El ultraderechista Alvise Pérez exhibe la bandera española en los islotes de Alhucemas en un desafío a Marruecos
El eurodiputado asegura que su acción responde a las “presiones” marroquíes para retirar la enseña de las plazas de soberanía


El eurodiputado Luis Alvise Pérez, líder del movimiento ultraderechista Se Acabó La Fiesta, asegura haber colocado una bandera española en los islotes situados junto al Peñón de Alhucemas, a unas decenas de metros de la costa del norte de Marruecos, según un vídeo que ha difundido este martes a través de su cuenta en X. En las imágenes, el político extremista, conocido por sus acciones de provocación, exhibe la enseña plegada con el escudo nacional a la vista, pero no se observa desplegada sobre las plazas de soberanía norteafricanas. Fotografías tomadas a lo lejos por vecinos de la zona a las que ha tenido acceso EL PAÍS parecen mostrar la bandera extendida sobre la tierra en la isla más alejada de la costa.
Los islotes españoles de Tierra y Mar, anejos al peñón o isla rocosa con guarnición militar permanente (de la Legión o los Regulares de Melilla) que se alza frente al litoral oriental de Alhucemas (450 kilómetros al noreste de Rabat), han sido objeto de una inusual polémica este verano por la presunta desaparición de las banderas españolas que ondeaban sobre ellas. El archipiélago de Alhucemas forma parte junto con las islas Chafarinas, el islote Perejil —ocupado durante una decena de días por tropas de Rabat en 2002 antes de una intervención militar española— y el peñón (en la actualidad península) de Vélez de la Gomera de las plazas de soberanía en el norte de África. En vísperas de la conmemoración del centenario del desembarco de Alhucemas, la operación que consolidó el control de España sobre su Protectorado marroquí, Marruecos sigue reclamando la integración en su territorio nacional de dichas plazas africanas, a las que denomina “presidios ocupados” junto con Ceuta y Melilla, por haber albergado en el pasado a desterrados y presos políticos.

La misteriosa desaparición de las banderas españolas ha reavivado la disputa en las últimas semanas, en medio de un clima de creciente enfrentamiento político con Marruecos desde las fuerzas de ultraderecha, que creen contar con un banderín de enganche electoral en la pugna poscolonial. El también extremista partido Vox ha dirigido una pregunta parlamentaria al Gobierno para que aclare la presunta retirada de las enseñas de los islotes. Alvise Pérez y sus seguidores parecen haber adelantado por la derecha a los partidarios de Santiago Abascal en una acción mediática a lomos de motos acuáticas de alquiler. En la costa situada frente a las islas Alhucemas, en la concurrida playa de Sfiha ahora repleta de veraneantes y chiringuitos, se ubica el cuartel de un destacamento militar marroquí.
“Hemos izado una bandera española de cuatro metros en las islas (...) bajo soberanía española (...) que han visto restringida en ocasiones la visibilidad de la bandera nacional por presiones del Reino de Marruecos”, reza el mensaje de Alvise Pérez en las redes sociales en el que muestra imágenes del peñón y los islotes, “Defendamos nuestra casa, barrios y ciudades. Defendamos nuestro país”, proclama. El eurodiputado ultraderechista asegura que las autoridades marroquíes dificultaron “enormemente” su entrada en el país magrebí desde la noche del sábado.
El Gobierno de Marruecos presentó en febrero una protesta ante España a causa de la celebración de un acto político en Ceuta en el que el líder del movimiento Se Acabó La Fiesta estuvo acompañado por el coronel retirado Carlos Pavón. Según informó el diario oficialista Le Matin, la presencia de un alto mando militar español en un evento organizado en Ceuta de “un partido profundamente hostil a Marruecos”, supuso “un riesgo de inestabilidad en las relaciones bilaterales”.

La prensa de Marruecos había amplificado la polémica sobre la supuesta retirada de las banderas de los islotes, aireada inicialmente por algunos medios españoles sin presencia sobre el terreno, pero el Ministerio de Defensa ha calificado de “incorrectas” esas informaciones en un mensaje al portal de verificación de noticias Newtral. “En estos islotes no existen banderas con asta elevadas de tela o metálicas desde hace más de 20 años. En su lugar se emplean estructuras metálicas sobre plataformas de cemento u hormigón con cierta elevación pintadas con los colores de la bandera nacional, que cumplen una función simbólica y de presencia en la zona”, precisan las fuentes ministeriales.
“No se ha producido ninguna retirada reciente de símbolos nacionales ni existe modificación alguna en la situación o estatus de estos islotes”, advierten, al tiempo que admiten que el “impacto de la meteorología, el entorno marino y la fauna local” puede afectar a su visibilidad. Hace un año, la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó por primera vez el peñón de Alhucemas, en una gira que incluyó el peñón de Vélez de la Gomera y las Chafarinas.

En 2012, 81 inmigrantes subsaharianos trataron de forzar su entrada en España al irrumpir el islote de Tierra para solicitar asilo en territorio nacional. Fueron tratados como náufragos, sin embargo, y desalojados del peñasco costero para ser entregados a la Gendarmería de Marruecos. La vigilancia marroquí es patente desde la costa, aunque en época estival los bañistas se acercan hasta las costas de los islotes para tomar el sol o lanzarse al agua de las rocas. Decenas de motos acuáticas navegan en esta época como abejorros de un panal en torno al archipiélago de Alhucemas, convertido en curiosidad histórica para los veraneantes marroquíes, muchos de ellos inmigrantes en Europa que pasan las vacaciones en su país.
Fuentes locales consultadas por El PAÍS dan por desaparecidas las banderas desde hace al menos cinco años, por efectos de los temporales marinos y por el robo de las placas metálicas que las representaban. Un empleado municipal de Alhucemas presente en la playa de Sfiha asegura que la semana pasada una patrulla procedente del peñón desembarcó en las islas deshabitadas del archipiélago a bordo de una lancha neumática para reforzar vallas metálicas y reajustar los carteles que prohíben el paso, en árabe y en español, a una zona militar de soberanía hispana desde el siglo XVII situada a un tiro de piedra de la costa africana.
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