero a junio de este año, la Guardia Urbana ha impuesto a 2.472 multas por mal aparcamiento de las bicicletas de alquiler por minutos también denominadas sharing. El Ayuntamiento ha cobrado el 80% de las mismas, según fuentes municipales.
La nueva Ordenanza de Circulación de Peatones y Vehículos de Barcelona, en vigor desde febrero, sanciona a los conductores que aparquen mal sus bicicletas con multas de 100 euros, a los que debe añadirse el costo de la grúa en los casos en los que el vehículo sea ingresado al depósito municipal. El único sitio donde se puede estacionar bicicletas es en los anclajes en forma de U invertida. Las empresas de bicicletas para arrendar no han facilitado el importe global de las multas. pero han deslizado que dan consejos a sus clientes a través de su aplicación virtual acerca de los lugares correctos para aparcar y brindar recomendaciones de seguridad.
Barcelona ha adjudicado -bajo el concurso municipal actual que inició a finales de diciembre y tiene una duración de dos años- licencias de operación a siete empresas de sharing con una validez de dos años y un parque global de 3.478 bicicletas. Cada una de ellas dispone de 497 vehículos salvo una que cuenta con 496. La licencia va condicionada al pago de una tasa municipal y a requisitos como: disponer de un número de identificación único y visible para cada vehículo, respetar la normativa vigente, facilitar datos de geolocalización o reubicar correctamente los vehículos.
Como la mayoría de usuarios aparca en las zonas más concurridas de la ciudad, es frecuente ver la playa de la Barceloneta, la Sagrada Familia, el Arc de Triomf o Plaza Cataluña, llenos de bicicletas mal aparcadas por la falta de sitio y la prisa de los ciclistas en llegar a su destino. Otra de las razones es que, en algunos casos, no es el usuario el que paga las multas por aparcar mal, sino las mismas empresas de sharing.
En algunos casos, han sido las propias empresas las que han decidido cargar el importe de las multas a sus usuarios: “Todos nuestros usuarios deben de realizar una fotografía del aparcamiento de la bicicleta antes de poder finalizar el viaje”, ha asegurado una portavoz de Bolt, compañía que carga a los clientes el importe de cualquier multa derivada del uso de sus bicicletas. “Todas las multas que recibimos por infracciones de aparcamiento son revisadas una a una por el equipo de operaciones, validando si la infracción fue motivada por el último usuario que utilizó la bicicleta o por agentes externos”, explican. La validación se realiza a través de un sistema de geolocalización, verificando que el usuario estacionó correctamente en el viaje previo a la emisión de la multa.
A raíz de las denuncias realizadas por la Guardia Urbana, 566 bicicletas de sharing se han ingresado al depósito municipal en el periodo comprendido entre enero y mayo de este año por estar mal aparcadas. El Ayuntamiento ha explicado que los dispositivos de vigilancia a cargo de Guardia Urbana y Barcelona de Serveis Municipals, son los encargados de coordinan las acciones para denunciar a las bicicletas mal aparcadas.


Fuentes de la empresa Cooltra han explicado que cada operador tiene una “geofence”, un dispositivo que indica la ubicación de cada una de las bicicletas de la flota y que se realiza “mucha pedagogía” a través de la aplicación de la empresa. “Nos gusta que la gente de Barcelona encuentre bicicletas también al lado de su casa y que no solo estén en el puerto, en la Rambla o la Villa Olímpica. Queremos que sea un medio de transporte más para los locales”, ha señalado una portavoz de la empresa que ha renovado su flota este mes. Varias marcas han admitido ciertos problemas de vandalismo, que consideran normales en este tipo de servicios.
A diferencia de la anterior licencia, en la que se retiraron seis empresas concesionarias, en el último concurso únicamente hubo una que se retiró después de la adjudicación. El consistorio ha explicado que la empresa no completó la etapa de presentación de la documentación requerida. Aunque en un principio el Ayuntamiento anunció que se repartirían las 497 plazas de la empresa que se retiró, estas finalmente no se repartieron y el consistorio no ha adelantado que se hará con ellas en la próxima concesión. Hasta el momento el Ayuntamiento no ha retirado ninguna licencia.
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