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Feijóo cita a Sánchez en la comisión del ‘caso Koldo’ del Senado y este le responde: “Ánimo, Alberto”

El líder del PP anuncia que llamará al presidente a comparecer este octubre. El jefe del Gobierno contrapone sus medidas en Sanidad y sobre el aborto con la mala gestión de comunidades del PP

Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, en la sesión de control al Gobierno, este miércoles en el Congreso. Foto: Samuel Sánchez
Javier Casqueiro

Feijóo no esperó más y finalmente decidió comunicar este miércoles, en la sesión de control al Gobierno del Congreso, que en breve el PP, que controla con mayoría absoluta el Senado, citará al presidente del Gobierno en la comisión de investigación que funciona en la Cámara alta sobre el caso Koldo. Al líder de la oposición le disgustó tanto la respuesta que le dio Pedro Sánchez a su nueva retahíla de ataques por casos de corrupción que cercan ahora al máximo dirigente del PSOE que, tras concluir que no es “un presidente digno y decente”, le comunicó que tendrá que acudir en octubre a esas sesiones de investigación en el Senado, que tampoco han aportado hasta ahora ninguna claridad sobre esos escándalos. Sánchez optó en primera instancia por replicarle con la mala gestión de los servicios públicos, y en particular la Sanidad, en las comunidades del PP. En su segundo turno se limitó a aconsejar: “Ánimo, Alberto”.

El presidente del PP había repetido una formulación de su pregunta de control al presidente genérica, como “¿A qué intereses responde su Gobierno?”, para echarle en cara otra vez todas las informaciones comprometidas que están apareciendo tras el paréntesis del verano sobre personas de la máxima confianza del líder socialista durante años. Su primer interés fue por las noticias que hacen referencia al último auto judicial sobre el caso Ábalos en el que se recoge un lenguaje aparentemente en clave sobre presuntas mordidas y billetes de 500 euros. Feijóo entiende que un presidente ”digno y decente” tendría que haber acudido ya a Ferraz, la sede del PSOE en Madrid, a preguntar por esos billetesº.

Pedro Sánchez le afeó que buscase así Feijóo el titular fácil, se refugió en la página 28 del reciente informe de la UCO de la Guardia Civil sobre el caso para concluir con contundencia que este no recoge ningún indicio de financiación irregular o ilegal del PSOE y le aconsejó que eligiese mejor sus batallas políticas.

El presidente, luego, se acogió al guion de contraataque de su partido ante este pantanoso escenario político y contrapuso todas las inversiones y mejoras constatadas en su mandato frente a los problemas, carencias y recortes que se están observando en la gestión de esos servicios públicos en las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Sánchez, como luego hizo la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, candidata socialista a la Junta andaluza, puso el foco ahí especialmente en Andalucía, que tiene elecciones en la próxima primavera, y que ahora está en el centro de la polémica por los errores registrados en los cribados de las enfermas de cáncer de mama.

El mandatario precisó así que en sus siete años en La Moncloa ha aumentado la inversión en salud pública en un 45% mientras en Andalucía se ha derivado esa fijación hacia los intereses de la sanidad privada y reprochó a Feijóo que haya anunciado que no se prestará a blindar el derecho al aborto que Sánchez quiere incluir en la Constitución. Fue ahí cuando el líder del PSOE entró al detalle y calificó de “atropello al derecho de las mujeres avalado por la Constitución y la legalidad” que mientras en algunos países de nuestro entorno los abortos se practiquen en un 70% en la sanidad pública como en Portugal, un 99% en Suecia, un 94% en Italia y en la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso solo sean el 1%. Sánchez remató: “El Gobierno defiende a la gente de a pie y ustedes a la élite de siempre”.

A Feijóo, todos esos argumentos le parecieron “patéticos”, volvió a enumerar los casos ya judicializados que circundan al PSOE y al Gobierno para asegurar que todos esos presuntos delitos habrían sido “imposibles” sin la participación del presidente y anunció que finalmente ha adoptado la decisión de convocarle a la comisión del PP en el Senado, que llevaba tantos meses barruntando. Y le indicó que allí, en octubre, cuando vaya, “estará obligado a decir la verdad aunque le resultará muy difícil”. Sánchez ya no se molestó en utilizar más argumentos: “Ánimo Alberto”, respondió en su segundo turno de réplica.

Los populares, que crearon la comisión del caso Koldo en el Senado en febrero del año pasado, podrían haber usado su mayoría para sentar a Sánchez antes de las elecciones europeas, o incluso antes en las catalanas, pero algunos senadores recelaban de si el presidente saldría más airoso que perjudicado de esas sesiones como le ha pasado ya a varios comparecientes por el tipo de interrogatorios practicados por los representantes del PP. En público, la excusa para no fijar la presencia del presidente era que se esperaba a pruebas más concluyentes. Feijóo cree ahora, cuando el PP está pasando por un momento complicado en las encuestas por su competición con Vox, que ese momento ya ha llegado.

El resto de la sesión consistió en una competición desatada entre dirigentes de la cúpula del PP de Feijóo y sus diputados de base en el Congreso para auparse en quién era el que emitía la acusación más grabe contra Sánchez y el PSOE. En ese menú entraron desde las famosas chistorras, soles y lechugas, que es como la UCO mantiene que la trama del caso Koldo, Cerdán y Ábalos se podría referir a las comisiones que cobraban, o todo tipo de alusiones a la prostitución y las prostitutas para identificarlas con los favores a los que mantienen se prestaban prácticamente todos los responsables socialistas.

Los diputados del PP y Vox, indistintamente, interrogaron así a ministros como José Manuel Albares, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska o Ángel Víctor Torres. Los ministros respondieron con la misma estrategia: identificar al PP con Vox, tachar de mentiras y calumnias todas esas intervenciones y oponer las mayores inversiones y recursos en todo tipo de materias promovidas por este Ejecutivo frente a los recortes de los gobiernos del PP de ahora y de otras etapas.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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