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Expuesta al público por primera vez una obra de arte intervenida a la trama Púnica

El cuadro ‘Furor Penellis’ de Miquel Barceló, incautado en 2015 a la red corrupta de Granados y Marjaliza, estará hasta julio en el Museo Reina Sofía

El cuadro de Miquel Barceló 'Furor Penellis', el pasado jueves en la sala del Museo Reina Sofia donde se expondrá hasta julio.
Óscar López-Fonseca

Es una de las primeras obras con la que se encuentran los visitantes de la colección Un barco ebrio: ecleticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid. Es el cuadro Furor Penellis, del artista mallorquín Miquel Barceló, un lienzo de gran tamaño (255 x 197 centímetros) pintado en 1983 en “técnica mixta sobre tela” que tiene una particularidad respecto al resto de las 125 obras que componen la muestra: es la única aprehendida en una operación policial a una trama corrupta.

Esta pintura es, de hecho, el primero de los 38 objetos artísticos intervenidos en 2015 en Suiza al constructor David Marjaliza ―hoy colaborador de la justicia y entonces uno de los presuntos cabecillas de la trama Púnica junto al exdirigente del PP madrileño Francisco Granados― que se expone al público desde que la Audiencia Nacional lograra repatriar el conjunto a España en julio de 2022 tras un largo proceso que duró seis años. Todos ellos estaban ocultos en los almacenes en la localidad de Ginebra de la empresa Natural Le Coultre S. A., refugio de cientos de miles de bienes artísticos de inversores privados.

Según detalla a EL PAÍS el museo madrileño, Furor Penellis se colgó en las paredes del centro el pasado 26 de noviembre. Desde entonces, comparte espacio en la sala 001.1 de la planta 0 del Edificio Nouvel con obras del artista alemán Franz Erhard Walther y de los estadounidenses Dara Birnbaum y Bruce Nauman. Sin embargo, en el catálogo de la exposición que aparece en la página web del centro no figura porque inicialmente su lugar lo ocupó el cuadro de otra artista. La pintura tampoco consta aún en la relación de obras de Barceló expuestas en el museo. La previsión es que permanezca expuesta hasta el próximo julio, según detalla el museo. Luego volverá a sus almacenes, donde se encuentra en depósito desde diciembre de 2023 junto al resto de objetos artísticos de la trama Púnica a la espera de que finalice el procedimiento judicial y se acuerde el destino final de todos ellos.

En la muestra, solo un detalle revela sutilmente al visitante los vínculos del cuadro con una investigación sobre corrupción. A escasos centímetros de la pintura, un pequeño cartel blanco informa a los visitantes del título, la autoría y la técnica pictórica junto a una críptica frase: “Efecto judicial gestionado por la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA)“. Se refiere al organismo creado a finales de 2015 por el entonces Ministerio de Justicia para administrar los bienes de todo tipo intervenidos a personas condenadas. La ORGA es, de hecho, la depositaria formal de todo el tesoro artístico de la trama Púnica localizado por la Guardia Civil en Suiza y que está compuesto, además de por 38 pinturas, fotografías y esculturas, por 185 plumas estilográficas de colección. El instituto armado valoró el conjunto en más de 15,6 millones de euros

Cartel que aparece junto al cuadro 'Furor Penellis' de Miquel Barceló en el Museo Reina Sofía con referencia a la ORGA.

El cuadro de Barceló fue, de hecho, una de las piezas más valiosas de este botín, según desveló la factura de su adquisición encontrada durante los registros en el domicilio de un implicado en el caso Púnica. Según este documento, incorporado al sumario de una causa de la que se está celebrando ahora en la Audiencia Nacional uno de los juicios, Marjaliza la adquirió en octubre de 2007 en la célebre casa de subastas Christie’s de Madrid por 663.970 euros. Este cuadro y el resto de objetos artísticos fueron utilizados años después por el constructor para simular su venta a una mercantil con sede en Singapur que, en realidad, era de su propiedad y así blanquear 4,2 millones de euros que ocultaba en bancos helvéticos y quería transferir a España.

En 2016, cuando la Audiencia Nacional inició formalmente los trámites con las autoridades suizas para la repatriación de todos estos objetos artísticos, la ORGA firmó un convenio con el Museo Reina Sofia para que sus expertos autentificasen los cuadros y esculturas cuando llegaran a España y, posteriormente, pasaran a engrosar sus fondos para ser expuestos en sus salas. La Fiscalía Anticorrupción llegó a sugerir dedicar una sala del centro al botín artístico de la Púnica, pero la dirección del museo lo descartó entonces. De hecho, el interés del museo nunca fue el conjunto de las 38 pinturas, fotografías y esculturas, sino únicamente 18 de ellas.

En concreto, además de Furor Penellis de Barceló, el centro de arte se interesó en aquel momento por los cuadros Dirty Sueño, de Juan Uslé; The astronaut, del Equipo Crónicas; Pintura constructiva, de Joaquín Torres García; Allianz arena, de Thomas Ruff; Personaje obscuro, de Manolo Miralles; Fele, de Antonio Saura; Pintura 69, de Rafael Canogar; Quadriculat y Tryptique au graffitis, ambas de Antoni Tàpies; Un couche (huilr ur toilet), de Francisco Bores; Figura y Bodegón, de Antonio Clavé; Mo fin, de Lucio Muñoz; Untitled, de José Gerrero; Sin Título, de Günther Förg, y un óleo de Luis Feito, así como por las esculturas S/T 2 columnas de bronce, de Anthony Cragg, y Óxifo-G198, de Eduardo Chillida.

El resto, incluidas las casi dos centenares de estilográficas de colección (que en este caso están depositadas en el Ministerio del Cultura), tiene como previsible destino ser subastadas, como ya ha hecho la justicia con parte de los relojes de lujo, joyas y vehículos intervenidos en España también a Marjaliza tras su detención en octubre de 2014. El dinero que se recaude con estas ventas servirá para cubrir parte de la millonaria cantidad que, previsiblemente, la justicia impondrá al constructor y cabecilla confeso de la trama como responsabilidad civil si es condenado en los varios juicios a los que se enfrenta por el caso Púnica.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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