En defensa del arte y de la creatividad

Franco, dictador violento e impulsor del nacionalcatolicismo, jamás tuvo la idea de ordenar al Museo del Prado que vistiera a La maja desnuda, de Goya; su censura fue brutal pero no llegó a ese despropósito. Hoy la pintura del prerrafaelita Waterhouse, Hilas y las ninfas, ha sido retirada en la Manchester Art Gallery, haciendo buena aquella política de Pío V de que Volterra vistiese la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina vaticana.

En el origen de esta campaña tan moralista, que niega el arte y la creación libre de los artistas, están los lobbies fundamentalistas que, haciéndose fuertes en las redes sociales, nos obligan a cumplir con sus exigencias sin que los representantes públicos y los comunicadores de prestigio hagan nada por impedir estos desatinos. Sería bueno que este periódico, abanderado siempre de las libertades individuales, liderara una fuerte campaña para devolver el buen juicio a las instituciones y al público en general. Y es que de no hacerse algo, y pronto, no será necesario que integristas de otras religiones nos impongan velos o barbas.— Dionisio Rodríguez Castro. Villaviciosa de Odón (Madrid).