Ir al contenido
_
_
_
_

Las escuelas de negocios europeas se frotan las manos con Trump

El cierre de EE UU a los estudiantes extranjeros es una oportunidad para que los centros de formación continentales capten alumnos y talento

Un estudiante junto a la sede de la London School of Economics en Londres, en noviembre de 2024.
Miguel Ángel García Vega

La norma decretada por el Gobierno de Donald Trump para paralizar la llegada de estudiantes extranjeros a Estados Unidos es un destrozo para la economía del país. Pero también puede resultar un balón de oxígeno para las escuelas de negocios europeas. Los números varían según las fuentes, pero el desgarro económico resulta inmenso. El Instituto de Educación Internacional (IIE, en sus siglas inglesas) estima que hay más de 1,1 millones de estudiantes foráneos. El 6% de la enseñanza superior. En el curso 2023-2024 estos alumnos aportaron, acorde con la Asociación Nacional de Consejeros de Estudiantes Extranjeros (Nafsa), 43.800 millones de dólares (unos 38.400 millones de euros).

Aunque ese monto se queda pequeño. En 2023, según el Departamento de Seguridad Nacional, cursaron más de 1,3 millones de títulos de educación superior. El primer daño colateral es China. Los estudiantes en el ejercicio académico 2023-2024 se redujeron en 277.000, una caída del 25% con respecto a su máximo de hace cuatro años. Pese a las dificultades, las solicitudes de permisos de trabajo temporal de posgrado aumentaron un 12% ese curso frente al año anterior.

Esta situación beneficia a las grandes escuelas europeas, que están atrayendo, sobre todo, el talento de América Latina y Canadá. Sin olvidar el del Viejo Continente. No es un juego de suma cero.

Alan Garber, presidente de la Universidad de Harvard, explicó a sus recién graduados que “todo lo que hemos conseguido —moralmente, científicamente, tecnológicamente e incluso económicamente— se basa en el conocimiento”. Palabras para Trump, que ha emprendido una cruzada contra esta institución y otros centros de élite. Pero al otro lado del Atlántico, el fuerte oleaje es una oportunidad. “Será interesante observar cómo se desarrollan estos cambios durante el próximo año, a medida que las escuelas de negocios abran las solicitudes para las matrículas de MBA (2026-2027)”, reflexiona Emily Brierley, directora de Reclutamiento y Admisiones de Cambridge Judge Business School. Y añade: “El panorama actual presenta una oportunidad para que las escuelas globales atraigan a un mayor número de solicitantes internacionales, que ahora considerarán Estados Unidos un destino menos viable”.

Habrá vencedores y vencidos. La semana pasada, Trump prohibía viajar a Estados Unidos desde Afganistán, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Myanmar, Somalia, Sudán y Yemen. Y limitaba parcialmente la entrada de personas procedentes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Excepto este último país: no son los candidatos de las grandes escuelas de negocios europeas. Pero ahí existe una posibilidad de captar alumnos de altos ingresos que llegarán, ahora, con seguridad a Europa. “Aunque nuestra idea no es subir las tasas”, avanza Nicholas Barr, profesor de Economía Pública de la London School of Economics (LSE). “Eso sí, dadas las políticas actuales de Estados Unidos respecto a la educación superior y la investigación, resulta muy probable que académicos y estudiantes prefieran formarse en centros fuera del país”.

La lógica de Trump es lo imprevisible y nadie sabe hasta dónde puede llegar, si bien la jueza federal Allison Burroughs ha suspendido la orden de revocar los visados a estudiantes y profesores. Ante la duda, la escuela HEC París aventura un mundo distinto. “Ya existen claras señales de una transformación en la dinámica del panorama de la enseñanza superior”, indica Philippe Oster, director de Asuntos Internacionales del centro. “Estamos viviendo un aumento notable en las solicitudes, tanto de estudiantes estadounidenses como de candidatos internacionales que tradicionalmente se habrían enfocado en las universidades de ese país”. América Latina —con especial atención a México— y Canadá comienzan a entrar en las aulas. Y Francia ayuda a quedarse. Cualquier estudiante internacional que se gradúe con un máster obtiene un permiso de residencia para buscar trabajo o emprender.

Otro campus donde aprender “negocios” es la Universidad de Navarra. “Todavía resulta difícil establecer la causa-efecto [de las prohibiciones de Trump]”, indica Juanjo Cabrera, su director del servicio de Admisión. El 25% de sus estudiantes de grado proceden de otros países. Sobre todo América Latina, Europa y Estados Unidos. En el curso actual (2024-2025) precisamente, estos últimos son los segundos alumnos que más se han matriculado. “Una tendencia que valoramos positivamente”, remata.

Mayor interés

“Es prematuro ofrecer datos concluyentes, pero sí percibimos un cambio cualitativo en el comportamiento de estudiantes y familias, sobre todo en Asia y América Latina”, describe Manuel Muñiz, rector internacional de IE University. “No vemos un aumento inmediato de las matrículas, sino un crecimiento sostenido en el interés, las consultas y los procesos de evaluación hacia universidades europeas, en especial con un perfil global”, matiza.

Sin embargo, esos cambios ya están aquí. Andrés Gómez, Vice-Chancellor for International Relations de ESIC, revela que los centros italianos —aunque no tiene la cifra exacta— están recibiendo un número alto de estudiantes americanos. “Es una situación global. Afecta a todas las escuelas. Los ayudaremos, y vamos a darles [a los estudiantes] la movilidad que quieran”, narra. El eco reverbera en la francesa Insead. Han notado “un ligero impacto positivo en las solicitudes de entrada, sin embargo [también], resulta pronto para sacar una conclusión”, cuenta Mark Stabile, decano del programa de grado. “Aunque preveo que el impacto será mayor”.

Visados en punto muerto

Como en un fotograma de una película, esta es la situación para cualquier alumno que solicite una visa (F1) pensando en estudiar en Estados Unidos. Y, por supuesto, los españoles. “Quien haya hecho ya la entrevista en la Embajada estadounidense o tenga una hora asignada no tiene ningún problema”, valora Javier Mariana, consultor de universidadesusa.es. El texto de la orden dice que se estudiarán los contenidos de las redes sociales de todos los estudiantes. Pero las embajadas aún no tienen implementados los sistemas para analizar estos flujos de información. Por lo tanto, no se darán nuevas citas hasta que, a través de inteligencia artificial, u otro tipo de instrumentos, no resulte posible este control, explica. 
En principio, es cuestión de días o semanas. Pero algunos cursos empiezan a mitad de agosto y veremos si llegan los estudiantes. Mariana señala que los profesores no tienen problemas, en principio, porque ellos solicitan un visado de trabajo. Pero resulta fácil intuir que la sucesión de algunos términos en las redes puede llevar a la prohibición del viaje: Gaza, genocidio, Israel, asesinato, Trump. Difícil buscar visa para un sueño. 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_