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El fiscal general ante el Supremo: “La verdad no se filtra, la verdad se defiende”

Este es el relato de los hechos de García Ortiz. Niega haber filtrado el correo de la pareja de Ayuso y justifica el borrado “sistemático” de sus mensajes

Reyes Rincón

Tras cinco sesiones viendo el juicio casi en silencio junto a sus abogados, el fiscal general del Estado ha tomado esta tarde la palabra para defender su inocencia. Álvaro García Ortiz ha rechazado haber filtrado el correo en el que el abogado de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso y procesado por fraude fiscal, admitió ante la Fiscalía la comisión de dos delitos contra Hacienda. Ni se lo hizo llegar a la Cadena SER, el primer medio que hizo alusión a ese mail, ni a ningún otro periodista, ha asegurado García Ortiz. Como ha hecho a lo largo de la instrucción, sí ha admitido su responsabilidad en el otro documento que centra la investigación, la nota de prensa difundida para desmentir las falsedades que estaba extendiendo el entorno de Ayuso. Pero ha negado que ese comunicado tuviera datos personales de González Amador que debieran haberse omitido. “La verdad no se filtra, la verdad se defiende”, ha dicho al final de su declaración.

Con el interrogatorio a García Ortiz, el juicio al fiscal general del Estado entra en la recta final. El jefe del ministerio público se acogió al derecho que el Supremo reconoce ya a todos los acusados de ser el último que presta declaración, una vez que han comparecido todos los testigos y se han realizado las pruebas aceptadas por el tribunal. Durante cinco sesiones, García Ortiz ha seguido el juicio en el estrado junto a la Abogacía del Estado, que ejerce su defensa, y vestido con la toga de fiscal general. Pero esta tarde abandonó esa posición y se quitó la toga para sentarse en el centro de la sala y declarar como investigado.

Visiblemente nervioso al principio y algo más relajado a medida que avanzaba la declaración, el jefe del ministerio público ha rechazado contestar a las acusaciones populares y a la particular, ejercida por la pareja de Ayuso. Y ha dedicado los primeros minutos de su comparecencia, de alrededor de una hora y media, a explicar las razones que le han llevado a tomar esta decisión. Ha asegurado que González Amador omitió en la querella que dio origen al caso datos relevantes, como que el correo investigado y enviado por su abogado, “ya había sido reenviado el mismo día 2 de febrero a un tercero, perteneciente a una institución que en ese momento no era parte en el proceso”, en referencia a la Abogacía del Estado; o que “quien primero revela el mail" de un fiscal es el propio González Amador, que reenvió al jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, un correo enviado por el fiscal del caso a su abogado y le autorizó a difundirlo entre los medios de comunicación. “Es posible que de haberse sabido desde el principio hubiera podido cambiar el rumbo procesal del procedimiento”, ha asegurado el fiscal general, para quien la acusación particular ha actuado “de manera poco leal” no solo contra él, “sino contra el tribunal y el magistrado instructor”.

Sin la intervención de las acusaciones, la declaración del jefe del ministerio público se ha limitado a las preguntas de la Fiscalía y de su defensa. La teniente fiscal del Supremo solo ha planteado dos cuestiones:

-¿Ha hecho llegar a personas distintas a la Fiscalía el correo del 2 de febrero?

-No

-¿Se ratifica en la declaración ante el instructor del 29 de enero de 2025?

-Sí

Salvado ese trámite, ha sido el abogado del Estado José Ignacio Ocio quien se ha dirigido a García Ortiz para darle pie a ir detallando lo ocurrido entre el 7 de marzo de 2024 -cuando García Ortiz supo por su jefa de prensa que la Fiscalía de Madrid había denunciado por fraude fiscal a un empresario que resultó ser la pareja de Ayuso- y el 14 de marzo -cuando la Fiscalía difundió la nota de prensa que recogía una cronología de los hechos realizada a partir de los correos intercambiados entre el abogado de González Amador y el fiscal que le había denunciado, Julián Salto-.

En esa franja de tiempo, la declaración de García Ortiz se ha detenido especialmente en la tarde del 13 de marzo, a partir de una llamada que le hizo la fiscal jefa superior de Madrid, Almudena Lastra, para alertarle de que el jefe de gabinete de Ayuso estaba difundiendo entre periodistas que el ministerio público había ofrecido un pacto al abogado de González Amador, pero luego lo había retirado “por órdenes de arriba”, supuestamente en referencia a la Fiscalía General. “Es la primera vez que me llama Lastra desde que soy fiscal general del Estado”, ha apuntado García Ortiz para recalcar lo extraordinario de la situación.

Una hora después de esa conversación, a las 21.59, El Mundo publicó una noticia que recogía la versión de la que Lastra había advertido a García Ortiz y entrecomillados de un correo enviado el 12 de marzo por el fiscal del caso al abogado de González Amador en el que el primero se mostraba abierto a alcanzar un acuerdo de conformidad. El jefe del ministerio público ha asegurado que fue entonces cuando él supo que la Fiscalía y el letrado se habían intercambiado mails y ordenó recabarlos para reconstruir lo que había ocurrido. “Quiero saber qué ha pasado y se inicia la demanda de los correos. Y tomamos la determinación de defender la actuación de los fiscales, que es absolutamente impecable”, ha subrayado.

García Ortiz ha recordado que fue una noche “dinámica” informativamente hablando y que, mientras recababan los correos, le llegó la información de que Miguel Ángel Rodríguez seguía extendiendo “insidias y calumnias” en mensajes a periodistas y en su cuenta de Twitter, lo que les convenció de que era necesario que la Fiscalía aclarara lo ocurrido con una nota de prensa. “Es una respuesta institucional de la Fiscalía de España a una noticia que pone en cuestión el trabajo de la Fiscalía de Delitos Económicos [...]“, ha asegurado García Ortiz, quien ha reivindicado su actuación en la noche en la que se centra la investigación: ”Mi obsesión es amparar a la Fiscalía”.

El jefe del ministerio público ha defendido también su decisión de incorporar a ese comunicado la cronología del cruce de mensajes entre la Fiscalía y el abogado, un hecho que estuvo en el origen de la querella que ha sentado en el banquillo a García Ortiz. El fiscal general ha asegurado que “detallar los correos” no tiene nada que ver con la decisión de hacer una nota. “Si te saltas un correo no puedes hacer una cronología”.

“¿Qué criterios se siguieron para hacer la nota?”, le ha preguntado su abogado. “Meter solo lo que se refiriera al trabajo de los fiscales. Nada más, ninguna información accesoria”, ha argumentado el jefe del ministerio público, que ha recalcado que, por ejemplo, la expresión “ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda pública”, el reconocimiento del delito que hace el abogado en el correo enviado al fiscal, no estaba en el comunicado difundido por la Fiscalía; como tampoco estaba nada referido al documento de ocho páginas que acompañaba a ese correo y que constituía un borrador de la propuesta de conformidad de la defensa de la pareja de Ayuso. “Ese pdf ni se mencionó siquiera en la nota de prensa que no va más allá de lo que se había dicho ya, ni había nada que pudiera perjudicar a un tercero, a una persona que había sido investigada por la Fiscalía”, ha afirmado García Ortiz.

Borrado “sistemático” de mensajes y correos

Durante la declaración, el acusado ha justificado su decisión de borrar todos los mensajes y correos de sus dispositivos, una circunstancia que para las acusaciones y para el instructor del Supremo es un indicio más de la culpabilidad de García Ortiz. Este ha asegurado que elimina de forma “sistemática” todo el contenido de los dispositivos porque una filtración de sus comunicaciones podría “poner en peligro a muchas personas en este país”. “Soy muy consciente de eso, por eso tengo borrados sistemáticos, no permito que permanezca más de un mes en mi WhatsApp la información contenida en un chat que puede tener información profesional o de relaciones institucionales”, ha recalcado, ates de añadir: “Los magistrados me pueden entender, no me voy a extender. [Se almacena] una información muy relevante”.

También ha explicado que cambia de teléfono alrededor de una vez al año y por qué no devuelve el viejo cuando le dan uno nuevo. La primera vez que cambió de terminal tras llegar a la Fiscalía General le dieron uno reciclado que contenía rastros de que había sido utilizado por el jefe de la Inspección. Y, tras advertirlo, le contaron que es lo que se hacia habitualmente. “Desde ese momento, se ha terminado. Gestiono mis propios dispositivos y, desde esa devolución, no he devuelto ninguno”. Con el teléfono que cambió el 23 de octubre de 2024, una semana después de que el Supremo le encausara, hizo “exactamente lo mismo” que con los anteriores, ha asegurado: “Restaurar valores de fábrica y me aseguro que elimino los datos que puedan perjudicar a terceras personas”. “No hay ningún ánimo de ocultación”, ha zanjado.

Sus últimas palabras se las ha cogido prestadas a una persona que ha acudido de público a la sesión de la tarde y que se ha acercado a él antes de empezar la sesión: “La verdad no se filtra, la verdad se defiende”.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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