¿De qué planeta viniste, Mariano Rajoy?
Rajoy estuvo Rajoy. Escurridizo, como ‘cansao’, a escasas revoluciones. Y eso que iba a presentar su libro


Llegó Mariano Rajoy a’ El Hormiguero y dijo de su libro: “Es divertidísimo. Si no, no vendría”. No fueron los primeros aplausos de la noche, que estuvieron dedicados al presentador del programa, que apareció lanzando besos al viento, estirando la camisa que parecía haber sido lavada con agua muy caliente y que anunció las visitas al programa de la semana que viene. Estarán Mario Vaquerizo, Los Morancos y Marta Sánchez, entre otros. A Marta le pusieron Colgando en tus manos, la canción que cantó con Carlos Baute, pudiendo haber escogido ese temazo que es Desesperada o recordarnos cuando le puso letra al himno de España.
Rajoy estuvo Rajoy. Escurridizo, como cansao, a escasas revoluciones. Y eso que iba a presentar su libro, El arte de gobernar, editado por Almuzara. Motos le ponía la fuerza de los mares para que aquello tuviera ritmo, pero no había manera. ¿Le preguntan por el título? Rajoy dice que él no lo ha puesto —“Eso” no es cosa suya—, sino del editor, así que habría que preguntárselo a él. Vamos a por otra, presidente.
“Me gusta cumplir la ley, aunque eso ahora no esté muy de moda”, dijo el que fue presidente del Gobierno. Décimas de segundo dramatiquísimos, silencio en el plató, hasta que las palmas de dos manos deciden juntarse. El resto del público repite el gesto. Menos mal.
Motos insistía y le pidió ponerse en una situación ciertamente realista. ¿Si en una de las firmas de su libro está Pedro Sánchez, qué le pondría? “Celebro que esté usted aquí. Espero que le sirva para aprender algunas cosas”, respondió el autor. ¿Y si quien pide autógrafo es Alberto Núñez Feijóo? “Le diría lo mismo, aunque él ya se lo sabe”, añadió.
El presentador se puso a replicar fragmentos del libro. “Como hay mucha frase corta, es fácil escoger”, argumentó. Primero fue una frase de Ortega y Gasset, luego salió el nombre de Ábalos y Rajoy se puso señorote diciendo cosas de señorotes: “Para dar lecciones, es mejor estar seguro. Si no, hay que saber callarse”. Como no había un espejo delante para verse a sí mismo, siguió hablando de cosas que son, dice, los mayores problemas a los que se enfrenta España. El gobierno no puede gobernar, a la justicia no se la respeta, la polarización es una cosa regular tirando a mala y “la buena educación se ve a cuentagotas”. Este tipo de rankings son perfectos para detectar privilegios y en qué planeta vive cada uno.
Sigue creyendo en el PP, partido al que aún pertenece y del que dice que está en su sitio. Habla mucho de sentido común y sensatez, que a saber lo que quieren decir en su cabeza. “Esto no es que lo diga yo, es que lo piensa todo el mundo”, dijo. Claro que sí, al cielo contigo.
Hasta que a uno le tocan la fibra, el tuétano y la herida.
“¿Mazón supo irse?”, le preguntó Motos, nacido en el municipio valenciano de Requena. “Pues sí”, respondió Rajoy. El gesto del presentador cambió de inmediato. “Un año después”, replicó visiblemente incómodo. Y es entonces cuando Rajoy dejó de hacer toda la gracia del mundo, si es que llegó a tenerla. Cuando estimó oportuno decir delante de muchísimas personas que le “duele un poco ver que hay gente manifestándose todos los días a ver qué consiguen. Oiga, ¿qué quieren? ¿Qué más quieren? Ha presentado su dimisión”. A ver qué consiguen.
Este jueves, día 13 de noviembre, es el día de la bondad y la empatía.
Pero Rajoy debió darse cuenta de aquello y enseguida lo arregló, diciéndole al presentador de El Hormiguero una frase para enmarcar cuando tocó hablar de enemigos: “Usted tiene un pintoresco récord. La propaganda institucional del Gobierno se utilizó para darle un estacazo monumental”. “Sí”, respondió Motos.
“Para mentir, es mejor quedarse callado”, había dicho Rajoy en otro momento de la entrevista en la que tampoco había espejos en el plató en los que mirarse. Lástima.
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