Gran Colegiata Original 2014, envolvente frutosidad

Volver a los orígenes, a cuando el audaz Manuel Fariña inició en la década de 1970 la mayor renovación de la denominación de origen Toro, superando la tentación granelista, es un homenaje a la par que un ejercicio de recuperación. La aparición del tinto Gran Colegiata 1982 supuso una exitosa llamada de atención sobre las posibilidades de una zona donde subsistían viñedos de viejas cepas de tinta de Toro (tempranillo) plantadas directamente en la tierra (pie franco). Como las que posee la bodega familiar, fundada en 1942. Con ellas, Manu Fariña, tercera generación al frente de la bodega, ha querido volver al pasado para proyectarse en el futuro con la solidez necesaria de un clásico.

Se trata de recuperar cuerpo, potencia y carácter, tras una etapa de adelgazamientos obligados por los cambios de gusto en el mercado, y de hacerlo manteniendo la esbeltez y atractivo de su frutosidad. La excelente materia prima lo permite, pese al efecto de los 18 meses de crianza en roble americano. El impacto aromático seduce con su expresividad cargada de fruta madura, ligeramente licorosa, a moras silvestres y ciruelas, todo sobre el fondo balsámico e intensamente especiado de la madera. Envolvente, suave y profundo, bien estructurado, llena la boca y deja un brillante y definitorio regusto a regaliz.