Ir al contenido
_
_
_
_

Guiños a las víctimas y minimizar la crisis de los cribados: el doble juego de la Junta y del PP andaluz

Expertos alertan sobre la estrategia del Gobierno de Moreno y su partido: “Se equivocan, las mujeres no somos el enemigo”, advierte la presidenta de Amama

Eva Saiz

“Se equivocan, porque las mujeres no somos el enemigo, nosotras no les hemos hecho nada”. Esta es la reacción de Ángela Claverol, la presidenta de Amama, la asociación de mujeres andaluzas pacientes de cáncer de mama, a las declaraciones de algunos miembros del PP andaluz que en las últimas semanas han tratado de minimizar la crisis de los cribados. “Deberían poner el foco en las mujeres, en dar solución al problema y en explicar dónde ha estado el fallo, no en atacarnos o relativizarlo. Dirán que son pocos, casos, pero ya vamos por 220 demandas que estamos preparando”, confirma durante una conversación con este diario.

Hace una semana, tras la reunión que mantuvo Claverol con el consejero de Sanidad, Antonio Sanz, Amama recalcaba en un comunicado que le había “mostrado su total y absoluto desacuerdo e indignación por el cúmulo de infamias que se están publicando en torno a la asociación e incluso a sus miembros”. La entidad aludía, entre otras muchas cosas, al tuit que el mismo domingo en el que casi 10.000 personas se concentraban frente al Palacio de San Telmo para criticar la gestión que había hecho el Gobierno de Juan Manuel Moreno de la crisis de los cribados, publicaba el portavoz parlamentario del PP andaluz, Toni Martín, en el que calificaba la protesta de “fracaso absoluto de los partidos de izquierda y de los sindicatos”. Lo hacía, además, minutos después de que la Policía Local de Sevilla informara de que al acto habían asistido 4.500 personas, un recuento que nunca ha hecho esta entidad y que fue desmentido posteriormente por la Policía Nacional, que es la que recaba esos datos, y que casi dobló esa cifra: 8.500 manifestantes.

Al día siguiente, fue el propio presidente de la Junta quien desautorizó a su portavoz para asegurar que “nunca es un fracaso que los ciudadanos se manifiesten libremente, siempre es un éxito”. Un cuestionamiento que también hicieron en privado algunos consejeros. Pero los desplantes a las mujeres víctimas de los retrasos en el diagnóstico de los cribados no terminaron allí. El viernes pasado, el diputado popular, Pablo Venzal, del círculo más cercano de Moreno, aseguró en una comisión parlamentaria que las afectadas por los fallos del programa de prevención del cáncer de mama “seguramente se contarán con los dedos de una mano, por mucho que chillemos”. Un día antes, una concejal del PP de Hinojos (Huelva), había repetido ese mismo argumentario en el pleno: “Todo este ruido por un 1%”.

A priori estas declaraciones podrían evidenciar un desacople en la estrategia para lidiar con la crisis de los cribados, si se comparan con los mensajes más conciliadores lanzados por el Gobierno andaluz. A las palabras de Moreno hay que sumar el viraje en la actitud del consejero de Sanidad, que empezó pidiendo a las mujeres de Amama que dejaran de lanzar “infundios” por denunciar la presunta desaparición de historiales médicos y acabó ofreciéndole a Claverol estudiar caso por caso todas las denuncias de la asociación y le reconoció que el portavoz popular se había equivocado. Este miércoles les lanzaba otro guiño al sustituir al exgerente del Virgen del Rocío, Manuel Molina, con quien Amama no mantenía buenas relaciones, en su cargo de delegado territorial de Salud por Silvia Pino, concejala del Ayuntamiento de Sevilla y con una excelente relación con la asociación. Pero, de acuerdo con los analistas consultados, esa divergencia obedece a un plan del PP para atender tanto a sus votantes, que no consideran que la privatización está deteriorando a la sanidad pública, como a los que podrían dejar de movilizarse en favor del PP ―el voto prestado que apuntaló la mayoría absoluta de Moreno―, decepcionados por su gestión sanitaria.

“Una escucha activa en redes sociales sobre esta crisis en Andalucía nos permite ver que hay dos conversaciones que chocan y que están polarizadas, la crítica con la Junta y la que no cuestiona que se esté dañando la sanidad”, explica Ana Salazar, politóloga y CEO de la consultora Idus3. “Al Gobierno de Moreno le interesa que haya una conversación a su favor y le interesa lanzar mensajes hacia esas dos cohortes”, añade. En el Ejecutivo se asegura que el debate político en torno a esta crisis está movilizando a los votantes del PP “que estaban muy dormidos”, de acuerdo con los interlocutores consultados.

Dividir en un contexto poco polarizado

En el Gobierno de Moreno se reconoce que los fallos en el programa de cribado han sido un tremendo error ―“una cagada”, coinciden varias fuentes―, y tampoco se esconde que parte de la dificultad de abordar esta crisis reside en que las afectadas son mujeres con cáncer de mama. Pero también defienden, en la misma línea que siguió Venzal, que el calibre del problema no es tan grande y critican a la oposición y a los medios de comunicación por sobredimensionarlo con fines electorales. “Me sentí superado e impotente por no haber tenido información antes y porque durante un mes todas las televisiones de España se han dedicado al tema, cuando suceden cosas parecidas en otros territorios y no se han subido los decibelios”, reconoció el propio Moreno este lunes durante la presentación de sus memorias.

Allí, como ya hizo Venzal ―a quien dedica un capítulo del libro―, el presidente andaluz también puso números para acotar la proporción del asunto: “En una comunidad que hace 1.100.000 cribados, que de mama exclusivamente hace medio millón al año y del medio millón al año, hemos tenido focalizado en el Virgen del Rocío el 97% de los casos como consecuencia de un problema en una orden que se da dentro del sistema público de salud”, dijo Moreno, Aunque después reconoció que “con que solamente haya sido una mujer que ha tenido que esperar y estar en la incertidumbre, es un fracaso, una decepción del sistema”, pasó al reproche político. “Es verdad que se producen errores, pero en Andalucía ha habido un interés especial en distorsionar la realidad”. “Siento decepción con cómo se puede manipular las cosas, de manera intencionada y otras sin intención”, abundó.

El escándalo de los cribados cogió con el pie cambiado al equipo de comunicación y estrategia del PP andaluz, que no calibró el riesgo de exponer al propio Moreno en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno; ni le advirtió de que no debería haber dicho en público que se decidió no avisar a las mujeres de hallazgos dudosos, para no generarles “ansiedad”.

Con el paso del tiempo, el Ejecutivo ha querido tomar las riendas de la situación, aunque con una reacción un tanto sorprendente, que pasa por confrontar con las mujeres víctimas de cáncer de mama, una decisión que contrasta con la moderación que el propio Moreno está publicitando en sus memorias. “La estrategia de poli bueno y poli malo es arquetípica en comunicación y es útil porque da argumentos a los tuyos para defenderse, pero eso sirve en un escenario muy polarizado, y precisamente el andaluz no es el modelo de ese escenario polarizado, porque el propio Moreno se ha encargado de tener rédito en un escenario más dulcificado donde atraer a los votantes del PSOE”, advierte Sergio Pascual, analista político y exdiputado de Podemos.

También cuestiona esa estrategia de polarización Antonio Conde, presidente de la Asociación de Politólogos de Andalucía. “Intentar desprestigiar a un colectivo tan importante como es el colectivo de mujeres en la defensa y ayuda del cáncer de mama, poco va a beneficiar al PP porque a la hora de elegir el que no tenga un voto predefinido, se va a decantar de lado de las víctimas y no del Gobierno”, advierte.

Todavía queda mucho tiempo para saber cómo va a desembocar esta crisis. En el seno de la Junta también quieren esperar a los efectos de los planes de choque para los cribados, antes de analizar unas consecuencias cuando ahora se está en su momento más álgido. El Gobierno considera que los fallos en el programa de prevención no da votos ni a PSOE ni a Vox y que únicamente afecta a los desencantados de centroizquierda que apoyaron a Moreno en 2022. Pero lo que sí es cierto, como recalca Salazar, es que hasta ahora la figura del líder popular “nunca había estado en el centro de ninguna crisis y ahora esté metido de lleno”, hasta el punto de que ya se escuchan gritos en las concentraciones de “Moreno dimisión”, algo inaudito hasta el mes pasado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_