La incertidumbre afecta a las materias primas
El oro experimentó un fuerte incremento en el último año frente a un petróleo que protagoniza una tendencia bajista en 2025

El año 2025 está siendo un ejercicio marcado por la volatilidad y los cambios en el frente económico, en especial en la política macroeconómica. Los anuncios de la nueva Administración en Estados Unidos en materia de política comercial han llevado a las empresas, particularmente en el sector productivo, a evaluar alteraciones significativas en las cadenas de producción y valor globales, que no se han terminado de materializar plenamente todavía. Un reflejo de estas variaciones ha sido el comportamiento de los mercados de materias primas, que han visto tanto ajustes relevantes por cuenta de las políticas arancelarias como derivados de efectos secundarios, asociados a la actividad, las expectativas de inflación y a los diferentes conflictos geopolíticos vigentes en el mundo.
Posiblemente, el precio del oro resume de la mejor manera posible el sentimiento de incertidumbre que ha gobernado la economía global en el último año. La cotización de la onza ha tenido un fuerte incremento, cerca de 30% en el último año. El movimiento se produce en búsqueda de refugio ante un posible escalamiento en confrontaciones económicas entre las grandes economías del mundo y, como es habitual, un refugio ante riesgos inflacionarios, en este caso derivados de las fuertes alzas arancelarias anunciadas por el Gobierno estadounidense.
En sentido contrario, el petróleo está protagonizando una tendencia bajista en 2025, aunque con fuertes fluctuaciones, en parte como consecuencia de una expectativa de menor actividad, especialmente entre los grandes compradores a nivel global: Estados Unidos y China. Pero esta materia prima también está sujeta a fuertes ajustes por los altibajos en los conflictos en Oriente Medio y los anuncios de la OPEP+ de normalización, más acelerada de la anticipada, de su producción.
Los mercados de cereales han experimentado un periodo de oscilaciones relevantes al inicio de año, con la incertidumbre sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, y por factores climáticos puntuales. Sin embargo, la tendencia general a partir del segundo o tercer mes de 2025 ha sido bajista, de la mano de una normalización de la cosecha y una moderación tenue del conflicto. Entretanto, el cobre, la víctima más reciente de los aranceles de Estados Unidos, ha presentado una fuerte variación al alza con el anuncio de las tasas comerciales hace algunas semanas, que en días pasados se dio la vuelta al conocerse el detalle de la decisión y la exclusión de unos subproductos que limitan su impacto global.
Al final, los primeros meses del 2025 en los mercados de materias primas han sido un fiel reflejo del sentimiento generalizado de la economía: incertidumbre. Esto ha llevado a que se observen tendencias encontradas, fluctuaciones marcadas y, en definitiva, grandes dificultades para los sectores productivos a la hora de tomar decisiones de compra o venta de estos productos.
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