Feijóo regresa a la calle apremiado por la excitación de la derecha para echar a Sánchez

“¡Hay que dar más caña!“, ”¡Dadles más duro!“, ”¡Echad de una vez a Sánchez!”. Los mensajes que recibían del público los dirigentes del PP que asistieron este jueves a la corrida de la prensa en Las Ventas no dejaban lugar a dudas. Las bases de la derecha, o al menos de la derecha madrileña, reclaman al PP más mano dura contra el Gobierno progresista. No fueron ni uno ni dos, sino muchos los que instaron a Cayetana Álvarez de Toledo y a Elías Bendodo, dos de los asistentes populares junto a Isabel Díaz Ayuso, a apretar todavía más a Pedro Sánchez. La durísima oposición del PP les sabe a poco. La excitación se palpaba en el ambiente este jueves entre las 23.000 almas congregadas en la madrileña plaza de toros y no solo por Morante de la Puebla. La plaza madrileña daba la temperatura del estado de ánimo de los conservadores tras el goteo de informaciones sobre presuntos casos de corrupción en torno al PSOE: han entrado en ebullición.

Desde la aprobación de la amnistía para los líderes independentistas catalanes, la derecha no hervía como ahora contra Sánchez, agitada por los presuntos casos de corrupción y la caricaturización del socialista como un “autócrata” por el PP y Vox, que han calificado también al Gobierno de “criminal”. Los dirigentes populares aseguran que, vayan donde vayan, el mensaje que reciben de la gente es el mismo: que hace falta más contundencia y que tienen que expulsar ya al socialista del poder, aunque lo segundo no esté en su mano.

Fruto de esa agitación ―aunque también de otras variables, como la proximidad del congreso del PP previsto para el próximo julio― Alberto Núñez Feijóo ha decidido echarse otra vez a la calle. El líder del PP ha convocado el próximo 8 de junio en la plaza de España de Madrid la que será su sexta manifestación contra el presidente socialista en los tres años que lleva como presidente de los populares. Las cinco anteriores se convocaron contra la amnistía a los líderes del procés, que finalmente se aprobó por el Congreso y se aplicó a la mayoría de independentistas, aunque no a Carles Puigdemont.

Ahora, en medio de una fortísima presión del electorado conservador y del ala más derechista del PP, que lo ve un líder demasiado blando, el político gallego sube al máximo el diapasón por la presunta corrupción en torno al PSOE. Feijóo llamó a la protesta “a la mayoría de los españoles decentes” que quieran evidenciar su rechazo “al estado de putrefacción” del actual Gobierno. “La degradación es total”, sostiene Feijóo. “El partido, el Gobierno y la familia más directa del actual presidente del Gobierno están rodeados de corrupción”, sentenció ayer desde Génova.

“Esto va de democracia o mafia”, sostiene Feijóo, que ha llamado a Sánchez el “capo” de una supuesta organización criminal por las informaciones sobre la militante del PSOE, Leire Díez, que según este partido no actúa en su nombre ni trabaja en la organización, quien maniobró para intentar lograr información negativa contra el teniente coronel Antonio Balas, un alto mando de la UCO.

Feijóo convocó la protesta este jueves en una comparecencia sin preguntas, así que los periodistas no pudieron preguntarle por el auto de la jueza conocido el mismo día que procesa a la pareja de Isabel Díaz Ayuso por dos delitos de fraude fiscal y falsificación de documentos, un asunto que dejó pasar en su intervención.

El PP retoma la estrategia de la calle casi como única salida que ofrecer a sus bases, ya que una moción de censura para desalojar el presidente socialista del poder es en estos momentos inviable. Feijóo apeló a los socios del Gobierno a que consideren, “si fueran consecuentes” con la moción que apoyaron para echar a Mariano Rajoy por la sentencia del caso Gürtel, participar ahora en una moción contra Sánchez por corrupción, pero el PP, confiesan en la dirección, no tiene ninguna esperanza. Por eso Feijóo no la registrará ni abrirá contactos con los otros grupos para explorarla. Los únicos votos con los que cuenta el PP son los de Vox, que le instó este jueves a que “presente de una vez por todas” la iniciativa.

En cambio, el PP está en uno de los peores momentos de su relación con los socios de Sánchez, como Junts o el PNV. Esta misma semana, el líder de Junts, Carles Puigdemont, culpó al PP de maniobrar en Bruselas para impedir que el catalán, el gallego y el vasco se convirtieran en lenguas oficiales de la Unión Europea, y agrandó la brecha entre ambos partidos. Los populares rompieron los puentes también con el PNV hace unos meses, cuando pusieron el grito en el cielo por la cesión a los peneuvistas de un palacete en París que había sido incautado por la Gestapo a ese partido.

Casi al mismo tiempo que hablaba Feijóo, el expresidente popular José María Aznar reconoció que la moción de censura es inviable y que quedan dos años de legislatura de Pedro Sánchez, pese a que describe la situación del Gobierno como “insoportable”. “Hay que tener cuidado cuando los bajos fondos de la sociedad ascienden a puestos de responsabilidad. Hay que estar en estado de máxima preocupación y alerta. Y España está en manos de los bajos fondos”, reflexionó ayer Aznar en un acto público en el que lanzó varios mensajes velados al PP.

Aznar, que actúa como gurú de los conservadores, explicó a los suyos que “solamente hay tres caminos” ante la situación actual. “O dimiten los bajos fondos, cosa que no parece probable”, razonó, “o hay una moción de censura para acabar con los bajos fondos, cosa que no es posible; o hay unas elecciones”. “Teniendo este análisis, cabeza fría pero tensión vital máxima”, concluyó Aznar. “¿Por qué? porque faltan dos años para las elecciones. Faltan dos años y lo que estamos viendo ahora me temo que sea poco para lo que vamos a ver. Y además, los bajos fondos pueden hacer cualquier cosa”, alertó el expresidente del PP. Después de aquello de “el que pueda hacer, que haga”, con lo que llamó a todos los estamentos del Estado a movilizarse contra el Gobierno progresista, Aznar aconseja ahora al PP “tensión vital máxima”. Un consejo que Feijóo ha seguido al pie de la letra.