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Dan Brown: “La especie humana nunca ha creado una tecnología que no haya convertido en arma”

El autor de ‘El código Da Vinci’ (más de 80 millones de copias vendidas), ‘Ángeles y demonios’, ‘Inferno’ u ‘Origen’ acaba de publicar su nueva novela. En su casa de New Hampshire cuenta a ‘El País Semanal’ que ‘El último secreto’ investiga la conciencia externa, la separación entre cuerpo y alma. Pero ahora no es su eterno protagonista, el profesor Langdon, el que descifra los enigmas sino la doctora Katherine Solomon, su pareja

Dan Brown
Anatxu Zabalbeascoa

La casa de Dan Brown (Exeter, New Hampshire, EE UU, 61 años) no es de película, es de novela de Dan Brown. Ciervos de bronce flanquean la puerta a un extenso jardín inglés y librerías esconden pasadizos. Hay también copias de lienzos de Leonardo da Vinci, como La Virgen de las Rocas, cuyo original cuelga en la National Gallery de Londres. Risueño y en forma —hace windsurf—, Brown lleva toda la vida viviendo en apenas 30 kilómetros cuadrados. El colegio privado donde estudió —donde daba clase de Matemáticas su padre (ahora viudo y enamorado de una mujer siciliana, cuenta)— o la iglesia en la que su madre tocaba el órgano rodean esta vivienda que levantó con su primera mujer, Blythe Newlon, a la que conoció mientras estudiaba Música en la academia que ella dirigía. Doce años mayor que él, Newlon es historiadora del arte. Brown le agradeció la ayuda en la construcción de El código Da Vinci. Seis años después de su sonado divorcio, el escritor ha cambiado religión por ciencia. Su nuevo libro, El último secreto, ha llegado a las librerías españolas el 10 de septiembre editado por Planeta, que nos llevó a New Hampshire para visitar al escritor.

¿El conocimiento es peligroso?

Sin bondad es peligroso. La especie humana nunca ha creado una tecnología que no haya convertido en arma. Cuanta más tecnología tenemos, más peligroso es el mundo. También creo que hay más amor que odio. Tienes que esforzarte para encontrar maldad.

Monopoliza titulares en los periódicos…

Es cierto. La maldad unida al poder es temible.

Nikola Tesla escribió que el día en que la ciencia empiece a estudiar fenómenos no físicos avanzará más que en los siglos anteriores.

La ciencia está abordando lo espiritual. Eso cuestiona el lado oscuro de algunas religiones. En la época de Copérnico, y luego Galileo, creían que la Tierra era el centro del sistema solar. Ellos se fijaron en lo que no cuadraba en esa teoría. Sucede así. Encuentras una grieta en una teoría y la cuestionas hasta que la reemplazas por otra. Ahora estamos en ese punto con respecto a la conciencia humana.

Su nueva novela la investiga.

Creemos que nuestros pensamientos y sueños —lo que hace que tú seas tú— son producto de nuestro cerebro. Pero… experiencias cercanas a la muerte apuntan a otro camino.

Dan Brown posa en su casa de New Hampshire (EE UU).

¿Por ejemplo?

Derek Amato comenzó a tocar magníficamente el piano tras casi ahogarse en una piscina. Sucedió en 2006. Diez años después, un futbolista de 16 años, Reuben Nsemoh, comenzó a hablar español perfectamente después de un pelotazo que lo dejó fuera de combate. La neurociencia lo investiga. Entendiéndolo, cambiaremos como especie.

La religión monopolizó lo espiritual. Cualquiera indagando en ese campo, de Paracelso a Bacon, era considerado sospechoso.

Galileo fue a prisión. A Giordano Bruno lo quemaron en la hoguera. Cada vez que aparecen ideas que amenazan el establishment surgen represalias. Quien piensa distinto está en peligro.

Su personaje Siena, de Inferno, hace el mal en nombre del amor.

Cuando escribes, ese es el villano que quieres: alguien obsesionado con salvar al mundo que, en realidad, lo está arruinando.

Ha escrito que los seres más peligrosos son hombres de Dios.

La religión se concentra en lo que no entendemos científicamente. Cuando entendimos los ciclos solares, los dioses griegos se convirtieron en mitos. Nuestras religiones terminarán convertidas en mitologías. Cuando crecí, los milagros eran el nacimiento de Jesucristo, su resurrección… Hoy es que el sistema operativo del iphone puede borrar el fondo de las fotografías. La tecnología es el nuevo milagro.

¿Qué ha cambiado?

Internet es un arma para transmitir conocimiento y desconocimiento. Si de niño te decían que Jesucristo había resucitado, lo creías. Ahora un niño de 10 años puede comprobarlo en internet y darse cuenta de que siete mil millones de personas opinan que eso es ridículo.

 Ambigrama con la palabra “Earth”.

¿Es religioso?

Fui educado cristiano. Sabías que había gente con otras creencias y las respetabas. No necesitabas tener razón. Pero formabas parte de un grupo. El problema es cuando ese grupo te dicta cómo tienes que vivir tu vida. Ahí empiezas a dudar, ¿no?

¿Por eso se hizo agnóstico?

Mi madre era la organista y dirigía el coro de la Iglesia episcopal a la que íbamos. Pero con 13 años fui al Museo de la Ciencia de Boston. Descubrí el concepto de la evolución y el Big Bang. ¿Dónde estaban Adán y Eva? Pregunté a mi confesor y dijo que los niños buenos no hacían esas preguntas. Entré en crisis. Mi padre era profesor. Crecí rodeado de profesores que se pasaban el día haciendo preguntas. Cuando el cura no me permitió preguntar supe que aquel no era mi sitio. Y elegí la ciencia.

¿Qué dijeron sus padres?

Mi madre decía que la Biblia no era un libro de historia sino de historias para aprender de ellas. La ciencia y la religión son dos idiomas diferentes que intentan explicar la misma historia. La ciencia con dudas, la religión con respuestas.

El Vaticano boicoteó El código Da Vinci.

No lo entendí. Defiendo el diálogo. Es lo que aprendí en casa. La novela no gustó a quien no admite el diálogo, la duda. Y eso remite a lo que me dijo el cura.

No les gustó su descendiente de María Magdalena…

Jesucristo era un hombre joven judío. Estadísticamente es poco probable que no estuviera emparejado. Tiene más sentido que hubiera una línea de sangre y menos sentido que no la hubiera. Y si el único argumento para que no haya descendientes es que él era el hijo de Dios… Que Jesucristo y María Magdalena eran pareja está en varios Evangelios.

Apócrifos.

Me pregunto si no llegaron a formar parte de la Biblia para alejar esa versión de Jesús. No busco desmontar nada. Pero cuando tropiezo con algo que no entiendo, investigo. Estudié Historia del Arte en Sevilla. Y vi La última cena, de Alonso Vázquez, en la que María Magdalena se sentaba al lado de Jesús. Era ella, no Juan.

De la masonería al catolicismo o a la conciencia… sus libros defienden el amor.

Es la única religión. El origen de la religión es el deseo de sentirte amado y protegido. Necesitamos aclaraciones. Pero algunas aclaraciones son absurdas. Cuando era niño, una amiga de 12 años murió de leucemia. El cura dijo que formaba parte del plan de Dios. ¡Vaya porquería de plan!

En Inferno escribió que nada nos cambia tanto como el dolor.

Nos esforzamos para evitarlo porque nos guía el confort. Pero las religiones lo utilizan continuamente: el dolor de la soledad, del duelo, de vivir sin objetivos…

Una escultura de Mercurio, en el jardín.

¿El dolor le ha salvado?

Ayuda a la creatividad. Pero observar el sufrimiento humano también me destroza. Escribí Inferno porque en la India pensé: qué país tan impresionante, con cinco veces más gente de la que puede alimentar.

Quiso ser músico y terminó escribiendo.

Soy músico. He escrito sinfonías, toco el piano... pero cambiamos de trabajo, nos divorciamos o nos reinventamos. Nuestros objetivos evolucionan.

¿De dónde sacó la idea de la conciencia externa de El último secreto?

Creo que de perder a mi madre. De plantearme qué ocurre cuando mueres. No había estado junto a nadie en el momento de la muerte. Me resulta demasiado doloroso pensar que cuando morimos nuestras esperanzas y sueños se evaporan. Las religiones viven de ese dolor. No hay ninguna que no ofrezca la vida tras la muerte.

Defiende que la conciencia puede sobrevivir sin el cuerpo.

Creo que hay más pruebas de que la conciencia puede vivir fuera del cuerpo —en experiencias extracorporales— que de que Jesucristo resucitó. Y millones de personas lo creen.

Busca evidencias en lo inexplicable. Derek Amato, tocando el piano con virtuosismo tras casi ahogarse…

Nos cuesta creerlo por resistencia ante lo desconocido. Pero prueba que la conciencia llega de otro lugar. Y eso no lo entendemos. Cuando nos topamos con una evidencia como la de este pianista, pensamos que alguien lo ha inventado para ir a las televisiones para sacar dinero.

Hay muchos fraudes…

También hay gente que utiliza la religión. Eso no significa que la religión sea mala.

En Origen ideó un personaje creado con inteligencia artificial y le puso el nombre de su perro, Winston.

Me criticaron. La inteligencia artificial nunca generará sentido del humor. Siete años después, esa IA utiliza el humor. Sé que mi nuevo libro es hacia dónde vamos: la vida se amplía en un viaje mayor. Arthur Clarke escribió que toda tecnología avanzada es indistinguible de la magia. Por eso te toman por loco cuando planteas algo como yo. Llevan toda la vida tomándome por loco.

El escritor, que presentará su nuevo libro en Praga, donde transcurre la historia, posa en el jardín de su casa.

¿A qué lo atribuye?

Al miedo. Para pensar y ver diferente necesitas ambición y humildad. Robert Langdon [su principal protagonista] es el lector humilde. El que pide: “No entiendo exactamente qué quieres decir. ¿Me lo puedes explicar de nuevo?”. Por eso puedo escribir sobre asuntos polémicos, porque contemplo la duda.

¿Langdon, que suele interpretar Tom Hanks, es su alter ego?

Es el tipo que me gustaría ser: más valiente y más inteligente que yo. Lo que me cuesta tres días investigar él lo dice en dos segundos…

¿Nada usted como él?

Aquí el océano está muy frío y hay tiburones. Lo hago en Costa Rica. Allí vivimos la mitad del año.

¿Por qué en Costa Rica?

Fui por el clima. Me quedé por la calidez de la gente. Busqué por todo el mundo: sur de España, sur de Francia, y siempre me encontraba el mismo tipo de gente “tengo más maseratis que tú”. No tengo maseratis ni me interesan esas competiciones. Eso no sucede en Costa Rica.

¿A qué lo atribuye?

A la modestia.

¿Lo reconocen?

Digamos que estoy obligado a portarme bien en público.

¿Se porta mal en otros momentos?

No. No bebo mucho. No me drogo. Soy bastante amable. Y estoy felizmente prometido.

Eso es una noticia.

Todo el mundo que se ha divorciado sabe lo que duele que la persona más importante de tu vida se convierta en adversario. De la misma manera que la sociedad evoluciona, las personas lo hacemos. Blythe y yo nos llevamos de maravilla durante muchos años y luego… no. Fue doloroso.

Ella dirigía la academia donde estudió Música. Y tenía 12 años más que usted.

Uno ama a quien ama. Para mí la edad no importa.

¿Qué edad tiene su prometida?

41 años.

¿La edad no importa?

No importó que tuviera 12 años más y no importa que ahora mi pareja tenga 20 menos. Es mucho más madura que yo. Es la campeona de hípica holandesa.

Ay, ¿es la entrenadora que contrató su mujer?

No querría ir por ahí. Mire, la prensa me tachó de mujeriego. Y… no fue así.

En sus novelas las mujeres siempre son poderosas.

Mi madre era así. Y también Blythe y Judith. Son el tipo de mujer que me resulta atractiva. Alguien con una mente fuerte. El amor que me interesa es el de dos personas que permanecen dos, no que se convierten en una.

Recomienda escribir sobre lo que quieras saber.

Un libro es una oportunidad de aprender. Ese entusiasmo se queda en la escritura.

El símbolo perdido sucede en Washington. ¿Le debía una novela a su país?

No, pero la hermandad de los masones es tan fascinante… Han encontrado un nombre común para sus diferencias. Llaman a Dios “el gran arquitecto”. Creo que por eso han sobrevivido. También por los rituales.

Un león chino de bronce en casa del Dan Brown.

¿Es necesario disfrazarse para acceder al conocimiento?

Entiendo su punto de vista. Fui a un colegio privado. Llevábamos chaqueta y corbata. Uno se porta mejor cuando va mejor vestido.

¿Con el uniforme se pierde individualidad?

Uno debe aprender que forma parte de la comunidad. La individualidad la puede hallar en un nivel más profundo.

¿Los masones representan la idea de William Blake de que hay una única religión?

Estamos todos conectados. Lo entendamos o no. Conocerse pasa por entender que eres parte de algo mayor que tu pequeño mundo. La muerte y la vida van juntas. Lo ves en la naturaleza, que es cíclica. Las respuestas que necesitas están en la naturaleza. Y por eso allí es donde está Dios.

¿Se conoce?

Mejor cada año que pasa. Creo que escribir novelas te permite conocerte. Estoy solo muchas horas. Cuando tropiezo con una duda investigo hasta que doy con lo que pienso. Luego intento comunicarlo de la forma más comprensible posible. No me interesa convencer imponiendo ni haciendo sentir a alguien ignorante. Me interesa convencer ofreciendo argumentos a favor y en contra.

Lo hace Langdon, su protagonista.

La opinión contraria a la que defiendes refuerza la tuya. Dedicas tantas horas a explorar la fontanería de tus emociones que terminas por conocerte. Todos tenemos inseguridades y fortalezas. Al margen de lo que hemos conseguido. La inmadurez también se mide por la necesidad de reconocimiento paterno y ajeno.

¿Su padre vive?

Con 89 años juega al tenis. Fue un gran modelo. Ganó el Presidential Award como profesor de Matemáticas. Fue a la Casa Blanca. Vendió más libros de texto que nadie y se ha mantenido humilde.

¿Ser feliz es ser agradecido?

La gratitud y la compasión son las dos emociones que podrían curar al mundo. Quien complica las verdades no las cree. Con frecuencia las religiones lo hacen.

¿Aprendió a conocerse yendo a terapia?

Sí. Fui siendo estudiante y luego por mi matrimonio.

¿Tan joven?

Fuimos toda la familia. Teníamos… cosas que solucionar. Conseguimos mejorar. Mi hermano, que dirige un coro, y mi hermana, que es pintora. En casa no teníamos televisión. Todo era libros y música.

En sus libros hay mucho amor y poco sexo.

En mis historias están todo el día corriendo. En esas circunstancias, no sé si sería muy realista que un personaje dijese: “Por qué no te quitas la ropa un rato”. Como escritor aprendes lo que debes dejar para la imaginación.

En Origen, el rey de España tiene una relación homosexual, parece que platónica, con un obispo.

Lo dejo a la imaginación. Mis personajes son de ficción. Pero viven en el mundo real. Tuve muchos problemas con el Opus Dei.

Anticipó el virus mundial y la creciente intolerancia.

No respetar a alguien porque lo que piensa es diferente es lo más oscuro de la especie humana.

¿Por qué eligió estudiar en Sevilla?

Pasé veranos en Gijón aprendiendo español y me enamoré de España. Luego no quería ir a una gran ciudad.

¿Qué tal habla español?

Podemos hablar en español si quieres, pero mis respuestas serán infantiles [contesta en castellano].

¿Ha pensado en ubicar una novela en Asia o en África?

Investigué mucho tiempo sobre la India. Allí y en Malasia vive mi mayor número de lectores. Pero de momento no me veo capaz de escribir sobre religiones politeístas.

En El último secreto sostiene que al final de la vida no es que la veamos como una película, es que la entendemos.

Me baso en miles de declaraciones de personas que han estado a punto de morir. Suelen repetir que han aprendido que somos uno. Los que se salvan cambian radicalmente de vida. El mayor cambio es contra el materialismo. El universo ayuda a quienes lo entienden.

¿Cómo entenderlo?

La compasión es la clave de la felicidad. He sido capaz de perdonar en la vida pensando algo muy sencillo: todos nos equivocamos.

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