La red consular atiende al triple de españoles con los medios de hace 20 años
Exteriores cuenta con un plan de 115 millones para renovar su despliegue en el extranjero


La red consular de España en el exterior —con 178 oficinas; incluidos 86 consulados generales y dos consulados— está inmersa en un proceso de digitalización que debe permitir en los próximos meses que los españoles residentes en el extranjero puedan realizar por internet numerosos trámites, empezando por los relacionados con el Registro Civil (partidas de nacimiento y defunción o certificados de matrimonio). Se trata de una revolución tecnológica pendiente desde hace años que acabará con el trasiego de solicitudes y resoluciones en papel físico por valija diplomática. Sin embargo, Violeta Alonso Peláez, presidenta del Consejo General de la Ciudadanía España en el Exterior, advierte de que esta medida no es suficiente: “La digitalización va a ser positiva, y mucho, pero aun así el volumen de trabajo es tan grande que no podemos fiarlo todo a este proceso, que va a ayudar, pero no basta”.
Alonso fue elegida en junio de 2022 presidenta de este órgano asesor adscrito al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, cuya misión es velar por que los españoles que viven en el extranjero tengan los mismos derechos que los que lo hacen en España. Fue elegida por los consejos de residentes españoles, cuyos miembros son elegidos democráticamente por los españoles de cada demarcación consular. Ingeniera informática, esta leonesa se marchó a Fráncfort (Alemania) en 2013, junto a otros miles de compatriotas, cuando la crisis económica la obligó a buscar fuera de las fronteras su futuro profesional.
Aunque España es ya un país de acogida de inmigrantes, la población española en países como Alemania “sigue creciendo año a año”, subraya. A la emigración de trabajadores manuales de los años 60 y 70 siguió una nueva oleada tras la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008, integrada en su mayoría por profesionales cualificados, y el goteo de llegadas continúa, aunque haya disminuido la intensidad.

El registro de matrícula consular del Ministerio de Asuntos Exteriores incluye a más de tres millones de españoles residentes en el extranjero y en poco tiempo se superarán los cuatro millones, estima Alonso, cuando se resuelva el atasco de solicitudes de nacionalidad presentadas al amparo de la Ley de Memoria Democrática.
Los problemas que esto supone, advierte, son “complejos y variados”, pues la población española en el extranjero se ha triplicado en las últimas dos décadas, mientras que los recursos humanos y materiales se han mantenido o incluso han disminuido. En el consulado de Fráncfort, el que mejor conoce, hay la mitad de personal que a principios de siglo para el doble de residentes. Así lo reconoce la propia Estrategia de Acción Exterior 2025-28, aprobada el pasado día 1 por el Consejo de Ministros: “A pesar del crecimiento de la ciudadanía española en el exterior, los recursos de nuestras oficinas consulares apenas han variado en los últimos veinte años”.
La digitalización, que se está implantando por fases, permitirá agilizar algunos trámites, admite Alonso, pero de momento ha supuesto que el personal deba compaginar su trabajo diario con los cursos de formación, lo que ha engordado la pila de asuntos pendientes. Además, se lamenta, los españoles residentes en el extranjero carecen de información sobre la forma en que este proceso les afectará directamente. “En el propio consejo no tenemos claro cómo va a funcionar”, admite. Pese a ello, se muestra “bastante satisfecha” con la creación del nuevo Número de Identidad Consular (NIC), que permitirá a los españoles residentes en el extranjero que carecen de DNI (este documento solo se expide en España) sacar un certificado digital y realizar trámites a los que hasta ahora no tenían acceso. Se trataba, subraya, de “una reivindicación histórica”.
En cambio, lamenta que la falta de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado haya impedido recuperar programas que se eliminaron durante la crisis, pese a la voluntad de algunos ministerios, y se queja de que la contratación de personal, para cubrir jubilaciones o nuevas plazas en los consulados, se demore muchas veces “porque los sueldos no son competitivos”. Se trata de un problema “que ha pasado con gobiernos de distintos colores políticos. No es algo que venga de ahora”, subraya.
La crisis económica paralizó las inversiones para remozar inmuebles “en situación complicada”, dice diplomáticamente, aludiendo al Consulado General en Mendoza (Argentina), que ha tenido que trasladarse a la sede del Centro Asturiano después de que una inspección del Ministerio de Trabajo advirtiera del riesgo de colapso por el deterioro del edificio; “Y no es el único caso”, apostilla. Otras oficinas consulares se han quedado pequeñas y el personal tiene que trabajar hacinado.
Un informe de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria en la carrera, recordaba el año pasado que el último estudio oficial detectó que 28 instalaciones estaban al límite de su capacidad, 68 tenían problemas de accesibilidad en la entrada,14 carecían de sistemas de protección contra incendios y al menos 17 no presentaban un buen estado de conservación. “Muchas oficinas consulares incumplen la normativa española de seguridad e higiene en el trabajo”, advertía la ADE.
El Ministerio de Exteriores reconoce que es necesario modernizar y renovar la red consular y para ello cuenta con un plan dotado de 115 millones de euros, con los que digitalizar servicios y remozar inmuebles. Fuentes del departamento que dirige José Manuel Albares alegan que el nuevo sistema informático Dicireg ya se ha implantado en más de 100 oficinas consulares y en junio estará operativo en toda la red. El Plan de Digitalización, financiado con fondos europeos, prevé la creación de una Sede Electrónica, una Carpeta Ciudadana Consular y un Escritorio Unificado de Tramitación que a finales de año permitirán la realización en línea de trámites como la inscripción en el registro consular, la obtención de citas o el pago de tasas. Las mismas fuentes subrayan que desde 2022 se ha incrementado en tres ocasiones la retribución del personal laboral en el exterior, congelada desde hace 15 años, y se están acometiendo obras para modernizar las instalaciones de algunas oficinas que dan atención al público, como el consulado de Londres.
Sobre la apertura de nuevos consulados en países donde se vislumbran oportunidades de negocio, como los de Bangalore (India) o Chengdú (China), Violeta Alonso advierte: “Yo puedo entender, y lo respeto, que se quiera prestar servicio a las empresas españolas, pero eso no puede ir en detrimento de la atención a los españoles residentes en el exterior”.
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