Chocolate por la noticia

¿Cómo es posible? Hace unas semanas, la científica jefe de la NASA, Ellen Stofan, declaró que sabe dónde y cómo encontrar vida extraterrestre y que está segura de hallarla antes de 20 años; la noticia da la vuelta al mundo, sale en todos los diarios y televisiones, y… Y nada. Se la recibe con un inmenso interés desinteresado. Un interés altamente escéptico.

–Si dan con algo –dice la gente–, será una pinche bacteria, o en el mejor de los casos algún alga viscosa. ¡Chocolate por la noticia! (“Chocolate por la noticia”: fórmula despectiva porteña, según el lingüista Bustos Domecq).

Constato en las redes sociales que las declaraciones de la señora Stofan –que no es una ejecutiva de marketing, sino una astrónoma con largo y brillante curriculum en la agencia espacial– solo han despertado malhumor, desconfianza y recelo.

Estos sentimientos negativos responden aquí al síndrome que yo llamo “pereza del siglo XXI”: a nuestro espíritu crítico le parece que hemos organizado de manera muy deficiente nuestra vida desde siempre, y nada bueno cabe esperar de las novedades asombrosas que trae consigo el futuro.

En otros casos ese recelo y malhumor se manifiestan como paranoia de la conspiración: si los yanquis anuncian con tanto aplomo que pronto “encontrarán” vida alienígena es que ya la han encontrado. Seguro. Pero de momento lo ocultan. Lo irán anunciando poco a poco, por etapas, sea para ir mientras tanto sacando ellos todo el partido que puedan de esa información, sea porque “tienen que irnos preparando” psicológicamente, poco a poco, ya que lo que saben es terrible. Ay ay ay.