El 50º aniversario de la Fundación Miró de Barcelona se centrará en subrayar la dimensión internacional del artista y en celebrar el edificio de Sert

La Fundación Miró de Barcelona mirará hacia atrás en su 50 º aniversario para catapultarse hacia el futuro. Con el elocuente lema de Para la gente del mañana, el centro dedicado al arte contemporáneo que regaló a la ciudad Joan Miró y construyó su amigo Josep Lluís Sert se lanza a una conmemoración que se extenderá a lo largo de todo un año mediante un amplio y variado programa que incluye exposiciones, conciertos, performances, talleres y muchas otras actividades. El aniversario se centrará especialmente en subrayar la dimensión internacional de Miró y en celebrar el hermoso edificio de Sert que aloja y da personalidad a su fundación barcelonesa.

La conmemoración tendrá tres momentos destacados, según ha explicado este mediodía su director (desde 2018) Marko Daniel. El primero será una jornada de puertas abiertas y fiesta el domingo día 15 de junio, en el que podrá visitarse la exposición, que se inaugurará el día 11, La poesía acaba de empezar, 50 años de la Miró, una muestra muy particular sobre la historia del centro que incluye memorabilia como carteles de exposiciones tan variadas como las de Kurt Schwitters (1982) y Panamarenko (1984) y la de Tintín del mismo 1984 que levantó tanta polvareda, o sendas peticiones al Gobernador Civil de Barcelona (“Dios guarde a Usted muchos años”) para que autorizara una conferencia de Salvador Pániker sobre hinduismo (1975) y otra de Victoria Combalía titulada A partir de l’objecte: revisió crítica dels plantejaments que es diuen d’avantguarda (1976). La exposición, realizada coralmente a partir de ideas de varios artistas de manera que va más allá —o acá— de una muestra al uso, pone de relieve la vinculación de la Miró con la Transición “como motor y catalizador del retorno de la democracia y de la libertad, con un claro compromiso político”. Está dividida en siete ámbitos que incluyen los antecedentes de la Miró, la reconciliación del pintor con el sector artístico de la ciudad, que había sido crítico con él; los primeros pasos de la Fundación, marcados por la censura franquista, el momento posterior a la muerte de Miró y Sert, caracterizado por la transformación de Barcelona con los JJ OO, la crisis económica global del 2008, un espacio en el que se recoge parte del archivo audiovisual del centro y un último ámbito proyectado al futuro.

El segundo gran momento de la celebración será la apertura el 10 de octubre de otra exposición, Miró y los Estados Unidos, dedicada a explicar la relación del artista con la vanguardia estadounidense de la posguerra mundial y a destacar el enriquecimiento mutuo que provocó ese contacto (Miró realizó siete viajes a EE UU entre 1947 y 1968). La muestra contará con 160 obras de, entre otros, Louise Bourgeois, Jackson Pollock, Mark Rothko o Helen Frankenthaler y se verá luego (marzo de 2026) en la Phillips Collection de Washington, institución que coorganiza la exposición.

El tercer momento señero del aniversario será la inauguración de la nueva presentación de la colección de la Miró en marzo de 2026, que permitirá a los visitantes acercarse a la obra del artista a partir de sus procesos creativos. En paralelo a esta nueva ordenación, la fundación quiere poner más en valor su edificio, “un ejemplo único de la arquitectura democrática” por su apertura y luminosidad, con una celebración especial coincidiendo con la capitalidad de Barcelona como sede mundial de la arquitectura en 2026. Marko Daniel ha valorado a Sert como un arquitecto racionalista pero muy humano, que no quería impresionar sino integrar a la gente es su edificio y que evitaba la grandilocuencia.

El centro abrirá al público el Jardín de los Cipreses, junto al ala izquierda del edificio, un espacio que pertenece a los anexos Jardines de Laribal pero que fue cedido a la Fundación en el momento de su construcción y no era accesible hasta ahora para los visitantes. El jardín, que mantiene los cipreses y bancos originales, pasará a integrarse en el circuito de la visita a la Miró tal como previó Sert. La incorporación de este espacio “reforzará el diálogo entre arte, arquitectura y naturaleza que define la esencia de la Fundación”.

El aniversario contará con la colaboración de diferentes instituciones culturales como el MNAC, el Macba, el Reina Sofía, el Liceo, el Palau de la Música, los festivales de Peralada y Grec, para “sumar complicidades”.

 Frente a la escultura Lluna, sol i una estrella y el impagable skyline de Barcelona sobrevolado por una muy mironiana golondrina, Marko Daniel ha calificado de “momento muy especial en la vida de la fundación” el aniversario que quiere ser abierto y participativo. Ha recordado que la Miró nació en 1975 fruto del deseo de Joan Miró —y la complicidad de Sert— de crear un centro de estudios de arte contemporáneo donde unir el arte internacional, la nueva creación, y miradas críticas sobre la historia del arte, empezando por la suya propia. “En estos años, hemos pasado de ser el sueño de un artista a una institución cultural de referencia”, ha dicho. Ha destacado que aquel 10 de junio de 1975 en que abrió, la Miró no pudo hacer una fiesta de inauguración sino un soft opening (término que hubiera sorprendido entonces) a causa de la pervivencia del franquismo. Al año siguiente, y ya muerto el dictador, sí se hizo una inauguración más festiva.

En esta ocasión, ahora, la fiesta, de 6 de la mañana a 11 de la noche, será total y con ella la Miró quiere agradecer el apoyo recibido por la ciudadanía durante este medio siglo. Será una oportunidad para redescubrir la Fundación, visitar la exposición sobre su historia, y disfrutar de una serie de actividades como una actuación castellera, proyecciones, talleres, y el inicio de una serie de 6 recreaciones modernas de performances que se realizaron en su día en la Miró.

La jornada festiva se iniciará con una nueva edición, la cuarta, del Solsticio Sert, que permite gozar de la experiencia de ver amanecer en el edificio y observar los cambios de luz que se van produciendo, con las claraboyas abiertas y las cortinas descorridas. La Miró, ha añadido su director, se encuentra en un proceso de desvelamiento del edificio tendente a abrir el centro al exterior y a la luz natural en línea con la idea original de Sert y en la consideración de que ello, bien planificado, es compatible con la cuidadosa conservación de las obras. También podrá disfrutarse el mismo día 15 (a las 19:45 horas) del concierto de Yerai Cortés de clausura del festival Sónar en las terrazas de la Fundación (MiróXSónar).

Preguntado por si la polémica en torno al Sónar por su pertenencia a un fondo proisraelí no les ha hecho replantearse el concierto, Marko ha puntualizado que la colaboración se acordó antes de la controversia y ha recalcado que “se hizo con una institución que ha defendido la creación musical de vanguardia desde el principio”. Ha señalado que en la Miró se sienten “muy vinculados al espíritu fundacional del Sónar” y ha considerado que la adquisición del festival por el fondo “no tiene nada que ver para nosotros con los principios que animan el Sónar”. El director de la Miró ha expresado “nuestro apoyo al equipo del Sónar, que atraviesa una situación difícil”. No obstante, desde la Fundación se ha querido dejar claro que el dinero de las entradas (a 30 euros) en ningún caso irá a parar al Sónar.

Del lema Para la gente del mañana, el director ha apuntado que ya Miró y Sert concibieron la Miró como un lugar vivo que pensaba en las personas del futuro. “No solo nos dejaron la colección y el edificio sino una manera de ver y entender el mundo”, ha asegurado, así qué “no solo celebramos el nombre de Miró sino su impulso transformador y visionario”. Y lo hacen “conscientes de la historia pero sin nostalgia, tratando de que el aniversario sea un impulso hacia adelante”.

Entre las actividades del aniversario de la Miró figurará, a partir del 29 de abril de 2026, otra exposición, dedicada a la artista canadiense Kapwani Kiwanga, ganadora de la novena edición del Premio Joan Miró.