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Fin de curso a 30º en las aulas: “Mantener a los niños concentrados es inviable”

Generalitat y ayuntamientos ofrecen ventiladores, pero docentes y familias lo consideran insuficiente y piden soluciones efectivas

Operarios instalando aire acondicionado en una escuela de Barcelona.

Las escuelas catalanas afrontan la recta final del curso con una semana en que el mercurio continuará escalando, superando los 35 ºC en muchos puntos y fregando los 40 en poniente. Adaptar los colegios a estos picos de calor, cada vez más habituales, continúa siendo la gran asignatura pendiente de la Administración. No se sabe con certeza cuántas escuelas están climatizadas, sea el sistema que sea, ya que los ventiladores enviados por la Generalitat (a un limitado porcentaje de centros), se suman los de los ayuntamientos y los comprados por las familias, además los centros con aire acondicionado (básicamente los ubicados en barracones).

Pero hay otros que no disponen de nada de ello y donde es difícil soportar semanas y días especialmente tórridos, como el pasado miércoles, en que el interior y el prelitoral catalán, especialmente en el Vallès, se superaron los 37 grados en muchos municipios, según el Meteocat. En la escuela Bisbat d’Ègara de Terrassa llegaron a registrar hasta 33 y 34 grados en algunas aulas, y no disponen de ventiladores, porque no entraron en los envíos que el Departamento de Educación inició hace tres años, pero les han confirmado que están “en la lista” para los futuros. Para paliar los efectos, bajan persianas, intentan ventilar al máximo y a los más pequeños intentan ponerlos a la sombra y mojarlos con agua. “Aunque son pocas semanas, la situación es preocupante y estresante. Mantener a los niños concentrados es inviable, están más irritados e incómodos”, admite la directora Pepi Alcalde.

La escuela asegura que no puede asumir el coste de comprar ventiladores. “Con nuestro presupuesto para mantenimiento no nos llega porque tenemos 27 aulas, además deben estar homologados y requieren de instalación”, añade la directora, quien también asegura que un ventilador de pie en un aula “no soluciona nada” y considera que se tendrían que instalar aparatos en el techo.

“Tenemos un déficit inversor en los centros educativos, hay que reformarlos y adecuarlos porque el 50% son anteriores a 1960. Seguimos la línea anterior de reparto de ventiladores, que no es lo ideal, pero hay que garantizar la colocación de toldos y la ventilación cruzada más a largo plazo”, admitió el jueves Esther Niubó en la conferencia Nueva Economía Fórum.

A raíz de las duras olas de calor de 2022 en que algunas aulas llegaron a los 40 ºC, el Departamento empezó a enviar ventiladores -12.700 distribuidos desde entonces- y ha instalado aire acondicionado en 207 centros, aunque solo en espacios comunes como el comedor, el gimnasio, la biblioteca o un aula polivalente, algo que los institutos ven totalmente insuficiente. Y es que el plan no cubría las escuelas de primaria, porque Educación considera que el mantenimiento corresponde a los ayuntamientos.

Pero cuando las aulas superan los 30 grados, los ventiladores dejan de ser efectivos, porque lo que hacen es mover aire caliente, como vienen denunciando los profesores hace años. El Ayuntamiento de Barcelona también lo admite y por eso presentó en 2024 el Pla Clima BCN, para instalar aire acondicionado en todas las escuelas de primaria antes de 2029, lo que supondrá una inversión de unos 100 millones, que salen de la tasa turística.

Barcelona también ha instalado aire acondicionado en las guarderías, aunque estas semanas no funcionaba en cinco de ellas. Una es la Alchemika, ubicada en El Clot, que hace dos semanas denunció que las aulas estaban a 28 °C y que un niño de dos años había sufrido un golpe de calor. El AFA aseguró que el aire se averió en septiembre y que les prometieron sistemas de refrigeración portátiles que no habían llegado. Pocas horas después de saltar el caso a los medios de comunicación, los aparatos llegaron, pero también han comportado problemas. “El aire caliente de los sistemas pingüinos se expulsa al patio, donde están los toldos, así que se crea un efecto invernadero y hay días en que la temperatura llega a los 36 grados en la sombra”, explicó Lisi Andrés, miembro de la asociación. Para refrescar a los niños, el centro ha optado por juegos de agua en las primeras horas de la mañana, único momento en el cual los niños pueden salir al patio exterior. “Dentro de las aulas las temperaturas llegan a los 28 grados, así no se puede estar ni dentro, ni fuera”, lamenta la madre Andrés.

En la guardería El Tren de Fort Pienc también se estropeó el aire acondicionado, pero se solventó hace unos días. “Las averías suelen ser frecuentes debido a que el mantenimiento no es tan efectivo”, comenta una maestra. Y añade: “En las horas de más sol, los toldos de las zonas exteriores se calientan creando un efecto invernadero, así que los niños salen solo a primera hora”.

Pero no todos los ayuntamientos tienen el músculo inversor de Barcelona. Algunas grandes ciudades sí apuestan por mejorar sus escuelas. Sabadell anunció en marzo la inversión de 663.000 euros para instalar mil ventiladores de techo en 30 escuelas, aunque los alumnos no se beneficiarán hasta el próximo curso, ya que las obras de instalación se prevé realizarlas durante las vacaciones, cuando las aulas estén vacías.

En otras ocasiones, son las asociaciones de familias las que toman la iniciativa, aunque en este caso los padres tienen el corazón dividido entre ayudar o no tapar los agujeros de la Administración. “Las familias se quejan del calor y piden que se haga la compra desde el AFA. No nos negamos, pero vemos que es un arma de doble filo porque es responsabilidad del Departamento adecuar las aulas y climatizarlas. El Departamento se aprovecha de las AFAs para que paguen cosas que son de su responsabilidad”, asegura Gina, presidenta de la asociación de familias del Bisbat d’Ègara, quien también destaca la desigualdad que puede generar entre centros. “Supone un agravio porque hay escuelas con AFA con pocos recursos e incluso algunas que no tienen AFA”. De hecho, desde la Affac no aconsejan a sus socios tomar la iniciativa para no suplir responsabilidades que no son suyas y porque los aparatos deben cumplir ciertas normas de seguridad.

Los sindicatos piden acción

Por su parte, los sindicatos piden soluciones. UGT reclama “medidas estructurales inmediatas” porque considera que abordar el tema de las altas temperaturas en los centros es un “urgencia”. El sindicato propone instalar sistemas de climatización eficientes y mejorar el aislamiento de los edificios. “Las aulas no pueden ser espacios incómodos o inadecuados durante los meses de calor extrema. Nos va la salud. No es admisible que cada verano se repita la situación”, lamenta Cristina Marín, secretaria de Educación del sindicato. En la misma línea se manifiesta Ustec, que también reclama al Govern un plan “con calendario y financiación” para adaptar las escuelas a las olas de calor. Además, este sindicato ha activado un formulario para recoger datos sobre las temperaturas en las aulas.

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