Marlaska y su nueva número dos obvian los ataques a la UCO en su primer acto conjunto

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la nueva secretaria de Estado de Seguridad, Aina Calvo, obviaron este jueves los ataques a la Guardia Civil y a la Unidad Central Operativa (UCO) en sus intervenciones durante la toma de posesión de esta última, primer acto público conjunto de ambos y en el que ha estado la cúpula de Interior y la presidenta del Congreso, Francina Armengol. Calvo ha destacado en su discurso que, durante su etapa como delegada del Gobierno en Baleares, tuvo el apoyo de “unas fuerzas de seguridad leales, implicadas y responsables”. Marlaska ha reiterado en varias ocasiones en valor de su equipo, que ha calificado de “firme y suficientemente estructurado”, y ha lamentado que la labor de los cuerpos policiales no está “a veces suficientemente reconocida”.

Calvo asume la responsabilidad como nueva número dos de Interior en plena polémica por la difusión del audio en el que la ya exmilitante del PSOE Leire Díez intenta supuestamente conseguir información comprometedora contra un alto mando de la UCO, el teniente coronel Antonio Balas, responsable de cuatro investigaciones sobre supuestos casos de corrupción que salpican a los socialistas y el Gobierno. Desde que se conocieron las grabaciones, las asociaciones profesionales de guardias civiles han reclamado en varias ocasiones al ministro y a la directora general del instituto armado, Mercedes González, un pronunciamiento claro en este sentido. La última vez este martes, cuando lanzaron un comunicado en el que urgían a ambos “a proteger” la independencia de los agentes de esta unidad “a toda costa”.

González tuvo la pasada semana un encuentro privado en su despacho con responsables de la UCO, entre ellos el teniente coronel Balas, para mostrarles su apoyo. Grande-Marlaska se pronunció en varias ocasiones sobre lo ocurrido. Una de ellas, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de la semana pasada, cuando dijo tener “la máxima consideración” hacia la unidad y “su profesionalidad” y recalcó que siempre actuaba “bajo las directrices de las autoridades judiciales y del fiscal”. Gestos y palabras insuficientes para los representantes de los agentes, que esperaban que este jueves hubiera un pronunciamiento más rotundo. No se ha producido.

En su discurso, Grande-Marlaska ha recalcado que su ministerio es un departamento complejo y más en la actual situación, de la que ha dicho que “no es el mejor momento, desgraciadamente, en el entendimiento de la política como encuentro” en referencia implícita al actual enfrentamiento con la oposición con reproches cruzados por los audios conocidos de Leire Díez y las investigaciones sobre corrupción. Grande-Marlaska ha alabado en su discurso tanto al anterior secretario del Estado, Rafael Pérez, que abandona el puesto a petición propia, como a su sucesora y nueva número dos. “No quiero convertirme en algo que no quiero, en mobiliario urbano del ministerio, pero con este equipo eso es imposible porque tenemos y seguimos teniendo iniciativas políticas reales”, ha destacado tras recordar que este sábado cumplirá siete años al frente de Interior, lo que le reafirma como el más longevo en el puesto de la democracia.

Por su parte, Calvo ―que ha iniciado su discurso con un recuerdo para el subinspector de la Policía Antonio Ramos, muerto este jueves durante la persecución a unos ladrones en Málaga― ha recalcado la importancia de la seguridad como elemento que “apuntala los derechos y libertades de todos y todas, también de las personas más vulnerables”. En este sentido, la nueva secretaria de Estado de Seguridad ha hecho una alusión explícita a las medidas para combatir la violencia contra las mujeres, en linea con su anterior puesto como secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género y con la apuesta de Grande-Marlaska por el Sistema VioGén iniciado hace años para reducir las agresiones machistas.

La nueva número dos de Interior ―que ha estado acompañada en el acto, además de por la cúpula de Interior, por los mandos policiales que coincidieron con ella en Baleares cuando fue delegada del Gobierno en esta comunidad― ha asegurado que la propuesta para ocupar el cargo le cogió por sorpresa y ha señalado que es consciente de que en su nueva responsabilidad no se pueden esperar “ni lucimientos ni premios” porque las tareas a las que se enfrenta son “delicadas y sumamente sutiles” al estar relacionadas con “la seguridad como servicio público”. En este sentido, Calvo ha recalcado su paso tanto sus anteriores puesto de delegada del Gobierno como de alcaldesa de Palma para asegurar que conoce en qué consiste en trabajo de las fuerzas de seguridad.