Chivite se aferra a la fidelidad de sus socios para resistir al terremoto de Cerdán en Navarra
En medio de un clima de máxima inquietud, la presidenta de la Comunidad Foral ha visto caer ya a su valedor en Madrid y a su mano derecha desde que llegó a poder

La crisis desatada por la investigación a Santos Cerdán ha impactado de lleno en el Gobierno de María Chivite en Navarra, lugar de nacimiento de la trama, según las investigaciones de la UCO, pero la presidenta socialista cuenta por ahora con la fidelidad de sus socios para resistir el terremoto. Soporta una enorme presión de la oposición de derechas (UPN, PPN y Vox) pero, en medio de una gran inquietud por futuras revelaciones de la investigación en marcha, Chivite se aferra a la estabilidad parlamentaria que le ofrecen sus aliados. Cuenta por ahora con los votos de Geroa Bai y Contigo-Zurekin y con un apoyo estable de EH Bildu, con el que ha sacado adelante los seis presupuestos aprobados durante sus dos mandatos (2019-2025).
En este momento, a los socialistas navarros les parece remota la posibilidad de una moción de censura porque los socios en el Ejecutivo y EH Bildu suman 30 de los 50 votos en la Cámara. Los otros 20 son los correspondientes a los grupos de la derecha, que necesitarían sí o sí el apoyo de la coalición abertzale o de Geroa Bai. Pese a las presiones, Chivite quiere mantenerse.
Este jueves, justo antes de la sesión de control, la presidenta de la comunidad compareció ante los medios para defenderse: “Avancé el empeño como presidenta y como secretaria general en vender la limpieza y la honorabilidad tanto del Gobierno como del PSN, y efectivamente ha sido así con el caso del compañero Ramón. Dije caiga quién caiga y así es como estoy cumpliendo”.
Se refería a la renuncia de su número dos desde que accedió a la presidencia en 2019, Ramón Alzórriz, tras conocerse que su mujer trabajó en la empresa investigada Servinabar. En la sede de esta empresa la UCO encontró una escritura de 2016 según la cual Santos Cerdán tenía el 45% de las participaciones de una. La empresa navarra formó parte de la UTE (unión temporal de empresas) a la que se le ha adjudicado la mayor obra pública de la última década en Navarra: la duplicación de los túneles de Belate.
La coalición de gobierno en Navarra, de momento, no peligra, pero el golpe ha sido durísimo para la presidenta navarra. En poco más de una semana ha perdido a dos importantes pilares en el partido: Santos Cerdán y Ramón Alzórriz. Cerdán fue su principal valedor en Madrid y se enfrentó a Pedro Sánchez (la única discrepancia que ha trascendido entre ambos) para que Bildu estuviera en la ecuación de la investidura de Chivite en 2019, y fue su predecesor al frente del PSN. Les unen años de militancia y amistad. Chivite ha manifestado ya en diferentes ocasiones que no ha vuelto a hablar con Cerdán, y ha trasladado que ha pasado de la desolación a la indignación. Para intentar contener la crisis, ha solicitado auditorías de varios contratos adjudicados por el Gobierno foral a las empresas implicadas en la trama y ha puesto en marcha una auditoría de las cuentas del PSN durante el tiempo en el que Cerdán estuvo al frente de la formación.
En paralelo, este jueves, los socios en el Gobierno navarro ―PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin― junto con su socio presupuestario, EH Bildu, han registrado en el Parlamento una solicitud para crear una comisión de investigación sobre las licitaciones y adjudicaciones de obras (realizadas o financiadas por el Gobierno de Navarra) a personas físicas o jurídicas implicadas en la trama de corrupción del PSOE durante las cuatro últimas legislaturas parlamentarias. Entre ellas, se incluyen Servinabar y Acciona.
Para trabajar en ello, los grupos parlamentarios han pedido que los meses de verano se consideren hábiles en la cámara foral. Es una petición que ya realizaron los grupos de la oposición, UPN y PP, cuando la semana pasada exigieron la creación de otra comisión de investigación centrada en la adjudicación de las obras de duplicación de los túneles de Belate. Dicha petición no prosperó por considerarse precipitada y la mayoría parlamentaria retrasó a septiembre la decisión sobre si constituirla o no. El cambio de parecer se ha producido en las últimas horas, después de que el número dos de los socialistas navarros anunciara su dimisión como portavoz parlamentario y vicesecretario general del PSN.
La renuncia, que se registró al mediodía del jueves en la cámara foral, fue justificada con la “pérdida de confianza” de la presidenta navarra y secretaria general del PSN, María Chivite. Alzórriz no le comunicó hasta el miércoles que su pareja había trabajado entre 2021 y 2024 para Servinabar, a pesar de que los agentes de la UCO habían registrado ya la sede de la empresa en Pamplona.
Dos contratos en Navarra
El auto del magistrado Leopoldo Puente apuntaba a dos contratos en la Comunidad Foral a los que había concurrido la sociedad supuestamente participada por Cerdán en unión temporal de empresas (UTE) con Acciona Construcciones, empresa que también está siendo investigada por esta supuesta trama. El primero de los contratos fue el llamado proyecto Mina Muga para la apertura de una explotación de potasa en Sangüesa (Navarra), a finales de 2015, tan solo dos meses y medio después de que se constituyese Servinabar 2000.
Los agentes han localizado mensajes que apuntan a que Koldo García y el entonces miembro del parlamento foral Santos Cerdán participaron presuntamente en gestiones para conseguir que los empresarios interesados en poner en marcha la mina se reunieran con altos cargos del Gobierno regional ―entonces formado por una alianza de partidos encabezada por Geroa Bai y en la que no estaban los socialistas― para conseguir los permisos.
Este proyecto, que tuvo una fuerte contestación social, se encuentra paralizado. Un portavoz de Acciona advierte de que el proyecto de la Mina Muga era privado, por lo que no pasó por ningún proceso de licitación pública. No obstante, este proyecto fue clave porque propició que se conocieran los miembros a los que la UCO sitúa en el inicio de la trama: Koldo García, Santos Cerdán y el entonces alto cargo de Acciona Construcciones en Navarra Fernando Merino.
La segunda operación fue ya un contrato público, el de las obras para la adecuación por 3,7 millones de euros del pabellón deportivo Navarra Arena de Pamplona en 2017. En su informe, los agentes concluyen que “no se ha apreciado cuál habría sido el valor añadido” que aportó Servinabar 2000 a la ejecución de ambos proyectos, salvo, precisamente, la supuesta influencia para conseguir las adjudicaciones que daba la presencia en la sombra y gestiones de Koldo García y Santos Cerdán.
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