‘Ballerina’, no solo una película ‘de niñas’ haciendo ballet

Aunque por el cartel promocional Ballerina pueda parecer una película moñas, no lo es en absoluto. De hecho, empieza desde el principio con una persecución trepidante. Pensando en mi propio hijo de 9 años, que no tiene el más mínimo interés en ir a verla y en muchos otros niños que se echarán para atrás pensando que es una "peli de niñas haciendo ballet", creo que si le dieran una oportunidad, sin los prejuicios de género que por desgracia asumen desde pequeños, se lo pasarían muy bien.

La historia de Felicia y Víctor, dos huérfanos que se escapan de la institución en la que viven para intentar cumplir sus sueños en París, una como bailarina, y el otro como inventor, tiene ritmo, humor, su dosis de momentos emotivos, y es visualmente bonita. Esta coproducción franco-canadiense que se estrena este viernes en 300 cines españoles gustará al público infantil y entretendrá a los padres sin hacerse pesada. Cuenta, en su versión original, en inglés, con las voces de Elle Fanning, Dane Deehan, la bailarina Maddie Ziegler y la cantante Carly Rae Jepsen.

Sin embargo, aunque sales de la sala de buen humor, hay algunos aspectos del guion creo que no están bien desarrollados. No se darán cuenta los niños, pero empobrecen el resultado. Hubiera dado mucho más de sí la historia de la profesora de Felicia, Odette, y por qué acabó esclavizada por una especie de madrastra malvada de Cenicienta. No se entiende muy bien por qué Felicia arriesga su sueño de toda la vida por salir un rato con el bailarín ruso. Y, sobre todo, chirría que más que transmitir el mensaje del valor del esfuerzo para conseguir los objetivos, la película lo deja todo a la fuerza de la pasión y el talento, ya que en solo 15 días, la protagonista ensombrece a todas las niñas que llevan años dejándose la piel.