Yvette Ostolaza (Sidley Austin): “Habrá una mayor consolidación de despachos a nivel global”

Yvette Ostolaza (Miami, 1965) es la primera mujer, y la primera persona hispana, en liderar uno de los 20 despachos de abogados globales más importantes del mundo. Al frente de Sidley Austin —bufete con 160 años de historia y 21 oficinas donde trabajó el matrimonio Obama— ha contribuido a que la firma supere los 3.600 millones de dólares en ingresos. De padres cubanos y abuelos españoles, sostiene que ser bilingüe en inglés y español ha sido algo “muy positivo” en su carrera, un valor que también ha transmitido a sus tres hijos.

Especialista en litigios y disputas comerciales, Ostolaza cuenta con un amplio listado de reconocimientos profesionales. La revista Forbes ha incluido su nombre entre las “200 mejores abogadas de Estados Unidos” y en su lista “50 mayores de 50”, que destaca a mujeres que alcanzan su mayor impacto profesional después de esa edad. Agradece todos estos premios a sus clientes y colegas, pero cuando le preguntan cuál recuerda con más cariño, menciona la anécdota de cómo supo que era una de las “Changemakers: Women Transforming Business” de 2024, del canal CNBC: “Estaba en una declaración jurada y, sin mirar, reenvié la lista que me había pasado una persona de mi equipo. A la hora, mi hija me llamó para decirme que estaba junto a Taylor Swift y Naomi Osaka”.

La líder de Sidley, que asesora a muchas empresas españolas que tienen sus negocios y disputas en Estados Unidos, visitó Madrid para participar en el Centro LawAhead de IE Law School en IE University, un lugar de encuentro para expertos del sector legal donde socios directores de grandes firmas españolas —como CMS, Cuatrecasas, Gómez-Acebo & Pombo, Garrigues, Pérez-Llorca, RocaJunyent, Sagardoy Abogados y Uría Menéndez— colaboran junto a directivos de Microsoft, Telefónica, Mapfre, Aena y CaixaBank.

Pregunta. ¿Cómo consigue compaginar la dirección de un despacho con la práctica en los tribunales?

Respuesta. Es fundamental seguir representando a los clientes si quieres ser líder de un despacho de alcance global. Todo gira en torno a ellos, así que quiero seguir cerca porque trabajamos en un sector orientado al cliente.

P. ¿Qué se necesita para ser un buen líder?

R. Lo primero es trabajar increíblemente duro. No hay nada que sustituya dedicar horas de trabajo. A los jóvenes que empiezan su carrera les digo que tienen que trabajar incluso más que en la Facultad de Derecho para ganar experiencia y convertirse en los mejores en su campo. El segundo consejo es ser implacablemente curioso, pensar en grande. No se trata solo de responder a lo que pregunta el cliente; hay que responder a lo que debería preocuparle. En tercer lugar, es necesario aprender tanto de las personas mayores como de los más jóvenes para saber qué se te puede estar escapando o si algo similar ha sucedido antes. Y, por último, hay que centrarse en atender a los clientes, no a uno mismo.

P. ¿Cómo puede un líder conciliar su vida personal y profesional?

R. Lo más importante es priorizar. Cuando mis hijos eran pequeños, yo no quería tener remordimientos, así que tenía que tomar decisiones que fueran correctas. Por ejemplo, si había algo importante en la escuela, lo ponía siempre en el calendario y bloqueaba la fecha. Por otro lado, durante las bajas de maternidad intenté estar siempre al día con el trabajo porque si no después hubiese sido muy difícil. Mirándolo con retrospectiva, habría sido un error si no lo hubiera hecho así.

P. ¿Existe igualdad real en los despachos de abogados o todavía está sobre el papel?

R. Cada vez se ven más mujeres en puestos de liderazgo, pero aún no hay igualdad salarial, aunque creo que se está trabajando en la buena dirección.

P. ¿Cómo será el sector legal en los próximos 10 o 15 años?

R. Habrá una mayor consolidación de despachos de abogados en el ámbito mundial. Las fusiones son cada vez más comunes, ya que las firmas buscan una mayor presencia geográfica, ampliar sus capacidades y lograr economías de escala. Los clientes quieren cada vez más consistencia en el servicio que reciben: buscan tener un único lugar, una sola firma global, a la que acudir. Otra preocupación en el sector es si ciertos tipos de tareas que realizan los abogados pueden ser reemplazadas por la inteligencia artificial. Llevamos mucho tiempo utilizando sistemas informáticos en nuestro trabajo y la realidad es que nos permitirán ofrecer un mejor servicio.

P. ¿Cómo ve que inversores externos entren en el capital de los despachos de abogados?

R. Sé que esto está ocurriendo en Europa. En Estados Unidos no se pueden compartir beneficios con alguien que no sea abogado, pero creo que acabará sucediendo, aunque no en grandes firmas. Ya ocurrió en el sector de la medicina, donde se suavizaron las regulaciones para permitir más inversión en tecnología y equipamiento. Aun así, creo que debe implementarse con cuidado para que los abogados sigan siendo independientes y continúen ofreciendo el mejor servicio a sus clientes.

P. ¿Crecerá el arbitraje como sistema de resolución de disputas comerciales y de inversiones?

R. Cuantas más transacciones y más contratos existan, mayor será la demanda de arbitraje. Es un foro en el que ambas partes pueden confiar.

P. En España se está tramitando un proyecto de ley para trasponer una directiva europea sobre acciones colectivas para reclamar indemnizaciones ante fraudes masivos. Estados Unidos tiene una larga tradición en ello con las class action, ¿la ley estadounidense sería un buen modelo a seguir?

R. Es una legislación muy desarrollada y es lo que protege a todos. Deben cumplirse varios principios: la numerosidad, es decir, que haya un número suficiente de afectados; y la tipicidad, que todo el mundo tenga más o menos el mismo daño. Y todos ellos están representados por un abogado y coordinados para que no sea muy caro. También está el litigio multidistrito, que combina dos o más casos con un elemento común y se coordina antes del juicio por un panel de jueces federales “muy prestigioso”. Este panel elige quién juzgará después el asunto.