El temor a nuevas revelaciones bloquea la mayoría de la investidura
Varios grupos dejan en suspenso su apoyo a la espera de lo que pueda salir

A veces, no muchas, la política es lo que parece. La escandalosa sesión de control de este miércoles, seguida de una ronda de visitas a La Moncloa de algunos de los grupos más relevantes que apoyan al Gobierno, dejaron en evidencia lo mismo que se comenta de forma más discreta en los pasillos del Congreso: toda la política española, pero en especial los miembros de la mayoría de investidura, está pendiente de las próximas revelaciones de la UCO con las grabaciones de Koldo García. Y eso bloquea todo y tiene en suspenso el apoyo de varios grupos, que no se fían de las garantías que les da Pedro Sánchez en privado de que esta corrupción se limita al “triángulo tóxico” de José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García y no hay ningún rastro de financiación ilegal.
El Gobierno sigue defendiendo que en el fondo ninguno de los socios quiere ir a elecciones y, por tanto, confía en que esta furia irá bajando poco a poco y sobre todo con el horizonte del verano, que suele rebajar todas las tensiones políticas. Pero mientras diversos miembros del Ejecutivo tratan de trasladar a la prensa esta idea de calma, la realidad es que otros asumen que la inquietud es máxima ante la posibilidad de que haya nuevas revelaciones.
Koldo García, un personaje que logró colarse en los círculos más relevantes del poder socialista, cuyo entorno señala que ha grabado a muchos interlocutores durante años, y que nadie sabe con certeza qué puede tener. Eso tiene inquieto a todo el Gobierno y todo el PSOE, pero mucho más a los socios. Varios de ellos no quieren ni siquiera fotos con Sánchez en este momento y otros han renunciado a acudir a la ronda que propuso el presidente.
La sensación en toda la clase política es de máxima alerta ante lo que pueda pasar. El presidente apareció en público, en la sesión de control, muy descolocado por la pregunta del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que le pidió que “jure y perjure que esto no es el Gürtel del PSOE, que no aparecerá un P. Sánchez”. Y en privado, varios portavoces, entre ellos el propio Rufián, señalaron que le vieron “tocado” y “preocupado”.

El portavoz de ERC dio una sensación total de fin de ciclo después de ver al presidente en La Moncloa. Dijo que le pidió al presidente que “en el tiempo que nos queda” dando por hecho que puede ser poco, “aprovechemos para avanzar, sobre todo para intervenir el mercado de la vivienda, y para dejarles una vida digna a la gente”. “No sé lo que va a pasar”, admitió, dejando abiertos todos los escenarios.
El PNV, que siempre es un buen termómetro de la política española, también habló de una especie de parón en la legislatura y no quiso aclarar si en su opinión la mayoría puede aguantar o no. Maribel Vaquero, portavoz del PNV, señaló después de ver a Sánchez que lo había encontrado “preocupado”, aunque le insistió, como a Rufián, en que no ve ningún dato que le haga pensar que hay financiación ilegal del PSOE. El PNV dice que aguanta mientras se cumplan los acuerdos que tiene con el PSOE, pero no cierra ningún escenario en función de nuevas revelaciones. “Cada día amanecemos con un dato más. Vamos a ser prudentes”, remató Vaquero.
La frase que repiten todos los políticos consultados, no solo de los grupos, sino del propio Gobierno, es que “todo depende de lo que vaya saliendo”. Con lo que hay encima de la mesa, de momento parece que los grupos no están dispuestos a romper y nadie quiere elecciones, pero toda la política española está pendiente de lo que pueda salir.
Sumar hizo un gesto evidente de distancia, con la ausencia en la sesión de control de Yolanda Díaz y Ernest Urtasun, sus dos dirigentes más destacados. El ministro Pablo Bustinduy, que sí estuvo porque tenía pregunta de la oposición, fue muy claro. “Las explicaciones que ha dado hasta ahora el PSOE nos parecen claramente insuficientes. La gente necesita explicaciones y, más importante, necesita ver acciones”, dijo para empujar a favor de una aceleración de la agenda social que también reclaman otros grupos.

La portavoz de Coalición Canaria, Cristina Valido, le dijo a Sánchez en La Moncloa que su partido en este momento “no está en condiciones de garantizar el apoyo”. Valido también vio a Sánchez “tocado” y le reclamó “medidas contundentes”.
Como casi siempre, EH Bildu fue la que mostró un apoyo más claro y evitó dejar abiertos posibles escenarios alternativos. Tras la reunión con Sánchez de la portavoz, Mertxe Aizpurua, el grupo vasco dijo que le habían trasladado al presidente “la necesidad de actuar con toda la contundencia, adoptando medidas en profundidad contra los presuntos casos de corrupción que deberán ir acompañadas de propuestas concretas y efectivas para avanzar en la cada vez más urgente regeneración democrática”.
Mientras, Podemos lo ve muy claro, aunque tampoco pide elecciones. “Políticamente, la legislatura está muerta. Este ciclo ha llegado a su fin”, dijo Ione Belarra, la secretaria general.
La situación está, pues, completamente abierta, aunque el Gobierno insiste en que en privado ningún socio está amenazando realmente con romper. El Ejecutivo es consciente de que vienen semanas infernales, en las que puede haber revelaciones no necesariamente delictivas pero que pueden generar mucho ruido político y arruinar carreras políticas. Sánchez y su núcleo duro están decididos a resistir y confían en que los socios no querrán abrirle la puerta a un Gobierno de PP y Vox. Pero ya nadie se atreve a hacer previsiones en una política española completamente detonada y en manos de la UCO y sus revelaciones, que pueden llegar en forma de goteo.
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