Los comunistas quieren pagar la deuda en escudos

El Partido Comunista más fuerte de la Unión Europea, el portugués, celebró su congreso cuatrienal el pasado fin de semana. Es el PCP más fuerte desde 1976, no por su respaldo electoral (en torno al 8% hoy) como por ser el sostén que da al Gobierno minoritario socialista.

Como buen congreso comunista, no hubo sorpresas. Jerónimo de Sousa fue reelegido secretario general con porcentajes superiores al 98% —al igual que todas las mociones presentadas—. Aparte de los partidos de derechas, el demonio más citado en el XX Congreso del PCP fue Bruselas. “Hay que liberarse de la sumisión al euro...”, de la Unión Europea “imperialista y opresora...”, del “chantaje anual” con el déficit del Estado. El anterior secretario general, Carlos Carvalhas, fue más allá al pedir pagar la deuda del Estado en la antigua moneda nacional, el escudo. Las arengas contra Bruselas y el rechazo del euro son cosas del fin de semana, en los días laborables el grupo parlamentario comunista vota siempre las propuestas del Gobierno socialista, un apoyo imprescindible para que se mantenga el Ejecutivo de António Costa, que ya ha cumplido un año conjugando el dinero de Bruselas con los votos de los antisistema (PC más Bloco).

El congreso del último partido comunista parlamentario marxista leninista reconoció “los extraordinarios avances y realizaciones de la Revolución de Octubre, de la construcción del socialismo en la URSS y en otros países, que no apagan errores o derrotas”. De Sousa advirtió de que el ideal comunista tal vez solo se materialice “más allá de nuestras vidas!”.

El Congreso realizó un homenaje al fallecido dirigente de la “Isla de la Libertad”. El diputado y miembro del comité central António Filipe advirtió a los críticos cubanos en una entrevista al Observador: “Calificar a Fidel Castro como un dictador no solo es un error sino que también es simplista”. Filipe califica de “mito” eso de los presos políticos y de la falta de libertades en la isla caribeña. El miércoles, Filipe y el resto de diputados comunistas se negaron, en cambio, a aplaudir al Rey de España en su visita a la Asamblea de la República.