Entre muros centenarios en Llanes

Por su ubicación, por su carácter monumental y, sobre todo, por su memoria histórica, este hotel merece una noche de otoño. No solo porque su apariencia barroca pone al descubierto unos muros del siglo XVII enraizados para albergar el convento de las agustinas recoletas, que desde 1873 los escolapios, y 27 años después otra congregación de agustinos, acabaron transformando en el emblemático colegio de La Encarnación. La memoria llanisca queda en deuda con el empresario Amable Concha, propietario de otros dos establecimientos hoteleros en el concejo, que, en tiempos de desarrollismo a ultranza, creyó en la singularidad histórica del edificio y lo convirtió en el santuario de hospitalidad que es hoy Don Paco. Fallecido en 2014, su hijo Benito Amable Concha continúa al frente del negocio tras una reforma que ha añadido confort a lo que su padre había conservado como museo turístico del oriente asturiano.

Los jardines de Posada Herrera refrescan el entorno del viejo convento. Y a unos 400 metros bate el oleaje en la playa del Sablón. En verano, los huéspedes se paran en la terraza exterior del frontispicio para tomar un respiro o beber un refresco. Enseguida, a la derecha, aparece la antigua capilla monástica habilitada hoy con el apelativo esclarecedor de El Cenador del Convento. A su cargo, Ángel Fernández propone cocina asturiana con los galones de su paso por el restaurante Trascorrales, en Oviedo.

Arriba se suceden los dormitorios, modernizados aunque sin ningún alarde de personalidad. Su ambientación en tonos azulones busca la máxima comodidad en la alcoba, tanto como el mármol aplacado y las encimeras de silestone en los baños, el concepto más extemporáneo de pulcritud y luminosidad. Para una coquetería hay que ascender hasta la denominada planta Posada Herrera y dormir bajo los abuhardillados que flotan sobre los tejados del convento. A su alrededor se levantan las fachadas de indianos que conforman el centro monumental de Llanes, uno de los destinos turísticos más consolidados de la España verde. Para los visitantes ofrece un aparcamiento cerrado gratuito a 50 metros en otro de los establecimientos de la familia Concha.