El país que temen los yihadistas

Túnez lo tiene todo para disgustar a los yihadistas. A eso se debe, sin duda, que le hayan golpeado con tanta dureza. Túnez no es un objetivo cualquiera. Su ejemplaridad es sin duda intolerable para los que mantienen ese totalitarismo sanguinario que es el yihadismo. Túnez les amenaza por lo que representa. Es (...) la prueba de que la democracia resulta perfectamente compatible con un país de cultura islámica. Inadmisible para la nebulosa yihadista.

(...) Una parte de la juventud es sensible a la llamada mortífera del yihadismo: varios millares de jóvenes tunecinos combaten en las filas del Estado Islámico (EI) o de otros grupos islamistas en Siria y en Irak, de los cuales 500 habrían regresado al país. Según la policía, los dos asaltantes del miércoles eran tunecinos de una veintena de años. La desestabilización viene también del este, donde Túnez soporta la onda de choque del caos que desintegra Libia.

En este entorno atormentado, los tunecinos tienen tanto más mérito al continuar con una transición democrática única en el mundo árabe. Fueron los primeros en desencadenar el movimiento llamado de las primaveras árabes. En 2011 derribaron a Ben Ali, un autócrata corrupto; y desde entonces, de elección libre en elección libre, anclan la democracia en sus instituciones.

(...) Los tunecinos aportan un áspero mentís a los que juran que los árabes solo pueden escoger entre dos modos de Gobierno: la dictadura militar o la tiranía islamista. Es preciso ayudarles, y no anular las vacaciones en Túnez.

París, 20 de marzo