La princesa Leonor participará en ejercicios militares con la Armada en aguas cercanas a España
La guardiamarina Borbón Ortiz se formará durante un mes en la fragata ‘Blas de Lezo’, con la que intervendrá en la segunda fase del ejercicio de disuasión Dédalo 2025 con fuego real


El concepto y la importancia de la disuasión no solo copa la alta diplomacia y la política de la UE y la OTAN. También ha calado en el Palacio de La Zarzuela. Por primera vez, la princesa Leonor participará en un ejercicio real de alta intensidad para demostrar la capacidad que tiene la Armada en el control y la defensa del territorio frente a amenazas que cada vez se vuelven más reales. Tras cinco meses de periplo por América en el buque-escuela Juan Sebastián Elcano, la heredera se embarcará el próximo 14 de junio en la fragata Blas de Lezo para incorporarse inmediatamente a la segunda fase del ejercicio de disuasión y defensa Dédalo 25 en aguas del Atlántico y, posteriormente, del Mediterráneo Occidental.
La guardiamarina Borbón Ortiz continúa así su formación con la Armada, que inició en verano pasado en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) y continuó con su crucero de instrucción a bordo del imponente Juan Sebastián Elcano, que en su periplo por América le ha llevado a calar en Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos. Mientras el resto de guardiamarinas de su promoción navegan en Elcano de regreso a España, la heredera pasará un mes más embarcada en la Blas de Lezo y se estrena por todo lo alto, con uno de los ejercicios más relevantes e impresionantes en los que la Armada, bajo el mando del Estado Mayor de la Defensa (Emad) y coordinada por el Mando de Operaciones (Mops) presume de músculo militar. Y además, con fuego real. De hecho, uno de los ejercicios que presenciará la princesa es el hundimiento de un barco en plena mar, asegura una alta fuente de la Armada.
Portaeronaves, fragatas, lanchas de desembarque anfibio, infantería de marina y hasta el Isaac Peral, el submarino de la serie S-80, último orgullo no solo de la Armada, sino de la industria española de Defensa. El despliegue naval Dédalo 25 ha tenido lugar, en su primera fase (a principios de año), en aguas del Mediterráneo central y oriental ―Italia, Grecia, Turquía―, y en esta segunda fase, en la que participará la futura jefa de las Fuerzas Armadas, el escenario será primero el Atlántico y después, el Mediterráneo Occidental. La tercera fase, prevista para finales de verano, aún no ha sido planificada aunque cabe pensar, por experiencias pasadas, que sea en aguas del norte de Europa.
Fuentes de la Armada aseguran que el ejercicio en el que va a participar la guardiamarina Borbón estaba programado desde hace tiempo y que ha coincidido con la incorporación de la princesa a la fragata. “No se ha planeado Dédalo 25 en función de la agenda de la princesa”, aseguran. De hecho, como ha dicho este miércoles el comandante de Elcano, Luis Carreras-Presas, a su llegada a Nueva York, última escala en América de Elcano: “La formación naval comprende una fase de adiestramiento en otras unidades de la flota”, ha explicado en relación con la estancia de la princesa en la Blas de Lezo.
Leonor sigue, pues, la misma línea de formación que tuvo su padre, el rey Felipe VI. Tras su crucero de instrucción en Elcano en los años 80, el entonces príncipe se embarcó en la fragata Asturias para recorrer una parte del Viejo Continente. Visitó puertos en Francia, en Alemania, en Países Bajos, en el Reino Unido... y aprovechó para visitar a familiares, como a la reina Isabel II de Inglaterra, con quien almorzó en el Palacio de Windsor.
Pero el caso de la princesa Leonor es diferente. Su ingreso en las academias de las Fuerzas Armadas ha coincidido con un contexto geopolítico de lo más turbulento en Europa. Con una guerra abierta en Ucrania y la relación entre Washington y Bruselas más tensa que nunca, los socios de la UE y aliados de la OTAN, incluida España, se han visto obligados a levantar la guardia y emprender un esfuerzo en la disuasión jamás visto desde la Guerra Fría. Y la futura jefa del Estado y comandante suprema de las Fuerzas Armadas, inmersa en un ejercicio militar con fuego real, será testigo de primera fila de los tiempos que corren.
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