Aznar y Feijóo se presentan como los pacificadores del ‘apreteu’ sanchista
El expresidente, como su pupila Ayuso, son ahora los referentes ideológicos del exbarón moderado gallego que prometía no venir a Madrid a repetir insultos de sus antecesores


Aznar y Feijóo, los pacificadores. Cuesta creerlo, pero es como han querido presentarse ambos líderes conservadores este viernes en otro balance más absolutamente aterrador del nuevo curso político de la FAES, la fundación que comanda el expresidente popular del Gobierno. Aznar, como su pupila neocon Isabel Díaz Ayuso, son ahora los referentes ideológicos del exbarón moderado gallego que prometía no venir a Madrid a repetir o mejorar los insultos de sus antecesores. Feijóo y Aznar portarían así la bandera blanca ante todos los conflictos que creen que el presidente actual, Pedro Sánchez, tensa a propósito para levantar muros con los que protegerse de sus casos de corrupción y de llevar al país al desastre, en España y por el mundo.
El expresidente Aznar nunca supo muy bien lo que es la autocrítica. Nunca reconoce errores, mentiras, problemas y corrupciones propias o de sus equipos. . Aznar nunca se ha sentido bien como telonero de nada y en la clausura de este cursillo de la FAES sobre Europa y el futuro del vínculo Atlántico, que es un título recurrente en esa fundación, tampoco lo iba a permitir aunque el protagonista buscado pretendiera ser el líder vigente del PP.
Aznar salió a la palestra para retratar un Gobierno y un presidente actual a los que identificó con la pereza, el declive, el letargo, la comodidad y la falta de lucidez y coraje. En esa tesitura, Europa, como disculpa para no repetir todo el rato el concepto España como exponente del hundimiento de todos los valores, el esfuerzo y la capacidad de trabajo, ni funciona ni pinta ya nada en ningún lado. Y Sánchez no deja de ser para Aznar el epítome de todos esos males.
El expresidente, que nunca se ha sentido bien en ese traje de jarrón chino, entiende que Sánchez solo sobrevive ahora ya exhausto para desviar la atención de sus innumerables problemas. Aznar sostiene que lo que busca Sánchez ante su evidente protagonismo en política exterior, contra EEUU, el incremento del gasto en Defensa de la OTAN y, sobre todo, frente a Israel por la masacre de Gaza, es colocarse ante “un espejo donde ensayar poses morales”. Le ve irrelevante, sin sentimientos, como un simple agitador, peligroso, eso sí, porque le diagnostica ya terminal.
El gurú Aznar piensa ahora, como hizo antes con Pablo Casado y nunca concedió a Mariano Rajoy, que la única alternativa que puede reencauzar España con su liderazgo, proyecto e ideas es Feijóo. Así se lo soltó a la cara y Feijóo, ayuno de muchos piropos estos días, incluso en el campo de batalla mediático de la derecha, lo agradeció todo.
A Feijóo, en esas condiciones, no le importó convertirse en el telonero de Aznar. Repitió los mensajes en los que lleva enfrascado desde que volvió del verano, contra Sánchez y todo lo que le rodea y le responsabilizó de ser el causante de la tensión creciente y de que ya nada en España “sea normal”. Feijóo mantiene que ese clima de confrontación tribal es una estrategia que Sánchez ha retomado del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero (recuperó ahí la frase de ZP en una entrevista con Iñaki Gabilondo) y también de la frase mitinera de Quim Torra sobre el “apreteu” a sus bases independentistas.
El pacificador Feijóo se agarró a la última polémica nacional, en este caso el fallo técnico en el sistema de pulseras electrónicas para mantener alejados a los acosadores y maltratadores, para atribuirle esa negligencia a Sánchez y su equipo, a los que responsabilizó por su “incompetencia, indolencia, ocultamiento y mala fe”. Sobre Gaza o Israel no se divisa ninguna posibilidad de acercamiento. Feijóo, que acababa de mantener una charla con el canciller alemán Friedrich Merz, amagó con utilizar el contenido de esa cita para desmontar la tesis de que Sánchez pinta algo en Europa. Se quedó en que Merz comparte su visión y que otros países serios y nórdicos tachan a Sánchez, se supone que en sus conversaciones en privado con Feijóo, de ser un “irresponsable” que prefiere estar al frente de un Estado “connivente con las dictaduras”, y ahí citó otra vez a Venezuela, “que de sus socios europeos en Bruselas”.
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