Antza apuesta por una "solución política justa" en el País Vasco

El ex número uno de ETA Mikel Albisu, alias Mikel Antza, ha reclamado desde el Tribunal de lo Criminal de París la independencia del País Vasco y ha mostrado su oposición a que se convierta en un "vestigio folclórico". "Queremos que los vascos puedan decidir su futuro sin ingerencias externas" ha afirmado el ex dirigente etarra, en el banquillo junto a su compañera y responsable de las finanzas de la banda, Soledad Iparraguirre, Anboto. Antza ha expresadotambién su "deseo de encontras una solución política justa" al "conflicto" en el País Vasco.

Junto a Albisu e Iparraguirre (ambos de 49 años), detenidos en octubre de 2004, otras siete personas serán juzgadas hasta el 17 de diciembre, entre ellas el presunto ex responsable de los escondites de armas y explosivos de la organización terrorista, Juan Cruz Maiza Artola (59 años). Los seis restantes son propietarios de las casas o de explotaciones agrícolas diseminadas por el País Vasco francés que ETA utilizaba desde hacía años para guardar armas y explosivos, y de los que Maiza está acusado de ocuparse de su control y supervisión desde septiembre de 2001.

En esos escondites, la policía encontró cientos de kilos de productos explosivos procedentes sobre todo de robos cometidos en Francia por comandos de ETA, miles de detonadores, decenas de granadas y proyectiles, cientos de fusiles, metralletas o pistolas, e incluso un misil tierra-aire de fabricación soviética, entre muchos otros materiales y documentación.

Antza y Anboto fueron arrestados el 3 de octubre de 2004 en la casa que ocupaban desde junio de 1999 junto al hijo de ambos en Salies de Béarn. En esa localidad a pocos kilómetros del País Vasco francés la policía no sólo encontró el equipamiento habitual para el día a día de los etarras (coches robados, documentación falsa, armas, 21.000 euros en efectivo) sino sobre todo documentación que aclaraba la estructura interna y el funcionamiento de la banda.

En esos papeles y soportes informáticos se asienta esencialmente la imputación contra Albisu como jefe político de ETA y dirigente que participaba en las grandes decisiones estratégicas con los responsables de los principales aparatos.

También que intervenía en la gestión de fondos, aunque fuera Iparraguirre la que desde comienzos de los años 2000 llevaba el peso de la tesorería y supervisaba los gastos de cada aparato, así como las entradas de fondos del 'impuesto revolucionario', hasta el punto de que ella misma redactaba cartas de amenaza y recibía los cobros.

Anboto llega ante el Tribunal de lo Criminal de París con tres condenas en rebeldía en Francia dictadas antes de su captura, cada una de ellas a cinco años de cárcel. La justicia francesa sentenció ya en rebeldía en julio de 2005 a nueve años de cárcel a Maiza Artola, que fue arrestado en julio de 2007 en un piso franco de Rodez (sur de Francia) que compartía con los presuntos etarras Iker Iparraguirre Galarraga y Galder Bihotz Cornago Arnáez.