Una Barbie diabética como símbolo de inclusión
La marca Mattel suma al conjunto de sus muñecas la Tipo 1, una Barbie con monitor de glucosa y una bomba de insulina como complemento


Como acostumbra a suceder con todo aquello que trata de desviarse del orden establecido, por el motivo que fuere, la nueva muñeca Barbie ha generado un estruendo mediático que, aunque no rivaliza con aquel fenómeno que dimos en llamar Barbenheimer, ha llenado centenares de horas de contenido al otro lado del charco: tratándose de la primera Barbie diabética, no podría ser menos. Lo que para algunos es el paradigma de lo woke (esa expresión que surgió de la comunidad afroamericana en los años treinta para alertar sobre los prejuicios racistas y que ahora muchos utilizan para reflejar dinámicas completamente opuestas al de su rol original), para otros es simplemente un modo original de abordar problemas complejos, como explicar a la infancia qué es y qué significa tener diabetes.
“Presentar una muñeca Barbie con diabetes tipo 1 representa un paso importante en nuestro compromiso con la inclusión y la representación porque ayuda a moldear las percepciones tempranas de los niños sobre el mundo, y al reflejar condiciones médicas como la DT1, aseguramos que más niños puedan verse representados en las historias que imaginan y en las muñecas que aman”, dijo Krista Berger, vicepresidenta sénior de Barbie y directora global de Muñecas.
Mattel, la factoría que lleva desde 1959 manufacturando Barbies, ha querido asegurarse de que la idea no caía —ya de entrada— en el saco de la frivolidad, y para ello se han aliado con Breakthrough T1D (anteriormente JDRF), la principal organización mundial dedicada a la investigación y defensa de la diabetes tipo 1. La Barbie Tipo 1, como la han denominado al otro lado del charco, no llega sola y en su kit incluye hasta easter eggs, como el patrón de la vestimenta en topos azules: una referencia a los colores y el diseño de los símbolos que representan la concienciación contra la enfermedad en todo el mundo.
La Tipo 1 incluye un monitor continuo de glucosa en el brazo para ayudar a manejar su enfermedad. Estos dispositivos pequeños y portátiles miden continuamente los niveles de azúcar en la sangre, y en este caso se ha usado una cinta médica con forma de corazón —por supuesto, en rosa Barbie— junto con un teléfono que muestra una aplicación para hacer seguimiento de su glucosa durante el día. Además del mencionado conjunto azul con lunares, el packaging también incorpora una bomba de insulina y un bolso que, según especifican sus creadores, es ideal para que Barbie lleve cualquier artículo esencial, como suministros para la diabetes tipo 1 o refrigerios, cuando esté fuera de casa.
“Nos emocionó cuando Barbie se acercó a nosotros para colaborar en el desarrollo de la muñeca con diabetes tipo 1”, dice el investigador y científico Aaron J. Kowalski, director ejecutivo de Breakthrough T1D. “Yo he vivido con esta enfermedad desde los 13 años, y mi hermano desde los 3, así que esta colaboración es algo personal: significa muchísimo ser parte de una iniciativa que da mayor visibilidad a una condición que afecta a tantas familias”.
Además de donar muñecas a diversas organizaciones y congresos por todo el mundo dedicados a la prevención de la diabetes, sus ideólogos esperan que sirva para avanzar en la integración social de los niños y niñas que viven con esta enfermedad crónica a diario gracias a uno de los iconos globales más carismáticos, aunque sea de plástico y, probablemente, nunca pensara que acabaría pariendo un modelo llamado Tipo 1. “Es un honor trabajar con una marca que comparte nuestro compromiso de mostrar a los niños que una vida con diabetes tipo 1 puede ser plena, vibrante y empoderadora”, remata Kowalski.
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