El príncipe, callado

Cada cierto tiempo el príncipe heredero al trono de Inglaterra protagoniza una polémica. Dado el tiempo que lleva —más de 60 años— a la espera de acceder a la corona, las posibilidades de hacerlo son elevadas, sobre todo si se tiene en cuenta que al príncipe Carlos le gusta tener sus propias opiniones. Esta vez, según el Daily Mail, la tormenta se ha desatado debido a la comparación que ha hecho entre la actitud del presidente ruso Vladímir Putin respecto a Ucrania con la invasión de Polonia por parte de Adolf Hitler en 1939, movimiento que dio inicio a la II Guerra Mundial.

“No es muy distintoa lo que Putin está haciendo”. El príncipe hizo este comentario a Marienne Ferguson, una mujer de 78 años que huyó del nazismo y a la que el heredero británico conoció en su reciente visita a Canadá. El encuentro tuvo lugar en un acto de homenaje a los veteranos de la guerra y fue la propia mujer la que contó a la prensa la conversación. “Debo decir que estoy de acuerdo con él, y estoy segura de que un montón de gente también lo está”, añadió Ferguson. Hubo otros testigos cercanos que escucharon también el comentario.

De poco sirve que el portavoz del príncipe en Londres haya señalado que tales declaraciones forman parte de una conversación privada y que “nunca haría declaraciones políticas en ese tipo de conversación”. Puede que también fueran privados sus encuentros y carteos con miembros del Gobierno de David Cameron y, sin embargo, un tribunal ya se ha pronunciado a favor de que las misivas sean publicadas, decisión contra la que la casa real ha recurrido. La prensa rusa ha mostrado su rechazo al comentario del príncipe sobre Putin y un diputado laborista, Mike Gapes, ha declarado que un heredero incapaz de mantener la neutralidad política debe plantearse la abdicación.

Nick Clegg, el viceprimer ministro liberal, le ha defendido. Y muchos han recordado que el príncipe no es el único que ha comparado ambas situaciones. La exsecretaria de Estado de EE UU Hillary Clinton y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, le precedieron, si bien ambos matizaron sus palabras.