Defensa cancela la compra de 1.680 misiles contracarro bajo licencia israelí

El Ministerio de Defensa ha decidido cancelar la compra de 168 puestos de tiro y 1.680 misiles contracarro Spike LR2 por 287,5 millones de euros que se iban a fabricar en España bajo licencia de la compañía israelí Rafael, según ha adelantado la Cadena SER y han confirmado a EL PAÍS fuentes gubernamentales. En cambio, añaden las mismas fuentes, sigue adelante el programa del lanzacohetes múltiple SILAM, aunque ya no incorporará la tecnología de la empresa israelí Elbit, sino que será “íntegramente español”.

Ambas decisiones responden al plan de “desconexión tecnológica” de la industria militar israelí que anunció el pasado viernes la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, para acabar con la “dependencia tecnológica” de Israel. Con la puesta en marcha de este plan, el departamento que dirige Margarita Robles se adelanta a la entrada en vigor de la proposición de ley de embargo de las compras y ventas de armamento a países encausados en tribunales internacionales por crímenes contra la humanidad, como es el caso de Israel, que tramita el Congreso por vía de urgencia a iniciativa de Sumar.

El Consejo de Ministros aprobó el 3 de octubre de 2023, cuatro días antes del ataque de Hamás que desencadenó la ofensiva del Ejército israelí contra Gaza, que ha causado ya casi 55.000 muertos, la compra de los misiles contracarro de última generación Spike LR2 para dotar al Ejército de Tierra y la Infantería de Marina, que ya emplean una versión anterior del mismo sistema. El programa incluía 168 puestos de tiro y 1.680 misiles, con el correspondiente apoyo logístico, por un importe de 287,5 millones a pagar en cinco años. El contrato se adjudicó el 23 de noviembre de ese mismo año.

Inicialmente, el Ministerio de Defensa había descartado suspenderlo alegando que la fabricación de los misiles se iba a realizar en España y que en su producción participarían empresas españolas como Escribano, Expal, Tecnobit o FMG, aunque el contratista principal era la compañía Pap Tecnos, filial española de la israelí Rafael. Ahora, fuentes de Defensa reconocen que habrá que buscar una alternativa para equipar a las Fuerzas Armadas. El principal candidato es el Javelin estadounidense que ha sido adquirido por el Ejército marroquí, entre muchos otros.

Además, el Ministerio de Defensa ha decidido prescindir de la tecnología israelí en el nuevo sistema lanzacohetes múltiples SILAM, un programa de 576 millones de euros desarrollado por las empresas Escribano y Expal-Rheinmetall, según las mismas fuentes. El proyecto, que viene a cubrir una carencia del Ejército de Tierra desde que hace décadas se dio de baja el lanzacohetes Teruel, se basa en el PULS de la compañía israelí Elbit Systems y la decisión es que siga adelante, pero con tecnología íntegramente española, tanto en el lanzador como en la munición. Este giro obligará a rediseñar el lanzacohetes, del que ya se había entregado un primer demostrador y estaba previsto realizar este año las correspondientes pruebas de fuego. Fuentes de Defensa aseguran que ya se está buscando a otro socio tecnológico.

En cambio, sigue adelante, según las fuentes consultadas, el tercer gran contrato que tiene vigente el Ministerio de Defensa con la industria militar israelí: la adquisición de un lote de 46 designadores láser por 207,1 millones de euros a la compañía Rafael. Estos sistemas, denominados POD, permiten mejorar la capacidad de detección, identificación y seguimiento de objetivos de los aviones de combate Eurofighter. Su adquisición se había gestionado a través del consorcio internacional que dirige el programa.

Además, aunque aún no se ha adjudicado, también está pendiente la adquisición del nuevo Sistema Conjunto de Radio Táctica del Ejército (SCRT), por 738 millones, y hasta ahora la oferta favorita era la de Telefónica y Aicox, con tecnología de la israelí Elbit, lo que con las nuevas directrices podría no materializarse.

Hasta ahora, el criterio del Gobierno era limitar el veto a las compras de material militar israelí estrictamente a las partidas de armamento y munición, lo que se tradujo en la cancelación de un contrato del Ministerio del Interior para adquirir 15 millones de balas para la Guardia Civil. Sin embargo, después de que el propio Sánchez abanderase un embargo internacional en el suministro de armamento a Israel, el Gobierno ha dado una nueva vuelta de tuerca y ha incluido el veto al uso de tecnología israelí en sistemas de armas fabricados en España, lo que se traducirá inevitablemente en retrasos y encarecimiento de algunos contratos, según fuentes militares.