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Las “orgías” de insultos inundan las actas de plenos del Congreso

El PSOE registra su segunda queja oficial a la Presidencia tras comprobar que las interrupciones suman medio centenar en cualquier sesión

Javier Casqueiro

“¿Y la orgía qué?“. El diputado del PP Jaime de los Santos, exaltado, sale al paso desde su escaño a la respuesta en la que la ministra de Educación, Pilar Alegría, le recuerda que en un pasado no lejano ejerció de asesor personal en La Moncloa de la esposa del entonces presidente Mariano Rajoy. En el acta oficial de la sesión de control en el Congreso de este miércoles pasado las taquígrafas recogen a continuación por parte del diputado popular: ”Le voy a decir algo. Yo he dado sobradas explicaciones… ¡Yo llevaba bolsas, pero tú tapabas orgías!“. Fue una de las 52 interrupciones computadas. El PSOE ha presentado al respecto la segunda queja en dos semanas a la Presidencia de la Cámara. Sin opciones de ningún resultado.

El pasaje del enfrentamiento dialéctico entre Alegría y De los Santos fue el más caliente de esta última sesión de control, pero no el único, ni será el último. La secretaria general del grupo socialista en el Congreso y portavoz de la dirección federal del PSOE, Montse Mínguez, ha registrado este sábado por segunda semana consecutiva una queja formal para discutir en la próxima Mesa del Congreso de este martes sobre el mal comportamiento creciente que achaca a los diputados del PP. Ya lo hizo la semana anterior sin ningún éxito. No suele haber ese tipo de actitudes de parlamentarios de otras formaciones.

En la Presidencia actual del Congreso arguyen que no hay nada que hacer, que esa mala educación y esa falta de decoro ha ocurrido en otros episodios en el pasado y que entonces como ahora depende de la persona que está conduciendo los debates, la presidenta o cualquiera de los vicepresidentes, llamar al orden o incluso expulsar del salón a los más reincidentes. Apenas sucede.

El artículo 2 del Código de Conducta de las Cortes Generales, aprobado en octubre de 2020 y que sigue en teoría vigente, establece que sus señorías deberían observar en el ejercicio de sus funciones los principios de “integridad, transparencia, diligencia, honradez, responsabilidad y respeto”.

El PSOE centra esta segunda queja formal muy particularmente en el diputado popular Jaime de los Santos, que lleva semanas desde que fue ascendido en la cúpula del PP de Feijóo a vicesecretario general lanzando graves ataques contra la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes.

Antes de aludir a las “orgías” de los Paradores, que forma parte del guion de casi todas sus preguntas, De los Santos señaló que Alegría tiene “una relación inexistente con la verdad y la decencia” y que “se revuelca en la inmundicia”. El diputado del PP llamó al presidente del Gobierno “aprendiz de sátrapa” y ante el recordatorio de Alegría sobre su labor de asistente de la mujer de Rajoy en La Moncloa la interrumpió hasta ocho veces con lo de “la orgía”, “¿Y la orgía que?“ o ”Yo llevaba bolsas, pero tú tapabas orgías". La ministra, cada vez más tensa, razonó que sobre el bulo de su conocimiento o participación en las fiestas en los Paradores del exministro José Luis Ábalos ella ya había dado numerosas explicaciones. A lo que el diputado del PP rebatió: “¡Menos con las orgías!“ y repitió varias veces: ”La UCO". El diputado del PSOE y sindicalista Luc André Diouf no aguantó más y desde su escaño le increpó: ”¡Maleducado!“. De los Santos remató finalmente: “¿Y de la orgía qué pasa?“.

Este tipo de actitudes y de estrategia parlamentaria han ocurrido en el pasado, en otras legislaturas, hacia otros presidentes y con otros grupos. Pero el PP actual las va incrementando. En el acta taquigráfica del pleno del 15 de octubre se contabilizan un total de 52 interrupciones de este tipo desde las bancadas del PP a miembros del Gobierno. La semana anterior habían sido 45: cinco fueron de Vox, 10 de reacciones colectivas (rumores y aplausos fuera de turno) y otras 30 correspondieron a diputados y diputadas populares liderados por Rafael Hernando, Miguel Tellado y Jaime de Olano.

La mayoría de las veces se constatan esas salidas espontáneas por parte de diputados que no están en el uso de la palabra ni son los que han formulado la pregunta en cuestión. Este miércoles pasado se recogió así en el acta que la diputada Marta Vázquez enunció: “¡Mentirosa! y “¡Qué sinvergüenza!" y su compañera Sofía Acedo Reyes le espetó al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres: “¡Qué sinvergüenza!“.

Este tipo de actitudes no se suelen reproducir nada más que con risas o aplausos en los duelos entre los principales líderes, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y ni siquiera con todos los ministros, a los que en algunos casos apenas se pregunta en esas sesiones. Las dianas preferidas del PP son la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que a su vez es de las más expresivas cuando están hablando algunos parlamentarios del PP, y Félix Bolaños, el titular de Justicia. Bolaños y la popular Cayetana Álvarez de Toledo mantienen casi todas las semanas el mismo tipo de rifirrafe, pero con cortes que son habitualmente para aplausos de sus respectivos grupos.

El PP tiene, para estos cometidos de no eludir el barro, auténticos especialistas. Y el mayor sigue siendo su anterior portavoz, Miguel Tellado, que suele aprovechar que le toca el turno de pregunta ya avanzado el pleno para intentar recuperar terreno perdido por alguno de sus predecesores. Tellado ha fijado su foco ahora en Bolaños, pero el miércoles, cuando Sánchez presumió ante Feijóo de que su Gobierno es “de los más decentes de la Unión Europea” el actual secretario general popular no se pudo reprimir y lanzó al hemiciclo hasta tres veces: “¡Ábalos, Cerdán, Ábalos, Ábalos!“.

La semana anterior, en su pregunta formal, Tellado llegó a decir del Gobierno que “es una organización criminal” o concluyó que para “dinero negro el que entraba en Ferraz en bolsas de basura por parte de empresarios y salía en sobres en manos de Koldo, Ábalos y Cerdán”, asuntos que por ahora están por demostrar judicialmente. Otro diputado del PP aseguró así que el Gobierno “paga con dinero público el consumo de prostitución”.

La nueva portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, es la que interroga ahora a la vicepresidenta Montero tras relevar a Tellado en ese cargo y aunque usa un tono duro no interrumpe ni insulta desde su escaño, pero sí recoge muchos aplausos de los suyos. Muñoz y Montero lo que suelen hacer es enviarse gestos o enseñarse desde sus escaños algunos documentos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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