Desvalijada la cámara acorazada de una joyería

Con una lanza térmica, unos ladrones reventaron el pasado fin de semana la cámara acorazada de una joyería ubicada en el barrio madrileño de Pinar de Chamartín (en el distrito de Ciudad Lineal, en el norte de la capital). Tras colarse en el local a través de la tienda colindante, sin hacer ruido ni levantar sospechas, inutilizaron las alarmas, destrozaron el portón de la caja fuerte y se llevaron todas las joyas que había en su interior, han confirmado esta mañana fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid a este diario.

La joyería desvalijada es Castillo Joyeros, en el número 17 de la calle Caleruega, cuyos dueños no se percataron de los sucedido hasta el lunes, cuando fueron a abrir el establecimiento y se encontraron la cámara reventada y vacía. Habían desaparecido todas las joyas de la caja fuerte y de los estantes del local. De momento, se desconoce la cuantía de las alhajas, porque los dueños están haciendo recuento y valorando lo perdido.

¿Cómo habían podido perpetrar el robo sin que saltaran las alarmas, sin que los vecinos oyeran nada y a pesar de la caja fuerte? Empezaron por colarse en un local textil colindante y acceder al cuarto de contadores, que comunica con la joyería. Allí, realizaron un pequeño butrón de 20 por 20 centímetros a través de un local textil colindante, luego inutilizaron las alarmas y después, con ayuda de una lanza térmica -una máquina para fundir y soldar que emite una llama a muy alta temperatura-, reventaron la puerta de la caja fuerte. Ningún vecino escuchó nada.