Deporte en estado puro

Viendo estos días el Tour, uno puede entender qué es el deporte en estado puro. Contador haciendo 18 kilómetros con fractura de tibia; Scarponi cayendo y, 15 minutos después, llegando al grupo delantero y llevando a Nibali hacia la victoria, y Talansky, qué grande, qué respeto a la carrera y a sus compañeros de equipo.

Desde hace muchos años, este deporte no está donde tiene que estar por culpa del dopaje. Hay unas reglas, y a quien se le descubre dopado se le sanciona, pero no olvidemos que este deporte significa entrenar solo, lloviendo, pasando calor, frío, circulando por carreteras donde hay poco respeto por los ciclistas, entrenar durante todo un año y que un mal día te fastidie todo este trabajo. Un deporte en el que puedes ver cómo compiten los ciclistas a solo un metro de distancia, donde solo hay un ganador de entre 140 participantes, donde el tiempo de recuperación es mínimo, donde hasta el más grande puedes ver que es humano, cae, llora, se retira…

Como en cualquier otro deporte, ser el primero es el objetivo; pero en el ciclismo vale igual o más llegar, llegar a la meta por respeto a la carrera y a los compañeros. Gracias, Talansky, por el esfuerzo, por demostrar que, a veces, llegar, ya es ser un campeón. Killian Jornet explicó que en una carrera llegó el primero, pero fastidiado por el tiempo que hizo, mucho más tarde llegó otro participante llorando de alegría porque había acabado la carrera, y dijo: “Tú sí que has ganado”.— Jaume Cortada Sánchez.