‘Tina’, la sombra de la editora Clara Pastor

UNA TARDE DE finales de primavera, el cielo luce gris en Barcelona y el viento agita los toldos de las casas. Clara Pastor (Boston, 1970) trabaja en un gran escritorio frente a una de las ventanas del salón. A sus pies descansa Tina, una cocker rubia de ocho años. En cuanto la fundadora de la editorial Elba se levanta, la perra se incorpora excitada, dispuesta a acompañarla adonde sea. “Estamos todo el día juntas. Cuando hago cosas por la casa, ella me sigue. Y nos pasamos el día hablando solas. Bueno, hablo yo”, comenta Pastor. Tina llegó a la familia con dos meses. Iba a ser la mascota de Simón, hijo de la editora, pero con los años ambas se han vuelto inseparables. “Fue un descubrimiento. Yo no sabía que me gustaría tanto tener un perro”, reconoce.

Pastor fundó Elba un año antes de adoptar a la cocker. En ella se publican principalmente ensayos sobre arte. Algunas mañanas trabaja desde su despacho, otras lo hace desde casa. Pero lo que no suele perdonar es el paseo diario con Tina por la montaña. Les gusta acercarse a la Carretera de las Aguas. Cuando vuelven de pasear llega la hora de la cena. Después, Tina espera despierta a la editora hasta que esta se va a dormir, lo que suele ser bastante tarde. “Con una compañera así es imposible no estar de buen humor”, resume Pastor.