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Lamine Yamal se convierte en arma arrojadiza en los debates sobre inmigración del Parlament

Formaciones como Junts o Comuns incorporan la figura del jugador en sus argumentos para rebatir los discursos xenófobos

Lamine Yamal
Màrius Lamor

Lamine Yamal no solo juega en Montjuïc. Su figura se ha colado en los últimos días en los plenos parlamentarios. Algunos partidos políticos han usado al futbolista del FC Barcelona —nacido en Cataluña pero de madre ecuatoguineana y padre marroquí— como recurso para rebatir los discursos antiinmigración. El 22 de mayo, durante la moción en el Parlament sobre el uso del velo islámico, la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, articuló un discurso islamófobo y en contra de la inmigración. Para rebatirla, el diputado de Junts David Saldoni, declaró lo siguiente: “Usted (Orriols) aparta a una gran parte de la gente que vive en Cataluña, nosotros somos los que queremos más Lamines Yamals”. La utilización de este jugador como recurso en debates parlamentarios, se aleja de la relación habitual entre deportistas e instituciones, que suele girar en torno al mérito deportivo. Algunos expertos llaman a ser “precavidos” con esta tendencia.

La intervención de Saldoni no quedó ahí, ya que el portavoz del Partido Popular, Juan Fernández, referenció posteriormente al jugador para fijar su postura: “No se trata de cerrar la puerta a nadie, tampoco a Lamine Yamal”, aseguró. A continuación, el diputado de Comuns Andrés García, respondió al portavoz popular: “Este país no tiene que abrir las puertas a Lamine Yamal, porque él es tan catalán como usted y como yo”, le espetó.

La introducción de Lamine Yamal en los argumentos de algunos partidos para defender la inmigración resulta un concepto “tramposo”, explica la escritora Najat El Hachmi: “En primer lugar, porque Lamine es catalán y con este discurso se le extranjeriza”, asegura. Según el politólogo y director del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS), Oriol Bartomeus, “instrumentalizar” a Lamine de esta manera resulta una arma de doble filo, ya que “puede dar a entender que solo se da valor a aquellas personas con historias de éxito detrás”. En este sentido, El Hachmi coincide en que citar casos como el de Lamine puede excluir al resto de ciudadanos de origen inmigrante que, “a lo mejor no meten goles” —puntualiza—, “pero llevan a cabo otros trabajos importantes y forman parte de la catalanidad”.

La socióloga y coordinadora del centro de investigación CER-Migracions, Sònia Parella Rubio, incide en que el talento futbolístico de Lamine es un “caso excepcional” y su éxito deportivo no es extrapolable a la gran mayoría. Aun así, puntualiza que Yamal juega un papel de “referente” para los jóvenes que provienen de entornos similares al suyo, ya que se pueden “ver reflejados” en su historia. Bartomeus ve normal que algunos partidos quieran sacar rédito político de esto, puesto que es “una figura pública y reconocida positivamente”: “Es el delantero del Barça, no se le puede criticar”, asegura. En este sentido, recuerda que “incluso durante los años del procés, a ninguno de los partidos catalanes nacionalistas se le ocurrió mencionar que Lionel Messi —el símbolo del Barça en ese momento— casi nunca hablaba públicamente en catalán”.

Sobre esta tendencia, El Hachmi comenta: “Los diputados podrían sacar pecho del éxito de Lamine Yamal si hubiesen llevado a cabo políticas de integración exitosas, algo que no han hecho”. En relación con esto, Parella pone el foco en la necesidad que se resuelva la falta de oportunidades y las situaciones de discriminación que viven los jóvenes con orígenes parecidos a los de Yamal, pero que no son estrellas futbolísticas como él: “No debemos caer en el error de pensar que este tipo de referencias de éxito, son la única antinarrativa posible ante los discursos antiinmigración”, observa, ya que hay muchos otros jóvenes que salen adelante en entornos complicados sin ser deportistas de élite. Además, aboga a la voluntad política para dar más oportunidades a estas personas.

Para Bartomeus, el tema va más allá de la transversalidad del futbol en las instituciones: “Cataluña ha sido siempre un territorio abierto que se ha ido, en parte, construyendo con las aportaciones de la gente que ha venido de fuera sobre la base de algunos consensos que ahora se han roto”, explica, algo que ha dado pie a los discursos que “plantean abiertamente que la gente de fuera no es bienvenida”. Esto, según El Hachmi, lleva años en auge: “En 2004 ya existía Plataforma per Catalunya —partido catalán de extrema derecha, ya extinto—, con discursos similares a los de Aliança Catalana”, comenta, “lo que pasa que estos discursos ahora están envalentonados por el auge internacional del odio hacia la figura del inmigrante, que se ha convertido en el chivo expiatorio de muchos problemas sociales”, sentencia.

Desde que Lamine se dio a conocer mundialmente durante la pasada Eurocopa, su nombre ya ha aparecido en otros plenos parlamentarios como instrumento político. La diferencia es que, en ocasiones anteriores, aparecía mencionado una vez por pleno, y no tres veces en un solo debate. Estos casos son: una respuesta de la consejera de Derechos Sociales e Inclusión, Mònica Martínez Bravo, a Vox (el 6 de noviembre de 2024); la intervención del diputado de Comuns, Lluís Mijoler, sobre la moción del PP en políticas deportivas (el 12 de diciembre de 2024); y una contestación de la diputada de la CUP Laure Vega, a Aliança Catalana (el 30 de enero de 2025).

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