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MINERÍA

La tragedia minera en Asturias reabre viejas heridas en Cangas del Narcea

El derrumbe llega ocho meses después del accidente de Cerredo, que dejó cinco muertos, y eleva a siete las víctimas mortales en minas asturianas este año

Ana Rodríguez Álvarez

A media tarde del viernes, la aldea de Vega de Rengos se quedó en silencio. El sonido de las ambulancias rompió la calma del valle y la noticia del derrumbe corrió de móvil en móvil. “Aquí las cosas se saben en minutos”, contaba José Manuel Rodríguez, vecino del concejo. En un bar cercano, varios habitantes seguían las actualizaciones oficiales con la inquietud de quien conoce bien el trabajo de los mineros.

La preocupación se mezclaba con la amarga familiaridad que esta zona suroccidental de Asturias ha aprendido a reconocer. No era la primera vez que el territorio contenía la respiración a la espera de noticias desde el interior de una mina. “La espera es lo peor”, decía José. “Sabes que cada minuto cuenta y no puedes hacer nada.”

La confirmación de la tragedia llegó poco antes de las ocho de la tarde. A las 19.45, los equipos de rescate accedieron al cuerpo del primer minero, Óscar Díaz, ya sin vida. El dispositivo volcó entonces todos los esfuerzos en el segundo trabajador, Anilson Soares. Los equipos lo localizaron poco después, pero liberarlo fue extremadamente complejo porque el derrumbe lo mantenía sepultado en una zona aún inestable. Su cuerpo pudo ser recuperado pasadas las 23.30. La tragedia alcanzó de lleno a su familia, que ya había perdido a otro de sus miembros en un accidente minero. Su hermano menor, Adolfo, falleció en 2007 en un derrumbe en el Pozo Calderón, en Villablino.

El operativo también evidenció la importancia de la Brigada de Salvamento Minero, un cuerpo esencial en los rescates subterráneos. Los brigadistas del Pozo Fondón fueron movilizados de inmediato a Vega de Rengos, pese a atravesar una de las semanas más tensas de su historia reciente, ya que 19 de los 21 integrantes han presentado su renuncia como voluntarios tras cambios organizativos que consideran injustificados. “Aun así, cuando han sido requeridos, su respuesta ha sido impecable”, señala Jose Luis Alperi, Secretario General del SOMA-FITAG-UGT. “La Brigada no existe solo para cuando se la quiere aplaudir, sino que existe siempre”.

Aunque la minería ya no es el motor económico que fue en el siglo XX, en Cangas del Narcea su huella sigue siendo profunda. En el concejo, como en Degaña o Laciana, casi todas las familias tienen a alguien que trabajó en ella. La reapertura de Vega de Rengos devolvió empleo en un territorio castigado por la despoblación, pero también reactivó temores antiguos. “La minería se ha ido transformando de una actividad muy manual, a una actividad mucho más mecanizada y, con esa transformación, hay una variación importante del mapa de riesgos”, explica Jose Luis Alperi.

Los veteranos del sector insisten en que la minería siempre entraña un riesgo imposible de eliminar por completo. “A ningún minero ni minera le resultan ajenos los riesgos inherentes al entorno ambiental de la mina; gases, ventilación y movimiento incontrolados del terreno son riesgos perennes, y de muy difícil control”, agrega.

Aunque la Unión Europea ha dado por concluido el apoyo público a la minería de carbón térmico destinada a generar electricidad, la extracción de otros tipos de carbón puede continuar cuando cumple usos industriales específicos y respeta la normativa vigente. La antracita de Vega de Rengos, por ejemplo, se destina a procesos siderúrgicos y metalúrgicos, dependiendo de su viabilidad económica y del cumplimiento de los requisitos de seguridad autonómicos y nacionales.

La explotación de TYC Narcea quedó suspendida cautelarmente en abril de 2025, tras el accidente de Cerredo, en el que murieron cinco mineros. El Principado ordenó entonces una revisión completa de los procedimientos y permisos. Tras varios meses de inspecciones, la Administración autonómica autorizó la reanudación de la actividad en junio, asegurando que todo estaba en regla.

Las primeras hipótesis apuntan a un origen estrictamente geológico. El alcalde de Cangas del Narcea, José Luis Fontaniella, explicó que los técnicos hablan de un hundimiento “que no podía haber sido ni previsto ni calculado”, un fallo súbito del terreno provocado por la “quiebra” de una roca cuya rotura, subraya, era imposible detectar. La brusquedad del derrumbe habría sorprendido a los dos trabajadores en una de las zonas más delicadas de la explotación.

El recuerdo del accidente de Cerredo estuvo presente en todas las conversaciones del viernes. Muchos lo mencionaron, apenas supieron que había un derrumbe. Las inspecciones posteriores a aquel siniestro endurecieron los controles, pero también dejaron un poso de desconfianza que no terminó de disiparse. “Aquello fue un golpe durísimo”, recordaba otro trabajador.

El comunicado de Comisiones Obreras insistió también en diferenciar el accidente de Vega de Rengos del sucedido en Cerredo en marzo. “Las circunstancias no son comparables”, señalaron, recordando que la zona derrumbada había sido revisada el día anterior por el actuario de minas. El sindicato ha reclamado una investigación “completa y rigurosa” que permita esclarecer las causas y reforzar los protocolos de seguridad.

Alipio Díaz, minero prejubilado y miembro de la Asociación de Memoria Minera de Cangas del Narcea, describe la violencia del derrumbe. “A veces la mina avisa. Es decir, notas pequeños ruidos o movimientos que te dan margen para reaccionar. Pero esta vez bajó todo de golpe, sin dar tiempo a nada”, explica.

Díaz comparte también el malestar que arrastra la comarca. “Nos hemos sentido abandonados, incluso cuando había más actividad minera”, lamenta y subraya una idea que repiten muchos veteranos: “La seguridad es lo primero, pero ni siquiera eso garantiza que no haya un accidente. En la mina siempre hay algo que no puedes controlar del todo”.

La noche del viernes fue larga en Cangas del Narcea. El concejo siguió el rescate en silencio, pendiente de cada aviso y de cada movimiento de los equipos de emergencia. El derrumbe recordó a todos que la mina, por pequeña que sea, sigue marcando la vida de un territorio entero.

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Sobre la firma

Ana Rodríguez Álvarez
Redactora en EL PAÍS Exprés, donde cada mañana seleccionamos las noticias más importantes del día para que estés informado de todo lo que pasa en este mundo en menos de cinco minutos.  Especializada en relaciones internacionales y derechos humanos. Antes de llegar a EL PAÍS pasé por las redacciones de Cadena SER, RTVE o Europa Press.
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