Feijóo pone sordina al debate interno en un congreso con solo una cuarta parte de las enmiendas de 2017

Los 3.264 compromisarios que formarán parte del próximo congreso del PP han registrado poco más de un millar de enmiendas a las dos ponencias, política y estatutos, que se aprobarán en el cónclave. La cifra es una cuarta part de las que se registraron en el último congreso del PP con debate ideológico, el de 2017, cuando se presentaron más de 4.000 enmiendas a los cinco textos que vieron la luz entonces. De las actuales, además, solo han trascendido las que ha presentado el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, que pide un veto expreso a los acuerdos con los independentistas. Ni siquiera la líder madrileña, Isabel Díaz Ayuso, referente del ala dura del partido, ha alzado la voz, y en su lugar se ha retirado de la batalla de las primarias. Alberto Núñez Feijóo ha logrado poner sordina al debate interno, ayudado por el contexto político. “El caso Cerdán y la sensación de que a esta legislatura le quedan meses lo ha cambiado todo”, admiten fuentes de los territorios.

El informe de la UCO sobre la presunta corrupción del último secretario de Organización del PSOE ha marcado un antes y un después en el congreso del PP, acallando cualquier discusión interna. “Por un lado, Génova ha querido controlar el debate aprobando solo dos ponencias frente a las cinco del último congreso, lo que ya reduce las posibilidades de que se presenten enmiendas”, analiza un dirigente veterano. “Pero por otro, la gente ha sido muy consciente de que ahora no podemos distraernos porque estamos en la recta final de la legislatura”, remacha. “Hay una especie de acuerdo tácito de que este congreso tiene que servir solo para decirle a Sánchez que tiene que irse”.

Antes del escándalo de Cerdán, Feijóo ya buscaba un cónclave de paz orgánica y poco ruido interno, y para eso controló desde el principio todo el proceso. El líder del PP adelantó la fecha del congreso por sorpresa, al margen de su dirección, y pidió a los ponentes que trabajaran sobre dos borradores de las ponencias ya elaborados por su equipo, para dirigir el debate. Además, situó en la ponencia política a una figura próxima a la línea ideológica de Ayuso, la eurodiputada Alma Ezcurra, para que el texto recogiera medidas que contentaran al ala dura, la que más podía ponerle en problemas.

El resultado es un ideario en el que se percibe un giro a la derecha, que ha permitido a Feijóo que no se revolvieran los halcones del PP. “La ponencia asume cosas que han calmado a los que más cambio pedían: reformismo en plano institucional, con medidas concretas y compromisos bastante claros, y endurecimiento en inmigración y pacto verde”, reflexionan fuentes de un territorio próximo al ala más derechista.

El PP ha endurecido su postura sobre el fenómeno migratorio en línea con otros partidos conservadores en Europa y a rebufo de la extrema derecha, poniendo más trabas a la llegada de inmigrantes, y ha pisado el freno en las políticas climáticas en línea también con el giro de los conservadores europeos, que se han distanciado del pacto verde europeo. Además, la ponencia evita los asuntos espinosos para el PP, como el aborto y la eutanasia, de forma que tampoco ha despertado las críticas del sector más católico.

En consecuencia, los ayusistas, cuyas críticas a la estrategia de Feijóo tienen más que ver con la actitud y con cómo afrontar la presión de Vox, han sacado la bandera blanca en el congreso. La líder madrileña anunció este miércoles que se retira de la batalla por las primarias, el debate más delicado. Feijóo ha conseguido suprimir el voto directo de las bases y volver a un sistema de compromisarios, aunque concedió a Ayuso que los delegados vayan en listas cerradas de cada candidato para que estos sean menos controlables por el aparato. La presidenta de Madrid seguirá presionando por más cambios en el nuevo modelo con el reglamento.

Solo el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha alzado la voz enmendando la ponencia política para hacer explícito el veto del PP a los acuerdos con los partidos independentistas catalanes en la etapa actual. Fernández reclama que el ideario político del PP recoja la siguiente prohibición expresa: “En consecuencia, resulta inviable llegar a pactos de gobierno con aquellas fuerzas políticas que incluyan entre sus objetivos subvertir el orden constitucional”. La ponencia política, en cambio, deja la puerta abierta a los pactos con Vox a escala nacional e, incluso, con los independentistas catalanes y vascos, siempre que esos eventuales acuerdos respeten la Constitución española. Los ponentes han mostrado voluntad de acuerdo con esa enmienda del líder catalán.

Por su parte, el líder del PP vasco, Javier de Andrés, tiene previsto presentar este viernes sus enmiendas, aunque fuentes de su entorno anticipan que no serán nada polémicas. El contexto político de debilidad del Gobierno progresista ha ayudado a calmar las aguas del PP, como apunta un dirigente territorial: “Por parte de todos ha habido un ejercicio de responsabilidad y pragmatismo”.