Egipto ante una nueva coyuntura

El golpe de Estado en Egipto, no es una solución a los problemas que enfrenta este país. Los Hermanos Musulmanes tendrían que haber negociado una hoja de ruta abierta que ayudase a la gobernabilidad desde la diversidad, permitiendo la creación de leyes civiles alejadas de cualquier interpretación religiosa.

Egipto es el gigante árabe del norte de África y de Oriente Próximo, en su territorio se encuentra el canal de Suez y comparte fronteras con Gaza. Su situación geoestratégica es decisiva para la seguridad y la paz internacional. Esta nueva coyuntura es compleja y necesita de una vuelta rápida a las elecciones democráticas para que el Gobierno pueda volver a tener legitimidad, de lo contrario el caos y el desorden pueden destruir las estructuras de un país que vive una transición convulsa.

Se ha abierto un nuevo escenario en el que los ciudadanos deben entender que la violencia no conduce a la democracia, Egipto debe ser construido desde la diversidad y la modernidad, con una clara apuesta hacia instituciones que garanticen los derechos de todos.

Una nueva primavera egipcia debe ser generosa y tender la mano a los Hermanos Musulmanes para jugar un papel decisivo en esta nueva situación.

Un país dividido entre los Hermanos Musulmanes y las fuerzas laicas, está obligado a retornar a la democracia y las urnas para superar sus tensiones.— Ali Salem Iselmu.