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PSOE

Cerdán formó parte del gabinete que creó Sánchez ante la crisis de la trama corrupta: “Resulta que teníamos al zorro en el gallinero”

El ex secretario de Organización del PSOE participó en una reunión del núcleo duro dos días antes de que se conociera el informe de la UCO: “Estaba previsto que saliera a desmontarlo página a página”

Santos Cerdán, el 25 de junio en las inmediaciones de su domicilio en Madrid.
José Marcos

Pedro Sánchez creó un gabinete de crisis para pensar la estrategia a seguir ante la avalancha de informaciones que ya salpicaban a Santos Cerdán y torturaban día tras día al Gobierno como una gota malaya. El presidente incorporó al ex secretario de Organización del PSOE a un gabinete de crisis del que formaron parte un reducidísimo grupo de su más estricta confianza, con cinco de los principales ministros, y que mantuvo al menos dos reuniones, según coinciden varias fuentes gubernamentales consultadas por EL PAÍS. “Resulta que teníamos al zorro en el gallinero”, se lamenta un miembro del Gobierno.

Cerdán se ocultaba a la vista de todos. El ex número tres del PSOE, al que la Unidad Central Operativa (UCO) sitúa gestor de las mordidas de una presunta trama corrupta con José Luis Ábalos y Koldo García, mantuvo la confianza de Sánchez y del cogollo del Gobierno hasta la mismísima mañana en que el informe de la unidad anticorrupción de elite de la Guardia Civil reveló su lado oscuro. El político navarro, que defiende su inocencia a pesar de los indicios en su contra, representó a la perfección durante años un doble papel que le abrió de par en par las puertas de Ferraz y de La Moncloa. “Hasta el último segundo del último minuto antes de que el informe de la UCO nos estallara en las manos el 12 de junio”, resumen en la cúpula del Ejecutivo.

El todopoderoso encargado del día a día del PSOE se terminó convirtiendo en un caballo de Troya en el corazón de La Moncloa. La mejor prueba de hasta qué punto Cerdán se ganó el favor de Sánchez es que el presidente le incorporó al gabinete de crisis que ideó para abordar la respuesta a una crisis que, en ese momento, en La Moncloa seguían sin ver venir. Esa decisión le dio a Cerdán la certeza de que el Gobierno no manejaba ninguna información sobre los pasos que iba a dar la UCO y que en La Moncloa iban a ciegas mientras en la derecha vaticinaban que estaba a punto de conocerse un informe que iba a ser demoledor para el Ejecutivo.

Sánchez, en una sesión de control al Gobierno, con Santos Cerdán al fondo, el 11 de junio.

El grupo de elegidos estaba formado, coinciden varias fuentes gubernamentales, por un reducidísimo equipo de hombres y mujeres de la total confianza de Sánchez. Además de Cerdán, lo integraban cinco pesos pesados del Ejecutivo con carnet socialista: la vicepresidenta primera María Jesús Montero, los ministros Félix Bolaños (Presidencia y Justicia), Óscar López (Transformación Digital y durante tres años jefe de gabinete de Sánchez), Óscar Puente (Transportes) y la portavoz y titular de Educación Pilar Alegría. El equipo lo completaba Diego Rubio, otro cargo clave para Sánchez, que le nombró el pasado septiembre su nuevo jefe de gabinete. “Santi nos engañó a todos”, lamenta un miembro del Gobierno, que aguarda expectante su declaración el lunes en el Tribunal Supremo.

Según las fuentes consultadas, hubo al menos dos reuniones: la última se produjo el día 10 justo después del Consejo de Ministros, dos días antes de que la UCO destapase el presunto protagonismo de Cerdán en la trama de mordidas a cambio de adjudicaciones de contratos públicos. “Cuando leí el informe de la UCO me sentí engañado. Como todos. Cuesta asumir que hasta ese martes lo tuvieras a unos metros”, dicen en La Moncloa.

La semana anterior se celebró otro encuentro similar en el complejo de La Moncloa. Las fuentes preguntadas no se ponen de acuerdo sobre si hubo una tercera reunión, a la que no asistieron todos sus componentes. Como es habitual en las reuniones de Sánchez con su gabinete, sin teléfonos móviles en la sala y bajo una discreción total. “Él intervenía poco y cuando tomaba la palabra no destacaba por ser especialmente beligerante, pero sí que criticaba las informaciones que salían, hablaba de falta de rigor y decía que eran tendenciosas”, recuerda una persona conocedora de esas reuniones. Cerdán, que ha declarado en el Congreso que tiene menos ahorro en sus cuentas que al inicio de la legislatura, sigue negando su participación en la empresa Servinabar 2000 S. L., que habría desempeñado un papel fundamental para la trama. La UCO ha entregado al Tribunal Supremo un documento firmado supuestamente por Cerdán que intervino en casa del empresario Joseba Antxon Alonso.

Cerdán ya asistía, por su condición de correa de conexión entre el Gobierno y el principal partido del Gobierno, los lunes por la mañana a los maitines en La Moncloa. La función de esos encuentros es planificar la semana, por lo que Sánchez concluyó que no era el espacio más conveniente para abordar una crisis que amenaza como ninguna otra su supervivencia política. Los Consejos de Ministros se ciñen a las medidas aprobadas por el Gobierno cada semana y es muy raro que se desvíen de su sentido original, eminentemente práctico, y deriven en un debate entre sus 23 componentes. Así que el presidente, según fuentes del Ejecutivo, resolvió que debía convocar a su núcleo en otro formato. Así fue como surgió el grupo en el que Cerdán participó y conoció de primera mano, sin intermediarios, la estrategia a seguir ante las publicaciones que se iban conociendo de la UCO. “Lo que teníamos pensado es que, una vez saliera el informe, Santos comparecía y desmontase, aportando el contexto que le presuponíamos, página a página, el informe de la UCO. Esa era la estrategia marcada, él la sabía y guardó silencio, ahora ya sabemos que es porque estaba a la espera de conocer qué es lo que iba a salir”, reprocha un dirigente socialista. Cerdán dimitió antes y esa comparecencia de prensa no se produjo.

“Había mucha indignación en general, era compartida, porque todo el mundo hablaba de los informes de la UCO menos nosotros y jamás pusimos en duda la presunción de inocencia de Santi”, relata un ministro. En la cúpula del PSOE reflexionan a posteriori que “la frialdad” con que actuaba Cerdán llegaba a provocar situaciones en las que sus interlocutores estaban “más indignados” que el ex secretario de Organización de los socialistas. El PSOE ha pedido a Leopoldo Puente, el juez del Tribunal Supremo que lleva la causa contra Cerdán, que se realice un “expurgo” de la cuenta de correo electrónico de la que dispuso como responsable de la gestión del día a día del partido “para la exclusión de todo aquello no relacionado con el objeto de la causa”.

Agentes de la UCO entran en la sede del PSOE en la calle Ferraz en Madrid, el 20 de junio.

La UCO entró el viernes en Ferraz para clonar la cuenta corporativa. Una semana antes, el PSOE la bloqueó y creó una copia de seguridad, para “preservar su integridad y evitar alteraciones de su contenido”, el mismo día que dimitió como secretario de Organización por su presunta implicación en la trama de amaño de obras públicas. El temor de los socialistas es que se filtre información sensible como la planificación de la estrategia electoral del partido, la organización interna o informes de las relaciones con los socios. “Todo pasaba por él, el daño es tremendo”, concluyen apesadumbrados en La Moncloa.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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