Barcelona derribará el Sant Jordi Club para construir un gran auditorio de música con el triple de capacidad
La operación costará 70 millones de euros que se financiarán con los beneficios de la Anilla Olímpica


La primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, ha dado esta mañana el disparo de salida a la transformación de la Anilla Olímpica con el anuncio de remodelación del Sant Jordi Club. El Consistorio prevé demoler el actual edificio con capacidad para 3.500 personas y construir un nuevo recinto concebido, desde el origen, para la música en vivo y los espectáculos. El nuevo espacio tendrá una capacidad para 9.000 espectadores.
“El alcalde anunció que habría grandes proyectos que, desde ahora y hasta 2035, consolidarán Montjuïc como el gran parque metropolitano al servicio de la ciudadanía, la cultura y el deporte. Emprendemos la tercera gran transformación de la montaña después de la de 1929 y la de 1992”, ha introducido Bonet justo antes de anunciar un concurso internacional de arquitectura para transformar el Sant Jordi Club.
Este espacio fue construido antes de 1992 como un espacio deportivo y con la reforma será “el primer gran auditorio del Estado concebido de origen para la música”. Hoy, la pista del Sant Jordi club mide 2.976 metros cuadros y tiene capacidad para 3.500 espectadores. La pretensión del Consistorio es que el nuevo edificio se amplíe por el actual aparcamiento del recinto, alcanzando los 16.000 metros cuadrados y tenga “una capacidad flexible de entre 3.500 y 9.000 espectadores”. El Ayuntamiento pretende así tener un espacio intermedio entre los 15.000 espectadores del Sant Jordi y la capacidad de otras salas de música de la ciudad.
El próximo 17 de julio se abrirá el concurso internacional de arquitectura. Las obras del nuevo espacio se realizarán entre 2027 y 2029 y durante ese tiempo no habrá actos en el Sant Jordi Club. Bonet ha asegurado que el coste del edificio será de 70 millones de euros y estará financiado íntegramente por los beneficios que obtiene B:SM, la empresa pública que gestiona la Anilla Olímpica, gracias a la cesión de espacios para conciertos y otros actos.
Bonet ha asegurado que, en los últimos años, los conciertos y espectáculos que se han celebrado en la Anilla Olímpica han hecho que el espacio alcance cifras récord. La primera teniente de alcalde mantiene que la mayoría de asistentes a los conciertos fueron público local. El 40% de los espectadores procedían de Barcelona y su área metropolitana y 43% del resto de Cataluña.
La Anilla Olímpica cerró 2024 con más de 2,2 millones de espectadores y 170 eventos, en un contexto global de crecimiento del sector de la música en vivo. La industria musical genera en Cataluña 857 millones de euros anuales, de los cuales un 82% proceden de la música en directo.
Los proyectos arquitectónicos que se presenten para el nuevo Sant Jordi Club deben tener en cuenta que la nueva infraestructura deberá tener estudiada la acústica, ya que el nuevo diseño es para un espacio de música y no deportivo. Además, el edificio será eficiente energéticamente, accesible y tener usos versátiles para acoger tanto a conciertos de 3.000 personas como de 9.000. Además, deberá ser un espacio que entre en armonía con el Palau Sant Jordi del arquitecto Arata Isozaki.
Bonet ha destacado que desencallar el proyecto de la L2 de metro hará más accesible la montaña y facilitará el acceso al recinto tanto desde el centro de la ciudad como desde el propio aeropuerto. “En 1992 Barcelona fue capaz de demostrar que eran posible los sueños. Hoy volvemos a poner al servicio de la ciudadanía el talento local y el talento internacional”, ha concluido la primera teniente de alcalde.
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