Ir al contenido
_
_
_
_
La crónica

Podemos da un portazo a la socialdemocracia

La virulencia entre las izquierdas aleja la reedición de coaliciones de gobierno

Ione Belarra, este fin de semana en Madrid durante la asamblea estatal de Podemos.
Anabel Díez

No hay duda de que Unidas Podemos nació y se consolidó como una fuerza política a la izquierda del PSOE. Sumar también estuvo a la izquierda de los socialistas y juntos fueron a las elecciones en julio de 2023 de muy mala gana. La semilla de la discordia había brotado y fructificado.

El primer experimento político de coalición de izquierda en la España postfranquista se sostiene con socialistas y Sumar, ya sin Podemos, que descalifica de arriba abajo las políticas de Pedro Sánchez. En la catarata de intervenciones públicas dentro de Podemos, propiciadas por la celebración de su V Asamblea, se denuesta a la socialdemocracia. Los socialistas y socialdemócratas, pertenecen a “partidos de la guerra”. Pedro Sánchez es uno de ellos. Y Sumar, al sentarse en el mismo Consejo de Ministros, también.

Estas consideraciones de Podemos, recrudecidas por el contexto internacional y la exigencia de Estados Unidos y de la OTAN a los europeos, desde luego a España, de que dispare su gasto en defensa, han supuesto un mazazo para quienes desde diferentes ámbitos de la izquierda trabajan por la unidad electoral. El desánimo es ostensible y alcanza al PSOE. Sin una izquierda a su izquierda con representación significativa, las posibilidades de reeditar un gobierno de coalición se alejan sideralmente. Todas las encuestas así lo pronosticaban, antes de que este fin de semana Podemos aseverara que Sumar lo único que podía y debía hacer es disolverse en el PSOE. Además de declararlos muertos como espacio político.

No fue ese el tono en el que se desenvolvió y clausuró el congreso de Sumar de hace dos semanas. La petición para una reedición de una candidatura unitaria como la de julio de 2023 fue el hecho más relevante, dada la hostilidad que se profesan Sumar y Podemos

No hay afecto, ni simpatía entre los dirigentes de Podemos y Sumar; la ruptura personal y política es total. La diferencia entre ambos es que las reflexiones internas de Sumar se encaminan al difícil objetivo de convencer a millones de ciudadanos de que les apoyen para reeditar un gobierno de coalición con los socialistas. Los desacuerdos con el PSOE existen, pero coaligarse conlleva negociar y ceder. “El PSOE también cede y en asuntos relevantes”, recalcan en Sumar.

No hay “políticas transformadoras” en el Gobierno desde que Pedro Sánchez “echó a Podemos”, en expresión de la reelegida secretaria general, Ione Belarra. La patada a los socios propinada por el presidente norteamericano, Donald Trump, y la necesidad de rearme y aumento de los presupuestos de Defensa ha dado a Podemos alas para centrar el debate y el ataque al Gobierno en el revivido “No a la guerra”.

Podemos vuelve la mirada dos décadas atrás para tratar de atraer a votantes de toda la izquierda, que ahora se deslizan hacia posiciones abstencionistas. En todo caso está en juego la preeminencia a la izquierda del PSOE. A los socialistas lo que les preocupa es no reeditar el Gobierno, y no quién manda fuera de su espacio, aunque reconocen su preferencia por el espacio que representa Yolanda Díaz.

Podemos ha dado un portazo al diálogo para confluir entre las izquierdas nacionales y autonómicas. “El PSOE y Sumar están en una coalición de guerra; el PSOE quiere una izquierda dócil, que no replique”. Esto es a lo que apunta tanto Ione Belarra, como la nombrada candidata a las elecciones generales, Irene Montero. “Sumar ha comprometido las posibilidades de transformación de la izquierda, y eso no se arregla con hablar de la unidad”, declaró Montero en una entrevista a EL PAÍS esta semana.

No tira la toalla el coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo. Después del congreso y de la asamblea de Sumar y Podemos, respectivamente, IU prepara un acto el próximo 26 de abril en Madrid en el que se atreverá a propugnar la unidad de las fuerzas de izquierda. Es su obligación porque así lo quieren millones de ciudadanos, consideran en IU.

En Andalucía es posible. Los cálculos de hoy los tienen todos los partidos: Si van separados, todos pierden, y en el caso de Podemos incluso peligra su presencia en el Parlamento andaluz. Ese vértigo puede provocar que las izquierdas en Andalucía se cojan de la mano. No en el resto de España. Pero aún nada está escrito, quieren creer en el PSOE, a sabiendas de que hoy no existe base para creer en una nueva coalición.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_