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Las críticas internas rodean al líder del PSOE gallego y Caballero sentencia: “Cometió errores”

Cargos y excargos de toda Galicia se movilizan contra la gestión de Besteiro ante las acusaciones a su barón en Lugo por acoso sexual. Él se ratifica en su actuación y descarta dimitir

Dos manifiestos críticos, medio millar de firmas y un descontento que ha penetrado hasta en la sala de máquinas del PSOE gallego. Ese es el panorama al que se enfrenta José Ramón Gómez Besteiro desde que el pasado viernes confesó que conoció acusaciones de acoso sexual contra uno de los hombres más poderosos del partido dos meses antes de que fueran divulgadas por un programa de televisión. Cargos y excargos de las cuatro provincias ponen en entredicho su gestión de esa denuncia contra José Tomé, que afectaba a un cercano colaborador suyo y que solo comunicó a dos personas de su máxima confianza. El malestar ha movilizado incluso a los dos únicos socialistas que han llegado a la Presidencia de la Xunta, Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño. Besteiro, sin embargo, se ratifica en su actuación y revela una nueva denuncia que afecta a uno de los alcaldes que lo critican: una militante acusa al regidor de Barbadás (Ourense) de represaliarla laboralmente por haber señalado a un exedil de su gobierno que la acosaba sexualmente.

El terremoto en el PSdeG se siente en Galicia de punta a punta. Militantes de Lugo han divulgado este martes un manifiesto en el que exigen “conocer la verdad sobre lo ocurrido” con Tomé, “sin verdades incompletas y sin miedo a asumir las responsabilidades a las que pueda haber lugar”. El escrito se une al impulsado el pasado fin de semana por unas 70 mujeres socialistas y que supera ya las 450 firmas, con más de 150 de hombres. Lo han suscrito figuras históricas del socialismo gallego, como Touriño y Laxe, y también 14 alcaldesas y alcaldes de las provincias de A Coruña, Ourense y Pontevedra junto a concejales de distintos municipios.

“Yo no firmo manifiestos, yo hablo”, advierte al teléfono Abel Caballero. El alcalde de Vigo se pronuncia sobre esta crisis sin ocupar cargos orgánicos en el PSdeG, pero con el predicamento de sus 40 años en primera línea socialista y su corona electoral en la mayor ciudad de Galicia. Su postura coincide con la de la presidenta del partido en Galicia, Carmela Silva, quien este domingo, en un artículo en Faro de Vigo, dictaminó que “las cosas no se hicieron bien”. “Tanto en la tramitación como en los tiempos, la ejecutiva cometió errores”, remacha el regidor.

Caballero censura que “se dejase pasar un mes y pico sin transmitir [las acusaciones contra Tomé] a otros órganos del partido” y que se actuase así “en un tema muy sensible e importante”. “Ahora lo que hay que hacer es activar el partido para que no vuelva a ocurrir”, insta Caballero, quien se desmarca de las posibles consecuencias orgánicas que pueda tener este “malestar visible” hacia la dirección que encabeza Besteiro. La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, evita pedir la dimisión del secretario general. “Nada que opinar”, respondió este martes al ser cuestionada.

Después de negar durante dos días que tuviera conocimiento de acusaciones de acoso sexual contra Tomé, presidente en funciones de la Diputación de Lugo y hasta hace unos días líder socialista en esta provincia, Besteiro confesó el pasado viernes que se enteró de ellas en octubre. No fue una víctima quien se lo contó, sino una persona muy cercana a ella. El líder del socialismo gallego cuenta que se limitó a decirle a quien se las contó que “animara” a la mujer acosada a denunciar; que le preguntó a Tomé pero que este lo negó todo; y que solo informó del asunto a dos personas, las responsables de Organización en Galicia y en Lugo.

Besteiro no se lo comunicó a nadie más de la dirección. Ni siquiera a Silva, la presidenta del partido, ni a la responsable de Igualdad, Silvia Fraga. Esta última dimitió el viernes por su desacuerdo con la gestión del caso. Caballero critica que “se ignorara” a Fraga a la hora de abordar unas acusaciones de este calibre y relacionadas con sus responsabilidades orgánicas. E insta al secretario general del PSdeG a tomar medidas para que dé marcha atrás a su renuncia: “No puede permitir que se vaya”.

Uno de los críticos con Besteiro, denunciado por acoso laboral

Besteiro insiste en que actuó correctamente, en que no pudo hacer nada más porque en casos de acoso sexual la legislación solo permite que sean las víctimas las que denuncien. “Respeto esos manifiestos y respeto la libertad de expresión”, señala, pero mantiene que actuó “con prudencia” y “rapidez” y no piensa dimitir. Ha revelado que el canal antiacoso de Ferraz ha recibido otra denuncia. Una militante, acompañada de varios testigos, acusa de acoso laboral al alcalde de Barbadás (Ourense), Xosé Carlos Valcárcel, y asegura que el regidor la represalió después de que ella señalara por acoso sexual a un concejal de su gobierno que ya no está. Valcárcel es uno de los alcaldes de Ourense que han suscrito un comunicado muy crítico con la dirección gallega por el caso Tomé, en el que se reclama dimisiones “inmediatas” ante cualquier denuncia de este tipo y se aboga por “un acompañamiento firme y continuo a las víctimas”. El líder del PSdeG le pide ahora que abandone todos los cargos que ocupa, pero él se niega. Este martes ha anunciado su baja en el partido pero sin dejar el bastón de mando ni su escaño en la Diputación. Y defiende que el que tiene que dimitir es Besteiro por “negligencia”.

A Besteiro le llegan críticas también de su antecesor al frente del partido. Gonzalo Caballero, sobrino y antagonista del alcalde de Vigo, ha calificado el mandato del lucense de “desastre histórico”. Desde Santiago, tres concejalas expulsadas hace unos meses del partido, con la histórica Mercedes Rosón a la cabeza, han expresado su “deseo de que alguien capaz asuma la dirección de un partido desnortado en Galicia que cada día que pasa decepciona y defrauda a militantes, a mujeres y a la sociedad en general”. “¿Para esto volvió Besteiro?“, se pregunta Mila Castro, ex secretaria general de la agrupación compostelana, quien ha cargado contra una dirección ”encubridora” y una “estructura orgánica que se protege a sí misma”. Ferraz echó a estas ediles a través de un expediente que ellas han llevado a los tribunales. Al juicio ha sido llamado como testigo Santos Cerdán. Entonces secretario de Organización, hoy cercado por las acusaciones de corrupción, fue él quien firmó la resolución que las expulsó.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.
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