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El alcalde Jaume Collboni exhibe mejoras en los indicadores de seguridad, limpieza y vivienda en el ecuador de su mandato

El edil de Barcelona tiene pendiente la modificación de la norma que obliga a los promotores a hacer un 30% de VPO

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante su comparecencia para hacer balance de su gestión a mitad de mandato.
Clara Blanchar

A pocos días de que se cumplan dos años de las elecciones municipales de 2023, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se ha adelantado a la efeméride y ha hecho balance de su gestión al frente del Ayuntamiento de la capital catalana. El mensaje que ha lanzado el socialista tras proyectar un vídeo es que “Barcelona mejora” y va “en el buen camino”: “Los indicadores en materia de limpieza, seguridad y vivienda mejoran”, ha presumido recordando su plan estrella, el Pla Endreça, que busca, en sus palabras, “mejorar la percepción del espacio público”. Collboni ha apoyado su mensaje en datos como la reducción de la preocupación por la limpieza en las encuestas municipales (del 16% al 5%), la caída de los delitos (15% en Ciutat Vella) y detenciones, y la reducción del precio de los alquileres en los nuevos contratos (6,4% el primer trimestre), fruto de la aplicación de la Ley de Vivienda, o la construcción de 5.000 viviendas públicas.

Convencido de que su mandato “marca un punto de inflexión”, el alcalde ha destacado también que su ejecutivo ha mantenido “las buenas decisiones de mandatos anteriores”, o incluso las ha “acelerado o corregido”. Ha sacado pecho también de su gestión del turismo, elevando la presión fiscal y negociando con el Puerto una reducción de los cruceros; o de haber “desencallado planes urbanísticos que llevaban años o décadas parados”, como el de Vallcarca o La Teixonera. Y ha recordado proyectos heredados que han acabado (Glòries) o continuado (Via Laietana, La Rambla o Meridiana).

Collboni, que fue investido con los votos de los comunes y el PP, gobierna en minoría (con solo 10 de 41 concejales) tras un fallido intento de incorporar a ERC en su ejecutivo. Para esta “rendición de cuentas” ha elegido la solemnidad del Saló de Cent, escenario habitual de sus presentaciones. Y ha comparecido arropado por sus cinco tenientes de alcalde y casi todos los concejales, sus gerentes, y ante decenas de altos cargos.

El primer edil no se ha referido a su situación política en minoría, pero preguntado por la cuestión ha recordado que los acuerdos alcanzados han sido con “las fuerzas progresistas”, ERC y comunes. “Nos gustaría seguir este camino, sin excluir a Junts”, y ha recordado que a la hora de negociar, su ejecutivo ha “acusado las situaciones de debate interno en la oposición, sobre su situación o liderazgos, lo que a veces ha dificultado la interlocución. Espero que se vaya resolviendo”. Respecto a su futuro personal, ha afirmado que le gustaría seguir más allá de este mandato y ha sacado pecho también de que sus políticas trascenderán su mandato, refiriéndose a planes que tienen como horizonte 2035, como el plan de Montjuïc, o el futuro Hospital Clínic en Les Corts. Collboni heredó del pasado mandato el Plan Clima y el Plan de Barrios, pero ha presentado otros: Pla Endreça, Pla Viure, Pla Impulsa o Pla Ombres.

En su extensa comparecencia ha aludido también a “la buena salud económica de Barcelona”, con el paro en mínimos históricos, los afiliados a la seguridad social en máximos, o un crecimiento del 3,8%, superior “a la media catalana y española”. Y ha citado la atracción de 650 millones de euros de inversión, y el impacto positivo que comporta para los ingresos fiscales. El Plan Clima “iniciado en mandatos anteriores” o la inversión social, la mayor por persona y año (259 euros).

En grandes cifras, el ejecutivo ha cuantificado en un 85% el plan de gobierno que han iniciado o terminado. El 29% de las acciones previstas están ejecutadas y un 56% en fase de ejecución, ha señalado el alcalde. Sobre los proyectos pendientes ha admitido que en la lista están las modificaciones del 30% de vivienda pública que Barcelona obliga a hacer a los promotores y la ordenanza de civismo, el parque central de Vallcarca, el de la Mar Bella o anunciar cuál será el primer interior de manzana que convertirá en zona verde.

Menos ruido de empresarios y patronales

En estos dos años, Collboni ha apaciguado los decibelios con los que empresarios y patronales de la ciudad clamaron contra las políticas de su antecesora, Ada Colau. Como el coto a los hoteles, el veto a los coches contaminantes, pacificaciones de calles o la imposición del 30% de vivienda pública. Pero la gestión de un turismo masivo que sigue creciendo y los problemas de acceso a la vivienda siguen siendo el gran reto de la ciudad y fuente de malestar entre la ciudadanía. De hecho, el alcalde ha hecho de la vivienda su bandera e impulsó la alianza de ediles europeos Mayors for Housing, que han exigido a Bruselas más fondos y capacidad de decisión para las ciudades.

De puertas adentro, y fruto de su minoría, el actual Gobierno municipal no ha logrado apoyos políticos para consensuar ningún presupuesto (el de 2024 se aprobó tras una cuestión de confianza y en 2025 está prorrogado), ni sacar adelante promesas electorales como flexibilizar el 30% o aprobar una nueva ordenanza de civismo.

Críticas de la oposición

En la oposición no compran el balance de Collboni y en los últimos días Junts, los comunes y el PP han coincidido en tachar su gestión de “fracaso”. Los neoconvergentes, que ganaron las elecciones con 11 concejales, evocan “la investidura de la vergüenza” que arrebató la alcaldía a Xavier Trias y, en boca de su jefe de filas, Jordi Martí Galbis, aseguran que “la supervivencia es el único objetivo de Collboni”. Los comunes (de quienes Collboni fue socio minoritario en los dos mandatos de Colau) critican “la incapacidad de gobernar, la falta de proyectos destacados y la actitud servil hacia los lobbies” del alcalde, en palabras de Janet Sanz. Y el PP, capitaneado por Daniel Sirera en el consistorio, presume de haber vetado un Gobierno municipal “con separatistas o con Colau”, y acusa al alcalde de “mantener el espíritu” de la alcaldesa. ERC, en cambio, ha optado por tenderle la mano y hacer valer los resultados de una oposición que entienden constructiva, tras pactar partidas en los presupuestos para el catalán, rehabilitación de vivienda o turismo.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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